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El Mio Cid


Enviado por   •  30 de Mayo de 2014  •  2.902 Palabras (12 Páginas)  •  211 Visitas

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Resumen de los Cantares

Primer cantar: Destierro del Cid

El Cid Ruy Díaz era un fiel vasallo del rey Alfonso, iba a cobrar los tributos a los reyes de Córdoba y de Sevilla; entre los cuales había enfrentamientos. Cuando el Cid se encontraba en disposición de cobrar los tributos se entero que el rey de Granada venía con sus vasallos en contra del rey de Sevilla y le pidió que no lo hiciera, pero este no atendió a su petición y atacó. El Cid se puso de parte del rey de Sevilla y hubo un cruel enfrentamiento del cual salieron vencedores el Cid y el rey de Sevilla. Esta fue una de las causas que despertaron la envidia de la gente hacia Cid, de esta manera el rey Alfonso escucho lo que la gente envidiosa tenía que decir y como tenía viejas rencillas contra él decidió expulsarlo el reino. El Cid convocó a sus vasallos para pedir a los que quisieran que le acompañaran en su largo recorrido, Alvar Fañes fue el primero en decir que no le fallarían y todos acataron lo que este decía. El Cid siente mucha pena porque ha perdido sus castillos, su dinero, sus pieles… De esta manera comienza el Cid su aventura.

Entra el Cid a Burgos con setenta vasallos que le acompañan y cual es su sorpresa al comprobar que nadie lo hospeda, y todo por mandato del Rey. Acampan en el arenal pasando antes por la iglesia de Santa María para hacer una oración. El Cid no puede comprar en Burgos porque el Rey también lo ha prohibido. Martín Antolínez, amigo del Cid, va a llevarles víveres sin desobedecer al Rey, puesto que no le vende nada simplemente se lo da. Para ganar dinero y con ayuda de Martín construyen dos arcas de madera y las llenan de arena, con el fin de empeñárselas a alguien a un precio razonable diciendo que son los bienes del Cid pero que pesan mucho para llevarlas y que recibirán unos grandes intereses. Los elegidos para la trama son dos judíos, Raquel y Vidas, que aceptan el trato. Martín y ellos van a por las arcas y se vuelven a Burgos donde pagan a Martín lo debido para el Cid y le dan a él un dinero por haberles conseguido tan buen negocio. Hecho esto recogen el campamento y se dirigen a San Pedro de Cardeña para ver a la esposa del Cid y las hijas de este.

Martín se queda en Burgos para despedirse de su esposa, y luego les dará alcance. Llegan a San Pedro de Cardeña y allí esta el abad don Sancho con la mujer del Cid y sus cinco damas rezando, al llamar el Cid a la puerta la alegría fue inmensa para todos. El Cid habla con don Sancho para darle dinero para mantener allí a su mujer y sus hijas, y le pide que no tenga ningún miramiento en gastos puesto que por cada marco que gaste él le dará cuatro. Jimena, mujer del Cid, está muy apenada y no hace más que llorar. El Cid emprende de nuevo su camino y al enterarse la gente, hay muchos que deciden seguirle, se reúnen en Burgos y van hacia el lugar donde esta el Cid. Han de darse prisa puesto que solo le quedan tres días para cumplir el plazo de salida del reino. Al empezar el día oyen misa y se van. Por el camino se le van agregando vasallos. La última noche que el Cid duerme en Castilla tiene un sueño en el que se le aparece el ángel Gabriel para decirle que todo le va a ir bien. Por la mañana el Cid hace recuento de su gente y cuenta unos trescientos. Llegan a Castejón por la noche y el Cid decide hacer una emboscada, y así lo hace.

Ganó a Castejoy su oro y su plata, Minaya vuelve donde le aguarda el Cid para entregarle el botín, con los objetos que le traía hace negocio con los moros que le dan tres mil marcos, y deciden salir de Castejón para no ser sorprendidos por el Rey. Por el camino va recogiendo grandes ganancias. Cuando llega a Alcocer piensa en ganarlo, acampan allí y cuando los moros se enteran de la noticia sienten miedo; el castillo no tarda en pagarles tributo. Después de quince semanas y viendo que Alcocer no s le rendía decidió hacer un ardid de guerra, la gente se pensó que se marchaban rendidos después de tanto tiempo y decidieron atacarles para recuperar su botín. Salieron todos detrás del Cid y los suyos dejando Alcocer libre, cundo el Cid vio que había suficiente distancia entre los moros y el pueblo, dio media vuelta y se enfrentaron ganando el Cid y los suyos. De esta manera ganó el Cid el castillo de Alcocer. Deciden que los moros y moras que hay allí sean sus criados. Los pueblos de los alrededores mandan un comunicado al rey de Valencia para advertirle de lo que esta pasando y dejarle claro que si no hace algo perderá a todos esos pueblos. El rey Tamín cuando se entera de esto mando dos emires con más de tres mil moros para que cogieran al Cid y se lo llevaran ante él porque le tenían que pagar por entrar en sus tierras. Andan los tres mil moros con Fáriz y Galve, y con todos los que se les añadieron en el camino a poner cerco al Cid. Mantuvieron tres semanas el cerco, entonces el Cid convocó a los suyos para ver que hacían; y haciendo caso a Minaya decidieron entrar en combate. A pesar de que eran muchos menos, ganaron la batalla. Ganaron mucho en esta batalla y todos quedaron satisfechos en la repartición. Envió el Cid treinta caballos al rey Alfonso y pago mil misas en Santa María de Burgos, dejando dicho que lo que sobrase sería para su mujer e hijas.

Alcocer se les hace pequeño y el Cid decide venderlo por tres mil marcos de plata. Los moros que tenían cautivos como siervos quedan muy apenados cuando el Cid se marcha, puesto que con él vivían muy bien. Cuando Minaya llega con los treinta caballos al rey este se pone muy contento pero tan solo perdona a Minaya y dice que para perdonar al Cid aún es muy temprano; pero deja que el que quiera se pueda ir con él si perder sus bienes ni ser desterrado. El Cid entretanto se encontraba en el Poyo sometiendo a tributo a todo el valle del río Martín y cuando salió en busca de Minaya hizo lo mismo en Zaragoza. Cuando se encuentra a Minaya trae unas doscientas personas consigo y noticias de toda la gente que echaba de menos al Cid y a los suyos.

El Cid hace una escapada nocturna y va saqueando todos los pueblos, al tercer día se vuelve. Se van del Poyo para seguir obteniendo ganancias, van a acampar a Olocau durante diez días. La noticia de que el Cid anda revolviéndolo todo, vuela. Se entera el conde de Barcelona, que lo tiene por grave ultraje; muy enfadado reúne gente y vas tras el Cid. Cuando el Cid se entera manda decir al conde que le deje en paz que no le esta quitando nada suyo, a lo que el conde responde que no es así y que se o va a apagar todo; entonces el Cid entiende que la única forma de resolverlo es entrando en combate. Gana el Cid y retiene al conde Ramón, que se niega a comer; entonces el Cid le propone que si come se podrá marchar. Después de mucho insistir el conde acepta y es liberado.

Segundo cantar: Bodas de las hijas del Cid

El Cid se marcha de Olocau y va conquistando

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