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HERNANDEZ DE SOTO


Enviado por   •  7 de Julio de 2014  •  2.370 Palabras (10 Páginas)  •  192 Visitas

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I.

Esquema de la evolución económica: En este ensa­yo analiza el proceso socio-económico peruano par­tiendo de la economía colonial a la que percibe como una compulsiva escisión histórica que tuerce antinaturalmente la espontánea y fecunda economía incaica. El incario desarrolló una economía socialista, el trabajo colectivo tenía un carácter agrario, con fines sociales en su realización. La economía feudal implantada por los conquistadores resulta ajena al devenir histó­rico de estos pueblos, iniciándose una dualidad entre lo oficial impuesto y lo natural indígena negado. La colo­nia utilizó el trabajo colectivo como trabajo forzado en las minas, descuidando el agro y las obras de carácter público. El esquema virreinal sofrena las inquietudes co­merciales de las colonias; la independencia surge como una respuesta a las necesidades del desarrollo capitalista de la civilización occidental. La República no logra arti­cular la escisión producida por la conquista. La depen­dencia con el capital extranjero no cede ni siquiera ante la aparición de nuevos rubros de riquezas naturales; por el contrario, con ello se ahonda el carácter centralista, costeño y dependiente de la economía peruana.

II

El problema del indio: «Todas las tesis sobre el pro­blema indígena, que ignoran o eluden a éste como pro­blema económico-social, son otros tantos estériles ejer­cicios teóricos, —y a veces sólo verbales—, condenados a un absoluto descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas no han servido sino para ocul­tar o desfigurar la realidad del problema». Mariátegui concibe el problema del indio no como un asunto racial, administrativo, jurídico, educativo o eclesiástico, sino como un problema sustancialmente eco­nómico cuyo origen está en el injusto régimen de propiedad de la tierra, en el gamonalismo; mientras subsista esta forma de propiedad todo intento por solucionar el problema del indio quedará disuelto en el estéril denuncia lírica o en la prédica oportunista e inconsciente. Termi­nar con el gamonalismo, con la feudalidad, significa de­volver más que tierras; significará para la raza desposeí­da su rendición histórica, la recuperación de su esencialidad moral y su auténtica integración a la vida nacional. «La solución del problema del indio tiene que ser una solución social. Sus realizadores deben ser los propios indios. Este concepto conduce a ver en la reunión de los congresos indígenas un hecho histórico. Los congresos indígenas, desvirtuados en los últimos años por el burocratismo, no representaban to­davía un programa; pero sus primeras reuniones señalaron una ruta comunicando a los indios de diversas regiones. A los indios les falta vinculación nacional. Sus pro­testas han sido siempre regionales. Esto ha contribuido, en gran parte, a su abatimiento. »

III

El problema de la tierra: Mariátegui estudia la cuestión agraria unida ineludiblemente a la del indio, reivindicando el derecho de éste a la tierra, para lo cual era necesario sacarlo del estado de servidumbre que suponía el feudalismo de los gamonales. Luego, muestra cómo el colonialismo que destruyó y aniquiló la economía incaica de tipo "comunista", no supo reemplazarla más que con el feudalismo. ¿Qué le pasó a la comunidad agraria del ayllu? A pesar de las leyes escritas, de las Leyes de Indias, la comunidad indígena fue despojada por el feudalismo, cuyas expresiones eran el latifundio y la servidumbre. Mientras que Europa, por el siglo XVIII, tomaba otro rumbo al fortalecerse y ascender al poder la clase que desplazó y liquidó el feudalismo: la burguesía (la revolución francesa fue una revolución burguesa). Pero revolución de la independencia hispano-americana «encontró al Perú retra­sado en la formación de su burguesía...» Si bien se abolieron las mitas, se dejó en pie la aristocracia terrateniente, la que si bien ya no conservaba «sus privilegios de principio, conservaba sus posiciones de hecho. Seguía siendo en el Perú la clase dominante». Esta clase, apoyada por el militarismo gobernante, retardó el surgimiento de una vigorosa burguesía urbana. Y recién se intentó una reorganización gradual de este problema cuando se promulgó el Código Civil (1852), que favoreció la formación de las pequeñas propiedades, en desmedro de los grandes dominios señoriales y de la comunidad indígena, al mismo tiempo. No obstante, la pequeña propiedad no prosperó, y por el contrario el latifundio se consolidó y extendió, siendo la única perjudicada la comunidad indígena, la misma que, pese a todo, logró sobrevivir.

El lati­fundio de la costa difería del latifundio serrano; el costeño evolucionó hacia modos y técnicas capitalistas, en tanto que el de la sierra conservó íntegramente su carácter feudal, resistiendo a la transformación indus­trial y capitalista; aún así no logró destruir la comunidad indígena. El lati­fundio costeño cada vez más ligado al capital extranjero prefirió desplazar los tradicionales cultivos alimenticios por el cultivo de algodón de exportación, gene­rando un círculo vicioso de importación de alimentos y exportación de materias primas.

Indistintamente del tipo de latifundismo, éste impedía el desarrollo del capitalismo nacional, ya que los terratenientes obraban como «intermediarios o agentes del capitalismo extranjero»; como una barrera para la inmigración blanca; se oponían a la renovación de métodos, cultivos, etc.; era incapaz de atender la salubridad rural; particularmente en la sierra el feudalismo agrario se mostraba del todo inepto como creador de riqueza y de progreso. En una palabra, agrega Mariátegui, «que el gamonal como factor económico, está, pues, completamente descalificado».

Como a Mariátegui más le importaba seguir (y proyectar para el Perú futuro) la "comunidad agraria indígena", estudia el destino de ésta bajo el régimen republicano. A pesar de la absorción feudalista, la comunidad ha subsistido por el espíritu del indio: a pesar de las leyes de cien años de régimen republicano, no se ha tornado individualista.

IV

El proceso de la instrucción pública: Lo analiza estrechamente ligado al económico-social, como no podía ser de otro modo. Reconoce y analiza las tres influencias en la educación peruana: la española, la francesa y la norteamericana, estas dos últimas injertadas en la primera. La educación en la colonia tuvo «un sentido aristocrático y un concepto eclesiástico y literario de la enseñanza», en otras palabras, una educación elitista y escolástica. El desprecio por el trabajo, por las activida­des productivas fue alentado por los claustros universi­tarios incluso luego de producida

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