Los Contenidos De La Enseñanza
Enviado por beiby • 4 de Marzo de 2015 • 1.147 Palabras (5 Páginas) • 282 Visitas
Los contenidos de enseñanza. Principios para una reflexión.
Autor: Pierre Bourdieu y Francois Gros.
En esta lectura se plantea los principios de organización de los contenidos de la enseñanza. Destacando la necesidad de la revisión constante de los programas de estudio. La necesidad de una selección de los contenidos que hagan de alumno reflexivo y crítico impulsando nuevas estrategias de aprendizaje. Se propone también un análisis del programa de estudios. Analizar los contenidos a partir de una evaluación. Observar el rendimiento de la transición del saber. Propone rescatar la importancia de la coherencia en los contenidos y el equilibrio que se debe dar entre las diferentes especialidades.
A fines del año de 1988 fue creada por el Ministro de Educación Nacional una Comisión de reflexión sobre los contenidos de la enseñanza. Presidida por Pierre Bourdieu y Francois Gros e integrada por Pierre Baqué, Pierre Bergé, René Blanchet, Jacques Bouveresse, Jean-Claude Chevallier, Hubert Condamines, Didier DaCunha Castelle, Jacques Derrida, Philippe Joutard, Edmond Malinvaud y Francois Mathey recibió el encargo de proceder a una revisión de los saberes enseñados, velando por reforzar la coherencia y la unidad de estos saberes.
Una vez aceptados estos principios por las comisiones de trabajo especializadas, éstas continuarán o iniciarán un trabajo de reflexión más profundo sobre cada uno de los grandes campos del saber. Si en el sistema de enseñanza los cambios resultantes de la reflexión constituyen como siempre una exigencia permanente, evidentemente no se trata de hacer a cada momento tábula rasa del pasado. En efecto, entre todas las innovaciones que han sido introducidas en el curso de años recientes, muchas estaban plenamente justificadas. La forma, necesariamente abstracta y general, de los principios aquí enunciados, no se justifica de entrada, sino por el trabajo posterior que deberá respetar el rigor sometiéndolos a prueba para determinar y diferenciar el contenido.
PRIMER PRINCIPIO
Los programas deben estar sujetos a una revisión periódica con miras a introducir en ellos los saberes exigidos por los progresos de la ciencia y los cambios de la sociedad (principalmente aquellos de la unificación europea), toda adición deberá ser compensada por supresiones.
Ello implica, entre otras cosas, que el control de aprendizaje y el modo de evaluación de los progresos logrados sean transformados profundamente: la evaluación del nivel alcanzado no debería ya sustentarse únicamente en un examen pesado y aleatorio, sino que debería asociar el control continuo y un examen terminal que se aboque a lo esencial y se proponga medir la capacidad de utilizar los conocimientos en un contexto totalmente diferente.
SEGUNDO PRINCIPIO
La educación debe privilegiar todas las enseñanzas pertinentes para ofrecer modos de pensamiento dotados de una validez y una aplicación generales, en relación con aquellas
enseñanzas que proponen los saberes susceptibles de ser aprehendidos de manera igualmente eficaz (y a veces más agradable) por otras vías. En particular, hay que cuidar que la enseñanza no permita que subsistan lagunas inadmisibles, porque son perjudiciales para el éxito del conjunto de la empresa pedagógica, en particular en materia de modos de pensamiento o de habilidades fundamentales que terminan por no ser enseñadas por nadie, porque se considera que todos las enseñan. Y finalmente habría que vigilar de colocar en un lugar importante a todo un conjunto de técnicas que, si bien tácticamente son exigidas por todas las enseñanzas, rara vez son objeto de una transmisión metódica.
TERCER PRINCIPIO
Abiertos, flexibles, revisables, los programas son un marco y no un grillete: deben ser cada vez menos obligatorios en la medida en que se asciende en la jerarquía de las categorías de enseñanza; su elaboración
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