Historia de Tres
Enviado por josehern82907379 • 4 de Agosto de 2020 • Ensayo • 3.297 Palabras (14 Páginas) • 125 Visitas
Me llamo José, nombre que me pusieron por honor a mi Abuelo, mis recuerdos se remontan a cuando era un niño de escasos 10 años en esos tiempos que mis padres se llevaban bien. Casi siempre nos íbamos de vacaciones de verano a una cabaña en un lugar muy lejano nos adentrábamos muy en lo profundo de un bosque, la cabaña era fabulosa, era maravilloso convivir con la naturaleza, la cabaña, herencia de mi abuelo “JOSE” por parte de mi padre, él era un Sr. grande de barba abundante y blanca, manos gruesas, toscas, muy lastimadas, él caminaba pesadamente se sentía el temblor de la tierra cuando se acercaba, su presencia imponente lo sentía como un gigante, como todo hombre que vive en esos lugares con sus ropas gruesas, botas enormes siempre muy sucias, pocas veces fuimos cuando él vivía, al morir dejo a mi padre la cabaña, mi padre nos llevó varias veces después de que el abuelo murió.
Los momentos gloriosos eran cuando me iba a bañar a un arroyo de agua natural que provenía de las montañas, el agua más cristalina que hasta el día de hoy no he visto, un día que me encontraba nadando sentí la presencia de alguien que me observaba pensé que sería algún conejo o ardilla las cuales abundaban pero seguí sintiendo la sensación por lo que no me quede con la duda y salí del agua y empecé a buscar, detrás de un árbol me encontré con una niña, su cabello rojo brilloso frondoso y largo hasta debajo de su cintura, sus ojos azules tan grandes que se perdía su nariz “hermosa”, ahora lo digo, en aquellos tiempos solo me pareció alguien con quien convivir alguien de mi edad, su nombre “Sophia” me platico que vivía con sus abuelos pues su madre la dejo un día cuando ella tenía 5 años, se fue y jamás volvió. Su casa, la cual jamás conocí, estaba detrás de la colina, un lugar al cual mis padres no me dejaban ir porque decían que era muy peligroso. Desde ese día nos volvimos inseparables todos los días nos reuníamos a la misma hora en el arroyo y convivíamos como grandes y mejores amigos. un día paso algo raro, estábamos bañándonos en el arroyo el cielo estaba nublado, al momento que se escondió el sol, Sophia se puso nerviosa y se salió del agua rápido, se puso su ropa y corrió, no se despidió de mí y fue muy raro porque nos metíamos al agua casi todos los días, lógico que no era porque se mojaría, pensé que se iba por que tal vez y no podía irse por la lluvia o tal vez y los truenos le daban miedo no lo supe en ese momento.
Durante dos días llovió mucho y no pude salir, pero el tercer día amaneció con un sol enorme. Rápido me levante me cambie y salí corriendo al arroyo , mi madre me grito “ tú desayuno” a lo que conteste “ no tengo hambre” mi alegría era ver a Sophia de nuevo, llegue al arroyo y espere , espere , espere y ella no apareció. Regrese a casa casi a medio día, triste, pensativo porque Sophia no se había presentado, comí unas galletas con leche pues no tenía mucha hambre. Por la noche sentí esa presencia que sentí aquel día que la conocí, salí de mi cuarto y me fui al arroyo y ahí estaba Sophia, se estaba bañando sola, Sola!!! Que había pasado? Me acerque y le pregunte que le había pasado, me miro de forma extraña y me ignoro, sus ojos tenían algo diferente juraría que ya no se veían azules su cabello que siempre fue hermoso, ese día se veía maltratado seguía teniendo su color, pero se notaba raro. Me acerque sentí un poco de miedo por su comportamiento, pero era mi amiga y quería seguir con ella.
Como era de noche no pensaba meterme al agua, me senté en la orilla y le hable varias veces pero me ignoraba, estuve pensando en todo lo que habíamos hablado aquel día que salió corriendo pensando en que había dicho algo que le molesto o que algo paso que ella se sintiera mal conmigo pero no recordé nada, ya molesto me levante y le dije… Sophia que pasa contigo porque tu indiferencia!!! Se detuvo en el arroyo, camino hacia mí y me dijo ¿ nos conocemos? Por qué me llamas Sophia mi nombre es Ana, su voz era más gruesa y su forma de hablar era diferente. En ese momento mi enojo se volvió miedo, quien era?, acaso tenía una hermana gemela?, me habría equivocado de persona?, la vi y la vi varias veces de pies a cabeza y si era ella, tenía un peculiar lunar en la planta del pie era reconocible. Después de esas palabras, se fue… me ignoro completamente, me fui a casa y a partir de ese momento mi vida cambio.
Al día siguiente no tenía ganas de salir, mi madre me convenció de que fuera al arroyo, pues, tanto a ella como a mi padre les convenía que me perdiera todo el día, “quien sabe por qué”.
Ese día fui no con muchas ganas pero fui, llegue y no había nadie, con un alivio y poco de miedo me metí a bañar. Luego de un momento llego Sophia, o Ana? No le salude ni ella a mí, pensé que tal vez se sentía mal por lo del día anterior, su cabello ahora en una cola de caballo, sus ojos aquellos que me habían parecido hermosos el primer día se veían aunque azules de una forma muy tranquila, ella se sentó en la orilla y me hablo……. Hola, cómo te llamas?.
Qué?! Otra sorpresa grande, le dije, estás jugando? Quien eres tú, ella con un poco de miedo y nerviosismo me dijo Roberta. Con esa respuesta mis pensamientos, miedos y todo lo que tenía de días anteriores se multiplicaron, sentí un miedo dentro de mí que la piel se erizó, estaba dentro del agua y sentí como el frio me abrazaba como si estuviera en agua congelada.
Le hable de nuevo y le dije “ no me conoces? Me dijo mmmm creo que no, es la primer vez que nos vemos..
ese día se veía más tranquila más seria, aunque mi miedo me decía… sal corriendo a tu casa… me aguante y decidí hablar con ella me dijo que se llamaba Roberta y que vivía con sus abuelos que vivían detrás de la colina y que su mama la había dejado con ellos cuando tenía 5 años y que jamás volvió, la misma historia, pensé que tenía tal vez algún problema y se había olvidado, su tranquilidad me hizo hablar con ella, no se parecía a Sophia quien era alegre jovial e incansable, Ana con quien poco platique era muy seria, dura, se veía enojada , y Roberta era tranquila con cierto miedo con mucha tranquilidad, le platique mi vida, la misma que le platique a Sophia, durante la plática le vi el lunar mismo que tenía Sophia y claramente pensé que eran gemelas o triates pero no le pregunté, lo más lógico es que si lo era ella misma me lo diría, Sophia me lo debió de decir, mi platica con Roberta fue de lo más agradable y tranquila inspiraba mucha ternura esa tarde fue completamente diferente a las que había vivido, como todos los días nos dejábamos de ver como a las 4;00pm pasó lo mismo y se fue, el beso de despedida fue el más sencillo y dulce que he recibido en mi vida.
...