Literatura
Enviado por karlaanicu • 2 de Noviembre de 2014 • 2.666 Palabras (11 Páginas) • 162 Visitas
LA LECHERA
Llevaba en la cabeza Una lechera el cántaro al mercado Con aquella presteza, Aquel aire sencillo, aquel agrado, Que va diciendo a todo que lo advierte: ¡Yo si que estoy contenta con mi suerte! Porque no apetecía Más compañía que su pensamiento, Que alegre la ofrecía Inocentes ideas de contento, Marchaba sola la feliz lechera, Y decía entre sí de esta manera: <<Esta leche vendida, En limpio me dará tanto dinero, Y con esta partida Un canasto de huevos comprar quiero, Para sacar cien pollos, que al estío Me rodeen cantando el pio, pio. Del importe logrado De tanto pollo mercaré un cochino; Con bellota salvado, Berza, castaña, engordará sin tino; Tanto, que puede ser que yo consiga Ver como se le arrastra la barriga. Llevárselo al mercado; Sacaré de él sin duda buen dinero: Compraré de contado Una robusta vaca y un ternero Que salte y corra toda la campaña, Hasta el monte cercano a la cabaña >> Con este pensamiento Enajenada, brinca de manera, Que a su salto violento El cántaro cayó. ¡Pobre lechera! ¡Qué compasión! Adiós leche, dinero, Huevos, pollos, lechón, vaca y ternero. ¡Oh loca fantasía, Que palacios fábricas en el viento! Modera tu alegría; No sea que saltando de contento, Al contemplar dichosa tu mudanza, Quiebre su cantarillo su esperanza. No seas ambiciosa De mejor o más próspera fortuna; Que vivirás ansiosa Sin que pueda saciarte cosa alguna.
MORALEJA:
No anheles impaciente el bien futuro; Mira que ni el presente está seguro
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Era un día de verano y una hormiga caminaba por el campo recogiendo granos de trigo y otros cereales para tener algo que comer en invierno. Una cigarra la vio y se sorprendió de que fuera tan laboriosa y de que trabajara cuando los demás animales, sin fatigarse, se daban al descanso. La hormiga, de momento, no dijo nada; pero, cuando llegó el invierno y la lluvia deshizo el heno, la cigarra, hambrienta, fue al encuentro de la hormiga para pedirle que le diera parte de su comida. Entonces, ella respondió: "Cigarra, si hubieras trabajado entonces, cuando yo me afanaba y tú me criticabas, ahora no te faltaría comida."
MORALEJA:
Cada uno debe aprender a responder de su propia conducta.
LEYENDA DEL CERRO DE LA BUFA
Se dice que el Cerro de la Bufa, Zacatecas, guarda dentro un inmenso tesoro, conformado por una larga escalinata de mármol, que conduce a un bellísimo palacio, con pisos de plata y muros de oro. La iluminación se produce solamente por el intenso brillo de piedras preciosas que cuelgan por todas partes. Aquel que quiera ser el dueño de tales virtudes, debe pasar una serie de pruebas impuestas por una bella mujer…
Hasta este momento todo parece muy bello, una vida llena de inmersa fortuna y la compañía de una impresionante mujer para el afortunado, pero las cosas no puede ser tan sencillas; hay aparte una serie de hechos que convierten este relato en una verdadera leyenda de terror que ha asustado a la gente por siglos, razón por la cual, pocos se han atrevido a buscar dichas riquezas. La existencia del tesoro es algo que no muchos han puesto en duda, ya que en los registros de la historia, consta que en 1546 se descubrió al pie del cerro mucha plata. Con respecto a la mujer, se dice que es una princesa encantada que se aparece en lo más alto del cerro, solamente una vez al año, durante la fiesta del pueblo. Esta muchacha espera a que pase por la vereda algún hombre, después le pide que la lleve en brazos hasta el altar mayor de lo que hoy es la Basílica de Zacatecas. Debido a la gran hermosura que ella proyecta es difícil que alguien se niegue a su petición, además, les promete revelar información sobre la ciudad encantada que descansa bajo el cerro. Además de cargarla, pone como condición no voltear hacia atrás sin importar los sonidos que se escuchen. Mientras van en camino, el ambiente se llena de ruidos raros, voces llamando al hombre por su nombre, susurrando palabras de muerte, rugidos de animales conocidos y fieras extrañas, todo un enjambre demoniaco emitiendo lamentos y quejidos…
El miedo poco a poco invade su corazón, las piernas pierden sus fuerzas, se dificulta la respiración, se sabe rodeado, acechado, vigilado, probablemente cazado, y no puede resistir más, voltea su cabeza y la muchacha que lleva en sus brazos se transforma en una horrible serpiente y todo termina… En los cuatro siglos que tiene de existencia Zacatecas, no hubo valiente, que soportara traer el infierno a sus espaldas, todos ellos voltearon a verlo, y hasta ahí llegaron, la princesa sigue apareciendo y el tesoro esperando.
LEYENDA DEL MOLE POBLANO
Cuenta la leyenda, que en una ocasión Juan de Palafox, Virrey de la Nueva España y Arzobispo de Puebla, visitó su diócesis, un convento poblano le ofreció un banquete, para el cual los cocineros de la comunidad religiosa se esmeraron especialmente. El cocinero principal era fray Pascual, que ese día corría por toda la cocina dando órdenes ante la inminencia de la importante visita. Se dice que fray Pascual estaba particularmente nervioso, y que comenzó a reprender a sus ayudantes, en vista del desorden que imperaba en la cocina. El mismo fray Pascual comenzó a amontonar en una charola todos los ingredientes para guardarlos en la despensa, y era tal su prisa, que fue a tropezar exactamente frente a la cazuela, donde unos suculentos guajolotes estaban ya casi en su punto. Allí fueron a parar los chiles, trozos de chocolate y las más variadas especias, echando a perder la comida que debía ofrecerse al Virrey. Fue tanta la angustia de fray Pascual, que éste comenzó a orar con toda su fe, justamente cuando le avisaban que los comensales estaban sentados a la mesa. Un rato más tarde, él mismo no pudo creer cuando todo el mundo elogió el accidentado platillo. Incluso hoy, en los pequeños pueblos, las amas de casa apuradas invocan la ayuda del fraile con el siguiente verso: "San Pascual Bailón, atiza mi fogón".
EL CALLEJÓN DEL MUERTO EN PUEBLA
Este relato es poco conocido en la ciudad de Puebla se trata de una historia que ocurrió en el siglo XVII en el barrio de analco en lo que a hora es la calle 12 sur entre la 3 y la 5 oriente y que es llamado “el callejón del muerto”, la historia nos remota al año de 1785 cuando un hombre cruzo por esta calle a las 3 de la mañana en busca de una partera debido que su esposa estaba a punto de dar a luz de pronto otro hombre se acercó le pidió su dinero amenazándolo de muerte sin embargo, Don Anastasio Priego hombre acaudalado de la época saco su espada matando al asaltante desde entonces según cuentan los relatos populares que el alma de este hombre sigue penando hasta nuestros días apareciéndoles a todas aquellas personas
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