Leyenda

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Cuentan que hace años en Monterrey, hubo un caso muy peculiar acerca de la desaparición de una niña el 31 de octubre, ese día los niños tienen la costumbre de pedir calaverita las calles se llenan de niños vestido de su personaje favorito o de un personaje de terror. Lucia llamada así la niña salió de su casa vestida de monja, iba a pedir calaverita con su tía y también iba con una misión de poder vender calaveras de chocolate, para poder ayudar a su mamá con sus medicinas ya que ella se encontraba muy enferma.

Tras pasar la noche se empezó a ser tarde y ya iban a dar las 12 de la madrugada, Lucia se encontraba en una casa pidiendo calaverita, y su tía se encontraba afuera de una tienda en la calle Treviño en la colonia Topo Chico, su tía se distrajo un segundo, cuando voltio a ver, solo vio que la metieron a una camioneta y escuchaba los gritos de la niña pidiendo ayuda, ella se quedó paralizada  tras el suceso que vio. Lucia con mucho miedo empezó a gritar en la camioneta, y suplicándole a su secuestrador que la dejara, ya que tenía que ayudarle a su mamá, pero él no sintió compasión de ella, y como hacia Lucia no para de llorar, él le dio un golpe en la cabeza, tanto fue el impacto del golpe que la dejo inconsciente, tras llevarla una casa el secuestrador la mato sin piedad alguna, rebatándole la vida a una pequeña niña, tras terminar de matarla, volvió al lugar donde la secuestro y dejo su cuerpo ahí.  

Su tía hizo todo para encontrarla con vida pero los resultados fueron en vano, ya que como fue mencionado anteriormente su cuerpo fue encontrado en el mismo lugar donde fue secuestrada, las autoridades encontraron al secuestrador, después de varios días, y tuvo una sentencia perpetua, pero solo duro 3 días en la prisión, ya que los convictos con los que se encontraba lo golpearon hasta que quedó inconsciente y ya no despertó, ellos dijeron que lo golpearon por haber matado a una niña inocente y que él no merecía seguir vivo.

Fue una de las grandes noticias que impacto a la sociedad de Monterrey, ya que como una niña inocente pudo haber sufrido tanto, tras los días que encontraron  el cuerpo y después del velorio, la tía de Lucia se suicidó tras no poder soportar el hecho de que con tan solo descuidarse unos segundos paso toso lo sucedido y sentía una gran culpa y ella sentía que no podía vivir con ello.

Tras pasar los años la noticia fue olvida, y realmente solo pocas personas recordaban el gran suceso que se había presenciado en esa noche trágica.

Pero fue esta entonces que una noche del 31 de octubre del 2018, Alejandra vivió un suceso que impacto su vida. Tras pasar la noche del mencionado día, se encontraba a toda le gente en la calle ya que estaban pidiendo calaverita como de costumbre, ya se empezaba a ser noche, y para ser exacto faltaba poco para que dieran las 12 de la madrugada.

Alejandra se encontraba en una tienda ubicada en la calle Treviño, estaba en la tienda comprando algunas cosas para la cena, ya que en su casa ya habían terminado de dar la calaverita a los niños, en lo que estaba comprando entra una niña vestida de monja a la tienda y traía una bolsita de calaveras de chocolate y también su canasta para sus dulces, y se le acerca y le dice:

• Disculpe señorita, no le gustaría cómprame una calavera de chocolate.

A lo que Alejandra le contesto

• No gracias ahorita no tengo feria.

Alejandra siguió comprando sus cosas, pero le entro una angustia, ya que era muy tarde para que una niña anduviera sola en la calle, así que pago lo que iba a comprar y salió de la tienda y la niña estaba afuera y Alejandra le pregunto

• Disculpa vienes sola, es que ya es muy tarde para que estés sola  por aquí
• No mi tía viene conmigo solo que fue a un mandado – Contesto la niña

Ella le compro la calavera a la niña, a lo que ella le da 20 pesos que lo que le dijo que constaba eso y la niña se los guarda en una bolsita que tienen en su estómago. Alejandra le pregunto a la niña que donde estaba su mama, a la que la niña respondió:

• Mi mamá esta es la casa, no puede salir porque está muy enferma por eso estoy vendiendo las calaveras de chocolate, para poder ayudarla.
• Y donde vives. – Pregunto Alejandra
• Vivo en la colonia Tierra y Libertad.

Alejandra se quedó un más preocupada ya que en donde vivía la niña si quedaba un poco retirado de donde estaban. En la casa de Alejandra acostumbraban a darles dulces a los niños y les habían sobrado, así que ella decide alcanzar a la  niña y darle la bolsita de dulces.

Ella empieza a interactuar con la niña, le dio la bolsita y se le cayeron todos los dulces así que las dos los empiezan a recoger. Los amigos de Alejandra se empezaron a preocupar por ella, ya que ellos no la estaban viendo, empezaron a gritarle y a chiflar, a ella se le hizo raro ya que ella estaba enfrente de sus amigos con la niña solo que ellos no la podían ver.

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