Luvina
Enviado por alhelimar • 9 de Junio de 2014 • Examen • 1.000 Palabras (4 Páginas) • 188 Visitas
"Luvina" parece que comienza con una descripción impersonal del autor desde fuera, el narrador omnisciente, pero poco a poco se va revelando que realmente no es él quien habla, cuenta o describe. En verdad, el narrador omnisciente sólo interviene muy contadas veces -cuatro- en todo el relato y, además con absoluta parquedad. Se convierte así en testigo de un largo parlamento, casi un monólogo interior, y sólo se permite servir de enlace para ir creando el ambiente con breves acotaciones a la voz que domina el relato: El hombre aquel que hablaba se quedó callado un rato, mirando hacia fuera... Bebió la cerveza hasta dejar sólo burbujas de espuma en la botella y siguió diciendo…
La mayoría de las narraciones de Rulfo están contadas en primera persona por un narrador presencial que además suele ser el protagonista del relato. Es este narrador el que transmite al lector su visión del mundo, de las cosas y de los hechos con una perspectiva casi siempre desoladora. En "Luvina", el narrador o voz que habla es la del personaje protagonista-testigo que monologa absorbentemente en primera persona desde el principio al fin del cuento.
Abismado como está en su memoria y posiblemente narcotizado por el abuso del alcohol, no piensa más que en Luvina, en lo triste y devastado del lugar. Se cierne sobre su mente como una abrumadora pesadilla que le impide hablar y de cuando en cuando queda abstraído mirando al exterior de la tienda. [19]
Su figura es intencionalmente vaga, ya que no está descrito o caracterizado y ni siquiera tiene nombre ni apariencia. A través de sus palabras, y sólo muy aleatoriamente, sabremos que era un maestro rural, casado y con tres hijos, que hace ya quince años pasó un tiempo largo e impreciso en San Juan Luvina (Me parece que usted me preguntó cuántos años estuve en Luvina... La verdad es que no lo sé. Perdí la noción del tiempo desde que las fiebres me lo enrevesaron; pero debió haber sido una eternidad.) y fue aquella una experiencia tan negativa que quedó obsesiva e imborrable en su recuerdo, marcó para siempre su vida y lo dejó derrotado y destruido.
Como bien se ha observado, este narrador protagonista del cuento de Rulfo es una transposición del personaje típico de muchas mitologías que regresa del infierno y, a la entrada de este, cuenta, a los incrédulos viajeros que se disponen a emprender el mismo recorrido, las dificultades y los horrores que encontrarán en su destino.
¿Quién es el narratario, el interlocutor u oyente a quien se dirige la voz del narrador? Se trata de un -todavía más- misterioso personaje, también sin nombre, sin rostro, sin palabra -por lo tanto no interlocutor-, y sin acción; un personaje indefinido que abre múltiples posibilidades de interpretación a los lectores. Nada más sabremos, por unas mínimas alusiones del protagonista, que se trata del nuevo maestro destinado al pueblo de Luvina, Como dice Luis Leal, parece un ser irreal; más que un personaje, es una sombra,
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