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Motivación De Los Padres Y Representantes


Enviado por   •  20 de Abril de 2014  •  Ensayo  •  2.129 Palabras (9 Páginas)  •  254 Visitas

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MOTIVACIÓN DE LOS PADRES Y REPRESENTANTES ANTE EL DESEMPEÑO ESCOLAR DE SUS HIJOS AL INGRESO DE LA PRIMERA ETAPA DE EDUCACIÓN BÁSICA

AUTOR:

JULIO 2012

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Educar se constituye en el proceso en el cual el niño o el adulto convive con otros interviniendo, ensenando o aprendiendo simultáneamente y de cuya relación se produce una transformación, algunas veces es sistemática y planificada pero otras no, lo que implica que educar ocurre todo el tiempo, ya que es el producto del convivir en comunidad, aunque no se esté consciente de ello, se va instaurando en las personas a través de las distintas formas de aprendizaje.

En tal sentido, los padres han de ser agentes activos ante el proceso educativo de los hijos, para que sus implicaciones no ayuden solo a afianzar los conocimientos adquiridos en el entorno escolar sino a incentivar el cumplimiento de los deberes, es por eso que al hablar de escuela o de proceso de enseñanza aprendizaje, se debe en primer lugar afrontar y conocer la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos y en segundo lugar establecer la necesidad de colaboración estrecha y mancomunada entre padre y educadores.

Lo señalado anteriormente implica que la participación de los padres en la educación de los hijos ha de ser considerada esencial, prioritaria y fundamental, pues son los padres los que constituyen el primer factor impulsor que hace que los niños actúen, en la medida que un niño observe que sus padres se interesan por las actividades y los deberes escolares en esa misma medida se sentirán más motivados para cumplirlos; por ende los

padres deben tomar la iniciativa y asumir la participación protagónica en la formación de la personalidad y educación de los hijos. De allí, la importancia de la integración de los padres en el proceso de aprendizaje de los niños, pues le brindan un clima adecuado y motivador, la comunicación frecuente y oportuna entre padres y docentes redundan en el proceso académico y formativo del niño ya que se comparten las acciones y se comunican las experiencias que se plantean en el aula de clase y se consolidan en el hogar, o viceversa, permitiendo consolidar los objetivos de la educación y hacerlo de la mejor manera.

Ahora bien, la motivación escolar es un proceso que dirige y mantiene una conducta positiva hacia los compromisos escolares con el propósito de lograr una meta, es decir que la disposición del trabajo hacia las actividades académicas dependen no solo de factores cognitivos en cuanto a las habilidades del pensamiento y capacidades para la resolución de tareas, sino que también involucra elementos afectivos como la autoestima e! auto concepto ye! autocontrol ; y familiares como la influencia de los padres y la motivación que realmente se efectué en el cumplimiento de actividades y deberes. Según Soler (2006):

Todos los estudios y las estadísticas de las ciencias del aprendizaje y de la educación lo confirman: la motivación será el objetivo fundamental de la humanidad en los próximos decenios. Todos los especialistas en el tema están de acuerdo en un punto: nuestra motivación influye en toda nuestra existencia: relaciones profesionales, familiares, sociales, ocio y desarrollo personal. La motivación nos permite seguir adelante, construir nuestra vida cotidiana y ver el futuro con lucidez y pragmatismo (p, 5).

Es por ello que la correcta aplicación de la motivación o de situaciones motivadoras establecerá un clima o ambiente acorde al desarrollo integral y operativo del individuo. Por tanto, el niño o niña motivado ha de sentirse satisfecho por sus logros académicos, los cuales han de ser reconocidos y actualizados en todo momento, el niño debe ser estimulado en el entorno escolar y familiar, lo que producirá un factor aliciente y un gran punto de apoyo que le induce a plantearse nuevos retos, nuevas metas y proponer alternativas de solución innovadoras sintiendo que las actividades se realizan de forma agradable y que el logro de esas nuevas metas le causan satisfacción tanto a nivel individual como a nivel familiar y escolar.

No obstante la realidad observada es otra, hoy día los estudiantes desde sus etapas iníciales poseen poca motivación hacia las actividades académicas, que se evidencia al otorgarle un valor mínimo o casi insignificante a las actividades o tareas escolares, más allá de que estas actividades utilicen estrategias innovadoras, creativas y dinámicas o no. A la par de esto no existe pro actividad de los padres frente al trabajo escolar de sus hijos, de allí que se asuma el quehacer educativo como un espacio de interacción social y no como un medio exitoso de alcanzar aprendizajes realmente significativos.

Estas aseveraciones generan en los docentes inquietudes constantes sobre su accionar para proporcionar la motivación adecuada y necesaria que haga que sus estudiantes alcancen el interés necesario y el esfuerzo requerido para lograr el aprendizaje y la adquisición de tos conocimientos, destrezas y capacidades que han de constituir el objetivo fundamental de la enseñanza que él pretende realizar.

Sin embargo, nada de lo que se haga en la escuela, el aula o el docente va a tener efectividad si en el hogar no se refuerza los valores, las actitudes y pensamientos impartidos en o por la institución educativa, en su gran mayoría estos no serán fructíferos si no se cimientan, fomentan, apoyan y promocionan en el ambiente familiar, social y cultural que rodea y con el cual interactúa el niño.

Así mismo, los ingredientes progresivos en los indicios de/ irresponsabilidad frente a los compromisos escolares, el incremento de las inasistencias, el desinterés por destacar en los temas curriculares, la dependencia a recibir apoyo para finalizar las actividades, la carencia de esfuerzo y constancia son entre otros los síntomas más comunes encontrados en las instituciones lo que conlleva a la reflexión del docente al percatarse de esta grave situación. Como lo explica Soler (2006)

La desmotivación se traduce en perdida de interés por hacer las cosas y pasividad. Una persona desmotivada no actúa de manera consciente y voluntaria, lo pasa mal, y poco a poco, se deja invadir por el estrés y por los pensamientos negativos que debilitan su estado mental y le llevan hacia el decaimiento y depresión momentánea. (p32)

Se infiere que esta situación está directamente relacionada con la ausencia de conductas o comportamientos proactivos por parte de los padres hacia la motivación de los hijos en el hogar, eludiendo el compromiso moral y social de hacerse cargo

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