Principios Para Una Reflexión Sobre Los Contenidos De La Enseñanza
Enviado por kellylislie • 16 de Marzo de 2014 • 3.446 Palabras (14 Páginas) • 421 Visitas
Indice
1. Reforma curricular basada en principios.
El caso francés.......................................................................................................7
2. Diseño curricular. Educación Básica Común.
Fundamentos y Área de Lengua (1986)..............................................................15
3. Diseño curricular.
Educación media polimodal (1995)....................................................................161
4. Diseño curricular.
Educación universitaria(1986) ............................................................................193
Reforma curricular
basada en principios
El caso francés
Bourd i e u , P i e r re y G ro s , F r a n ç o i s ,
" P r i n c i p i o s p a r a u n a re f l e x i ó n s o b re
l o s c o n t e n i d o s d e l a e n s e ñ a n z a " .
E n : Rev i s t a d e E d u c a c i ó n
Nº 292, Año 1990, pp. 4 1 7 - 4 2 5
PRINCIPIOS PARA UNA REFLEXIÓN SOBRE
LOS CONTENIDOS DE LA ENSEÑANZA
PIERRE BOURDIEU
FRANCOIS GROS*
INTRODUCCIÓN
A Finales de 1988, el Ministro de Educación Nacional francés creó una comisión para el estudio
de los contenidos de la enseñanza. A dicha comisión, presidida por Pierre Bourdieu y Francois
Gros e integrada por Pierre Baqué, Pierre Bergé, René Blanchet, Hacques Bouversesse, Jean Claude
Chevallier, Hubert Condamines, Didier DaCunha Castell, Jacques Derida, Philippe Joutard, Edmond
Malinvaud y Francois Mathey, se le encomendó la tarea de revisar los conocimientos transmitidos en
la escuela con vistas a acrecentar su grado de coherencia y su unidad.
En la primera fase de sus actividades, los miembros de la comisión se propusieron establecer
los principios que informarían su trabajo. Conscientes de las implicaciones y aplicaciones prácticas,
en especial pedagógicas, de dichos principios intentaron ajustarse en todo momento a la disciplina
propiamente intelectual emanada de la lógica intrínseca de los diversos ámbitos del saber, considerando
tanto los conocimientos disponibles y las cuestiones susceptibles de formulación como los saberes
que vislumbraban en el futuro. No siendo su función intervenir directamente en la definición a
corto plazo de los programas educativos, optaron por trazar las grandes líneas de una transformación
progresiva de los contenidos de enseñanza. Aunque pudiera llevar cierto tiempo, dicha transformación
se juzgó indispensable para seguir la evolución de la ciencia y de la sociedad; incluso debería
permitir adelantarse a esa evolución en la medida de lo posible.
Guiadas por los principios aludidos, diversas comisiones especializadas iniciarán o proseguirán
un trabajo de reflexión pormenorizado sobre las grandes áreas del conocimiento. Su objetivo no
será diseñar e1 programa perfecto de la enseñanza ideal, sino efectuar observaciones precisas sobre
las consecuencias de los principios propuestos. Los resultados que se obtengan (relacionados básicamente
con la reestructuración de las divisiones del saber y la redefinición de las condiciones de su
transmisión, con la eliminación de las nociones caducas o poco pertinentes y con la introducción de
los nuevos conocimientos impuestos por los avances de la ciencia y los cambios económicos, tecnológicos
y sociales), podrán ser presentados y debatidos en un simposio convocado al efecto, en el
que participarán expertos internacionales.
A pesar de que, tanto dentro del sistema educativo como en otros ámbitos, la introducción de
cambios como resultado de un esfuerzo de reflexión constituye una exigencia permanente, no se trata,
como es obvio, de hacer tabla rasa del pasado. En efecto, muchas de las innovaciones llevadas a
cabo en los últimos años están plenamente justificadas. Ahora bien, aunque importa evitar el abandono
irreflexivo de toda herencia histórica, no es posible discernir siempre y en todos los dominios lo
“caduco” de lo “válido”. La solución, si así puede denominarse, reside en una reflexión permanente
sobre la relación que puede y debe establecerse entre la conservación necesaria del pasado y la
adaptación no menos imprescindible al porvenir. El carácter forzosamente abstracto y general de los
principios así enunciados sólo puede justificarse por medio del trabajo futuro. Este último deberá respetar
el rigor de los principios y, al mismo tiempo, ponerlos a prueba para determinar y diferenciar su
contenido.
PRIMER PRINCIPIO
Los programas deben ser cuestionados y revisados periódicamente, con objeto de introducir
en ellos los conocimientos que exige el progreso de la ciencia y los cambios sociales (principalmente
los relacionados con la unificación europea); todo elemento añadido deberá compensarse con una
supresión concomitante.
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* Collège de France
Reducir la extensión, e incluso la dificultad de un programa no comporta necesariamente un
descenso del nivel. Por el contrario, tal reducción, efectuada correctamente, debe permitir una elevación
del nivel en la medida (pero sólo en la medida) en que permita trabajar mejor, sustituyendo el
aprendizaje pasivo por la lectura activa (ya sea de libros o de soportes audiovisuales), la discusión y
los ejercicios prácticos, y, de este modo, otorgando a la creatividad el lugar que le corresponde en el
ámbito educativo.
Lo anterior supone, entre otras cosas, una profunda modificación del control del aprendizaje y
de las formas de evaluación: ésta última no debe basarse exclusivamente en un examen farragoso y
aleatorio; por el contrario, ha de aunar procedimientos de evaluación continua y un examen final enfocado
hacia los aspectos fundamentales; el objeto de ese examen sería medir la capacidad del alumno
para aplicar los conocimientos asimilados en un contexto totalmente distinto al de su adquisición
(por ejemplo, en las ciencias experimentales podrían realizarse ejercicios prácticos que permitieran
evaluar la capacidad crítica, la inventiva y el “sentido práctico”).
SEGUNDO PRINCIPIO
La educación debe primar las enseñanzas capaces de brindar modos de pensamiento dotados
de validez y aplicabilidad generales, por encima de aquellas que, aun proponiendo saberes susceptibles
de ser aprendidos de forma igualmente eficaz (y a veces más agradable),
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