LA VIOLENCIA EN EL FUTBOL

El brote de las barras bravas.

Era domingo, exactamente el 16 de septiembre del 2007. Dos de los mayores equipos de fútbol del Ecuador, Barcelona y Emelec disputaban el conocido “Clásico del Astillero” ante una multitud de aficionados que presenciaban el encuentro en el Estadio Monumental de Guayaquil. Carlos Cedeño, un niño de once años acudió con su padre al estadio para apoyar a su equipo favorito, Emelec. Antes de que empezara el encuentro ocurrió lo inesperado. Una bengala proveniente de una de las barras ubicadas en el sur del estadio fue disparada sin ninguna precaución, la misma que alcanzó e impactó el cuerpo de Carlitos atravesándole el pecho y perforándole un pulmón. Murió prácticamente al instante. Hoy, casi tres años después de aquella tragedia, vemos aún las repercusiones y nos seguimos preguntando ¿son los estadios lo suficientemente seguros para albergar a la muchedumbre de aficionados que en cada partido se hacen cita para disfrutar de su deporte favorito? La respuesta hoy por hoy sería no. La violencia en el fútbol, especialmente causada por las hinchadas de los equipos, ha llegado a niveles tan altos que es indiscutible no percibir que se vive una guerra cantada entre diferentes barras por defender la camiseta de su equipo predilecto; nos preguntamos entonces ¿aficionados o delincuentes? La manifestación de las “barras bravas” es un fenómeno que se ha venido elevando a medida que el tiempo ha transcurrido. El diccionario Wikipedia las define como grupos organizados dentro de una hinchada que se caracterizan por producir diversos incidentes violentos dentro y fuera del estadio. La historia registra cientos de hechos violentos y vergonzosos celebrados en diferentes estadios del mundo. No es un fenómeno reciente.

Orígenes.

Desde que el fútbol se popularizó internacionalmente, siempre se han registrado hechos violentos vinculados con las hinchadas de diferentes equipos. Inglaterra fue uno de los pioneros en este sentido. Los Hooligans (hinchas británicos de comportamiento violento y agresivo) lideraron el movimiento que provocó varias tragedias a principios de los ochenta; uno de los principales hechos fue el que ocurrió en el estadio Hillsborough, en Sheffiedl donde murieron al menos 93 personas durante una semifinal de la Copa FA que enfrentaban el Liverpool y el Nottinghan Forest. Cuatro años antes (1985) en Bruselas habían muerto 39 personas y 500 habían quedado heridas durante la final de la copa de Campeones de Europa, que enfrentaban el Liverpool y la Juventus. Lastimosamente, el movimiento hooligan se expandió de manera rápida a diferentes países, incluidos los latinos, donde aquel nombre se hizo popular en muchas partes y se lo cambió a las famosas “barras bravas”. Los primeros países en copiar el sistema de hinchada violenta en América fueron Argentina, Colombia, Chile y Perú. En Argentina entre 1958 y 1985 se produjeron 103 muertes relacionadas con la violencia en el fútbol; en Chile durante los últimos 10 años se produjeron más de 10 incidentes violentos que dejaron cientos de heridos y decenas de detenidos; en Perú desde el 2000 los enfrentamientos se han tornado más violentos llegando incluso al uso de armas de fuego y de varias muertes; en Uruguay la rivalidad de varias hinchadas se han vuelto tan graves hasta el punto de llegar a matarse entre ellos; en Venezuela desde

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