Literatura comparada.
Enviado por AlexLlera • 23 de Noviembre de 2016 • Tarea • 2.466 Palabras (10 Páginas) • 273 Visitas
Portafolios.
Alejandro Chaparro rajo.
TRES ROSAS AMARILLAS. RAYMOND CARVER.
Raymond Carver (1938-1988) nació en el seno de una familia humilde. Su madre Ella Beatrice trabajaba ocasionalmente como camarera y su padre Clevie Raymond se ocupaba en un aserradero como leñador y pasaba su tiempo libre consumido en alcohol. Raymond seguiría los pasos de su padre en cuanto al abuso de la bebida.
Carver nos ofrece un relato histórico sobre los últimos días de Chéjov. Un homenaje a la altura de su protagonista, poco a poco la tuberculosis va matando al ilustre escritor. No es un cuento lleno de sentimentalismos, aunque con su lectura nos vemos inducidos a sentir por la fuerza de su honesta profundidad emocional. El número 3 aparece repetido a lo largo del relato, son tres rosas, tres lugares (restaurante, hospital y hotel), tres personajes los que están en la habitación en la que muere, tres copas de vino.
Es un relato en el que la participación lectora es crucial, debemos interpretar, y dar sentido al texto. Existen evidencias que dan que pensar, sin ir más el color de las rosas, amarillas, color que porta consigo la muerte. Aunque curioso y digno de evaluar nos parece el comportamiento de su mujer de principio a fin. Como deciamos el amor que ella siente no está cargado de sentimentalismo, y es que ella no se lamenta de forma exacerbada por haber perdido a su esposo, actúa con serenidad y cordura con una capacidad emocional impecable. Cuando el botones se dirige a la funeraría (hecho ya pactado por la mujer) lo que realmente quiere es ganar unas horas con su difunto esposo en soledad antes de que la prensa y la sociedad se avalncen sobre ellos. Estas muestras puras de amor, actos en sí, son los que realmente emocionan al lector.
Por otra parte el tapón de la botella de Champán lo podemos asimilar a la muerte de Chejov y la reacción del botones a esta, en un inicio el botones no sabe quién es el señor que va a morir, el corcho está presionado y encerrado, como un misterio. Cuando se descorcha, la muerte, la repercusión y la apertura del corcho el botones se da cuenta de que no olvidará jamás lo sucedido, al igual que el tapón ya no volverá a encajar.
EL MANDARÍN Y EL DIABLO DE LA BOTELLA. QUEIRÓS Y STEVENSON
El mandarín, de Queirós fue un escritor portugués, considerado por muchos el mejor realista de su país en el siglo XIX. Y El diablo de la botella, de Stevenson, escocés muy famoso en el panorama literario, muchas de sus obras han sido llevadas a la gran pantalla. Estas obras las vamos a poner en relación.
El diablo es una figura importante en las dos obras, podría decirse que es el eje del mal y el que provoca en los protagonistas el florecimiento del arrepentimiento cristiano y las debilidades del ser desgraciado. Son ambas un preámbulo que sirve de intermediario a los dos autores para dar una enseñanza moral de la vida, las ambiciones materiales en las que se obtienen beneficios por el mínimo esfuerzo suelen traer consecuencias negativas. Nos recuerda esta idea al poema de Mio Cid y las luchas morales entre la nobleza heredada y la nobleza de sangre. Quizá no tengan mucho que ver un tema con otro, pero en el esfuerzo por conseguir lo que se poseé está la verdadera satisfacción, lograr los hitos que nos marcamos y conseguimos con la fuerza de nuestros brazos y el aliento más hondo. Los finales no tienen nada que ver en ambas obras pero la moraleja es un símil.
Lo importante no es andar, sino el camino en sí. Los bienes materiales vienen reflejados en ambas obras en los elementos físicos, la campanilla, y la botella, y los bienes morales los desencadena el diablo, que se encierra en los anteriores.
OMAR KHAYYAM (matemático, astrónomo y poeta persa), ANACREONTE (poeta griego) LI TAI PE (poeta chino).
51. Omar Khayyam.
¿Nuestro tesoro. El vino. ¿Nuestro palacio. La taberna. ¿Nuestros
fieles amigos. La sed y la embriaguez. Ignoramos la inquietud
porque sabemos que nuestras almas, lo mismo que nuestras copas y
trajes mancillados, no tienen que temer ni el polvo ni el agua ni el
fuego.
En un festín. Anacreonte.
Alegres y gozosos,
dulce vino bebamos,
y en festivos cantares
celebremos a Baco,
al inventor del baile,
al amante del canto,
del niño Amor amigo
y de Venus amado.
De beodez amable
al padre soberano
de la risa y placeres,
que disipa cuidados,
que el dolor adormece;
y cuando el dulce vaso
los jóvenes ofrecen
de su licor mezclado,
cual viento impetuosos
van en tropel volando
los tristes pensamientos;
bebamos, pues, bebamos,
y en espumosas copas
embriaguemos cuidados.
¿Qué utilidad te viene
de los lamentos vanos?
Lo por venir, ¿quién sabe?
Pues al mortal no es dado
el saber de su vida
el destinado a plazo.
Por eso, yo, por eso,
bebiendo dulces vasos,
quiero danzas festivas
y de esencias bañado,
con hermosas doncellas
trabas lascivos lazos.
Tome pesar quien quiera,
aflíjanle cuidados,
y nosotros, contentos,
dulce vino bebamos,
y en festivos cantares
celebremos a Baco.
Alabanza al vino. Li Tai pe.
No amara el cielo el generoso vino
el «astro-vino» en la serena noche
no diera al hombre el celestial derroche
de su fulgor lejano purpurino.
Ni roja fiesta en tibia primavera
llenara de alegría las campiñas
si el jugo embriagador no nos lo diera
el alma tierra con sus dulces viñas.
Si cielo y tierra el vino te ofreciera
¿Por qué temer tan santa borrachera?
Hubo famosos sabios borrachines;
con tres copas no más el cielo se abre
y es tuyo el universo y sus confines.
Es un rapto fugaz a lo ignorado
...