Sistesis Del Nacimiento De Alquimista
Enviado por yayis82 • 30 de Abril de 2013 • 833 Palabras (4 Páginas) • 412 Visitas
Como una novela, de Daniel Pennac
Mucho se ha escrito sobre este título, imprescindible para conocer la corriente pedagógica fundamentada en los “derechos del lector” que, entre otras tesis, reniega de las lecturas obligatorias en el ámbito académico. Los objetivos de este documento, por tanto, son dar a conocer esta obra a los que aún no han leído a Daniel Pennac, y abrir de nuevo el debate para los que sí la leyeron en su día y les suscitó sentimientos encontrados.
La edición que manejo es de la EDITORIAL ANAGRAMA, Barcelona, traducción del francés de Joaquín Jordá. Está dividida en cuatro partes: I. NACIMIENTO DEL ALQUIMISTA, II. HAY QUE LEER (El dogma), III. DAR DE LEER y IV. EL CÓMO SERÁ (o los derechos imprescindibles del lector). La voz narrativa que recorre esta división reflexiona desde la piel del padre con hijos en edad escolar, la del profesor de Secundaria que debe promover la lectura ante una clase hostil y la del lector apasionado que rememora su experiencia personal con los libros. Además, gracias a la voz del padre, que se erige en narrador omnisciente, conocemos el conflicto que atenaza al hijo adolescente, que debe leer 400 páginas para entregar una ficha de lectura, y que evidencia, según el autor, el fracaso de los libros prescriptivos, pues no sólo no disfruta leyendo, sino que no lo termina y opta, al final, por copiarla de una compañera; su hermano pequeño representa, en oposición, la fascinación de las primeras letras y la creación del hábito lector, alimentado, en un principio, por los cuentos que le leían sus padres al acostarse y, más tarde, refrendado por la autonomía que le proporciona la escuela, la magia de leer solo, sin lectores de prestado; en otras palabras, representa la esperanza para una nueva pedagogía de la lectura en la que los padres se implican de forma activa.
Otro contrapunto al fracaso del lector adolescente lo encontramos a través de la voz del profesor que, desde las aulas, y en el terreno de la educación literaria, prescinde del programa surgido de la Historia de la Literatura y del comentario de texto para leer en voz alta El perfume, de Patrick Süskind; es decir, para “dar a leer” a sus alumnos textos de autores por los que, hasta entonces, habían sentido aversión o falta de curiosidad o les eran desconocidos, como García Márquez, Kafka, Cervantes o Chejov. Las consecuencias no se hacen esperar, y la primera reacción no es muy distinta de la del niño que aprende a leer: un reencuentro feliz con los libros, que impulsa a algunos de ellos a frecuentar librerías, a hablar sobre libros, a salir del mutismo que suele contagiar el pupitre y considerar la literatura como un bien democrático “Porque si bien se puede admitir perfectamente que un individuo rechace la lectura, es intolerable que sea –o se crea- rechazado por ella” (p. 147).
La voz del lector apasionado es la que toma las riendas
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