Violencia En El Futbol

La violencia en el fútbol

Es un hecho, el futbol genera violencia y no es algo nuevo, lo que nos lleva a pensar ¿Cómo hacemos para solucionarlo? ¿Acaso nos tenemos que aguantar esto por siempre? o ¿vamos a combatirlo con más violencia? ¿A quienes lastimamos indirectamente? Dispongamos entonces de nuestros cerebros y analicemos detenidamente el impacto de la violencia en el fútbol, tomando como partida la historia que contiene este deporte y las conductas de los distintos actores en este circo de agresión.

Sabemos que un deporte como el fútbol es de gran aceptación social y que una de sus virtudes es la competencia sana entre los equipos y la pasión que demuestran sus hinchas con sus cantos y elaboradas celebraciones, pero que a pesar de tener unas reglas dentro del campo de juego, nadie puede “tapar” el fenómeno que desde hace mucho tiempo opaca a este deporte: la violencia; esto es algo que acompaña al fútbol desde sus inicios y donde sea que se practique no se está libre de que suceda. El modo de actuar de los hinchas en un partido va cargado de un sinfín de emociones, problemas y conflictos personales que a falta de tolerancia explotan hacia sus rivales, mostrando una conducta parecida a las comunidades primitivas durante sus múltiples altercados, disturbios o peleas (1).

El problema de la violencia en el fútbol es algo que no podemos simplemente ignorar, tenemos que analizar esto desde sus inicios, incluso hay registros de como desde la presidencia de los clubes de fútbol se creaban tácticas violentas para poder tener buenos resultados, lo podemos constatar con el escrito publicado en www.colombia.com que dice:

o Y para no perder la honra planificaba tácticas con patadas en la espinilla, balonazos en las fosas nasales, cargas con fuerza, codazos en los estómagos y pisotones de tobillo... hasta tal punto que a la salida cada reunión los jugadores pegaban puntapiés a las sillas para entrenarse. (2)

Pero la violencia no se queda solamente dentro del campo de fútbol, día a día vemos como esta violencia se ha transportado hacia los hinchas y demás fanáticos que siguen fieles a este deporte. Con la creación de las llamadas barras bravas se producen infinidad de conflictos y confrontaciones por el fanatismo y la rivalidad entre los equipos que representan y a causa de esta intolerancia y enemistad entre los distintos “combos” se ha convertido en un problema social de gran magnitud y que trasciende en actos no solo del campo de juego ni del estadio sino que también influye en las defensas de territorio de algunas de estas barras bravas.

Parece que las personas a pesar de los avances tecnológicos no pueden detener el instinto de la violencia humana, claro esta que no estamos en la edad media pero la conducta actual en los estadios “se asemeja a una recreación moderna del circo romano, cuando el derramamiento de sangre se festejaba con gran entusiasmo” (3). Cada que podemos nos asemejamos a bestias feroces que al estar en multitud modifica nuestras conductas individuales y hacemos cosas que nunca haríamos solos como hacer que se “incendien las tribunas, tiren bombas de estruendo, se trencen en peleas sangrientas o provoquen graves avalanchas con consecuencias inimaginables” (4) esto solo demuestra que tendemos a realizar los actos mas terribles cuando sabemos que podemos salir impunes.

Para las barras bravas es tal el caso de violencia que se generan de forma sectorizada pandillas que, normalmente, son las que se dedican a cometer robos, realizar ataques contra los asistentes al partido o de iniciar los disturbios desahogando en cierta forma toda la carga emocional que llevan consigo de una semana de problemas con la familia, deudas con bancos o demás situaciones que generen estrés y encuentran allí una manera de escape a estos asuntos (5). La policía por su parte no puede realizar muchas acciones más que agarrar a los autores momentáneamente o limitarse a prevenir los disturbios poniendo mas controles de acceso para los visitantes a los eventos futbolísticos.

En consecuencia es prácticamente imposible erradicar la violencia en el fútbol, pero sí se pueden prevenir y combatir estas situaciones con el fin de reducir las circunstancias fatídicas. Esto se puede lograr reconociendo las conductas más comunes que puedan llegar a generar las acciones más peligrosas y las razones por las que se desarrollan haciendo esto una acción más efectiva en contra de la violencia. También hay que tener en cuenta que si las autoridades no dedican recursos y tiempo a este reconocimiento y diseño de estrategias de solución nunca va a ser posible realizar un plan de acción efectivo hacia este problema, al menos para controlarlo.

No es menos importante destacar que la violencia verbal también juega un papel relevante, ya que las palabras duras y ofensivas aumentan la sensibilidad de los presentes quienes se ven seducidos a contra atacar con palabras mas agresivas y en el peor de los casos, puede aquello que comenzó con insultos llegar a muertes letales por furias incontrolables. Es triste ver como un deporte que atrae y apasiona a tantas personas, se vaya convirtiendo día a

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