Principios conceptuales de los proyectos pedagógicos
Enviado por MJZS4444 • 13 de Marzo de 2014 • 2.255 Palabras (10 Páginas) • 323 Visitas
Principios conceptuales de los proyectos pedagógicos
Los principios conceptuales que articulan el Programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía son: ser humano, género, ciudadanía, educación, sexualidad, educación para la sexualidad y construcción de ciudadanía.
Ser humano: sujeto social activo de derechos
El concepto de ser humano hace referencia al carácter igualitario de todos los sujetos, independiente de la época y el lugar. Esta igualdad se basa en la dignidad propia de todos y cada uno de los integrantes del género. Es el fundamento para una concepción universal de los derechos humanos¹ y puede ser comprendida en tres aspectos globales interrelacionados. Primero, vivir como uno quiera, es decir la dignidad entendida como la autonomía o la posibilidad de diseñar un plan de vida propio. Segundo, vivir bien, tener unas ciertas condiciones materiales y sociales de existencia; y tercero, vivir sin humillaciones, poder tener integridad física y moral².
Así, los derechos humanos "son los derechos que poseen todas las personas en virtud de su común humanidad; son derechos relativos a vivir con libertad y con dignidad. Otorgan a todos exigencias morales frente a la conducta de individuos y frente al diseño de las prácticas sociales vigentes. Los derechos humanos son universales, inalienables e indivisibles. Expresan nuestros más profundos compromisos por garantizar a todas las personas la seguridad en el disfrute de los bienes y libertades necesarias para vivir dignamente"³. "Con mis pares aprendimos esto", dice Adriana Mendoza, estudiante de grado 10° de Bucaramanga, "Tus derechos son mis deberes... Porque cuando nosotros tenemos un derecho, al mismo tiempo tenemos un deber, entonces, en el momento en que nosotros respetamos ese derecho, debemos hacerlo cumplir y, al hacerlo, se hace un deber para todos".
Género y ciudadanía
Esta concepción de ser humano tiene una mirada implícita de género. Así, comprende a hombres y mujeres como libres e iguales en dignidad y, por consiguiente, igualmente sujetos activos sociales de derecho. Reconoce sus relaciones sociales como producto histórico y cultural que ha instituido roles diferenciados en desmedro de la situación y posición de las mujeres. Por eso propende la equidad entre hombres y mujeres mediante el desarrollo de competencias ciudadanas. Así, cambian las relaciones democráticas entre hombres y mujeres y se reconoce de otra manera las circunstancias y el potencial de ambos para, por ejemplo, la promoción de nuevos y diferentes comportamientos culturales de género. "Trabajar en esta propuesta me posibilitó, como padre y como hombre, pensar de manera distinta mi relación con mis hijas mujeres y mi masculinidad", afirma Daniel Fernández, del Proyecto del Fondo Mundial en Colombia/OIM.
Una educación para el desarrollo de competencias
La educación contemporánea promueve la construcción de conocimiento que adquiera significación a partir de una razón de ser y de una utilidad para la vida del educando, así como de su relación con problemáticas más cercanas al estudiante y de mayor actualidad.
Los objetivos del aprendizaje y las metodologías de los proyectos pedagógicos parten de temas relacionados con la cotidianidad, para atraer el interés de los estudiantes e involucrarlos en la toma de decisiones concernientes a su entorno. Por eso, se busca el desarrollo de aptitudes y capacidades que les permitan actuar de manera constructiva y flexible, lo cual exige un análisis de las prácticas cotidianas: las motivaciones para la acción y las consecuencias de las decisiones, las emociones involucradas, las habilidades comunicativas comprendidas en el ejercicio de la convivencia, la participación, el respeto por las demás personas y la valoración de la pluralidad y las diferencias. "La homofobia era muy marcada en mí. Hoy día, después del proyecto, considero que la orientación sexual es un derecho y es mi deber respetarla", explica Nidia Herrera, psico-orientadora de San Juan Nepomuceno, Bolívar.
Entendida así, la educación es un medio para el cambio personal y social pues brinda los medios y las herramientas para que las personas se apropien de la construcción de su destino, teniendo en cuenta a los demás y propendiendo al bien común. Es, en resumen, el proceso por el cual se promueve el florecimiento pleno y libre de la personalidad, ya que en la medida en que este sea cada vez mayor, acorde con el desarrollo cognitivo, emocional y del juicio moral, la persona estará en condiciones de dar más y mejores aportes a la vida en comunidad.
De la ciudadanía como estatus a la ciudadanía como ejercicio activo
Ciudadanía es la condición desde la cual las personas participan en la definición de su propio destino como individuos y como sociedad, en consonancia con la idea de que "todos los derechos humanos tienen su origen en la dignidad y el valor de la persona humana y que ésta es el sujeto central de los derechos humanos y las libertades fundamentales, por lo que debe ser el principal beneficiario de esos derechos y libertades y debe participar activamente en su realización"4.
Así, la ciudadanía se asume y se ejerce. Se asume cuando la persona se reconoce como integrante de un ordenamiento social y parte de las instituciones propias de ese ordenamiento, mediante la comprensión de los valores, costumbres, tradiciones, normas, formas de interacción y comunicación del contexto (familia, localidad, sociedad) en que habita. Se ejerce al participar activamente en la construcción, transformación y mejoramiento de tales contextos. Así lo comprenden los estudiantes de San Juan Nepomuceno, que realizaron el Panel Municipal de políticas Públicas sobre Juventud y Derechos Sexuales y Reproductivos, cuyo propósito fue "crear una conciencia ciudadana en una sociedad que valore no sólo la mayoría sino también la participación de unos pocos como interlocutores válidos; en este encuentro queremos dialogar y formular propuestas de solución a los problemas más comunes [...] Abrir espacios de integración que le permitan a jóvenes y adultos conocer, respetar y hacer valer sus derechos".
El reconocimiento de la dignidad inherente a toda persona permite y obliga a respetarla e integrarla a la sociedad a partir de su diferencia. Así, se forja una cultura de los derechos humanos, en la construcción de ciudadanía. "Para que un derecho pueda cumplirse se necesita un titular, que es quien lo ejerce, y un garante, que es quien se hace cargo de que sea provisto por los distintos responsables y vigila que no sea violado. El garante de que el derecho sea provisto en una red de responsabilidades compartidas con
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