NIETZSCHE . TEMA DEL CONOCIMIENTO

NIETZSCHE

TEMA DEL CONOCIMIENTO

Nietzsche fue un filósofo alemán vitalista, porque insiste en el valor incomparable que tiene la vida del individuo, a diferencia del filósofo Schopenhauer, caracterizado por una visión pesimista de la realidad, de la que solo se puede escapar a través del arte o renunciando a los deseos.

Desde su planteamiento vitalista, Nietzsche lanza una dura crítica contra toda la tradición cultural den Occidente, pues para él, esta rechazaba el valor de la vida. Para comprender el combate de Nietzsche contra la cultura occidental, conviene distinguir los ámbitos a los que se dirigieron sus críticas: ámbito epistemológico, íntimamente unido al ataque contra la metafísica; ámbito religioso, criticando especialmente del cristianismo; y el ámbito moral, denunciando el rechazado a la vida.

Además, de acuerdo con Nietzsche, para la cultura europea conocer consiste en alcanzar la verdadera realidad detrás de las apariencias. Desde tiempos de Platón se han identificado dos planos de conocimiento: el mundo sensible, aparente, que percibimos por los sentidos y cambiante; y el mundo inteligible, que solo puede captarse con la razón y es eterno. Según esta visión, el conocimiento únicamente puede captarse mediante el uso de conceptos que permiten englobar nuestras percepciones sensoriales. Esta manera de interpretar el conocimiento como una búsqueda de conceptos que nos permiten entender la realidad, está presente en filósofos como Platón, Descartes o Kant. No obstante, Nietzsche negaba la existencia de ese ámbito supremo en que residían los conceptos, pues para él no hay más que un mundo, el de los sentidos, siento la intuición y no la razón, la que nos permite percibir esta realidad sensible.                                    

De esta manera, Nietzsche defendía que los conceptos no son más que los residuos de las metáforas que una vez sirvieron para referirse a la realidad de manera creativa, pero que con el uso han perdido su brillo y se han llegado a confundir con términos capaces de describir la auténtica realidad, olvidando así su origen poético.

Es por ello que Nietzsche desconfiaba del modo en que los filósofos y los científicos utilizan el lenguaje, criticando especialmente el positivismo, el cual sostenía que la ciencia ha encontrado el camino hacia la verdad. Pero, para Nietzsche, este punto de vista es insostenible porque no existe una única verdad universal y porque la ciencia no es neutral, sino que está al servicio de la vida. De hecho, según él, el arte y la música ofrecen maneras más adecuadas para describir la auténtica realidad, puesto que en ellas se manifiestan las dos dimensiones de la realidad: lo apolíneo y lo dionisiaco. Nietzsche, por tanto, era partidario del perspectivismo, según el cual es imposible encontrar una verdad absoluta porque el conocimiento depende del punto de vista de cada uno.

En definitiva, para Nietzsche, el gran error de la metafísica occidental ha sido la división de la realidad en un mundo sensible, considerado aparente, y un mundo trascendente, identificado con la auténtica realidad, ya que para él, no hay más realidad que la que captamos por los sentidos.

TEMA DE DIOS

Nietzsche realiza un duro ataque contra el cristianismo que está muy relacionado con su crítica a la metafísica occidental, pues los cristianos distinguen entre dos ámbitos de la realidad: el mundo que nos rodea y el mundo de Dios en el cielo. Además, estos dos ámbitos tienen un valor muy distinto, ya que la esfera de lo divino tiene un valor muy superior a la terrenal. Esta es la razón por la que Nietzsche detestaba el cristianismo, pues veía en él un profundo desprecio por el valor de la vida y lo consideraba el responsable de la decadencia de Occidente.

Por otro lado, Nietzsche sospechaba que el fondo de la realidad no coincide con la imagen que tenemos de ella, y para comprobarlo desarrolló el método genealógico, el cual se propone rastrear los orígenes de nuestros valores y creencias analizando los motivos de su aparición.                                               La interpretación sobre el origen de los valores morales llevo a Nietzsche a distinguir la llamada “moral de señores”, según la cual lo bueno se corresponde con lo que es noble y fuerte; mientras que lo malo equivale a lo débil y cobarde. De acuerdo con esta visión, no todos los seres humanos somos iguales, ya que los nobles son solo unos pocos, encontrándose la mayor parte de la gente muy por debajo de ellos. Es por esto último, que Nietzsche también rechazaba la democracia al considerarla antinatural por tratar a todos los seres humanos de la misma manera.

No obstante, el predominio de la minoría fuerte, generó un profundo resentimiento entre los débiles, que intentaros modificar esto. Es con Sócrates y con Platón con los que se instala, por primera vez, un pensamiento que aprecia únicamente lo intelectual, y es con el cristianismo con el que se lleva a cabo una completa inversión de valores por la que los débiles consiguieron imponerse a los fuertes, configurando una moral de esclavos. Nietzsche, empeñado en combatir esta forma moral, defendía la necesidad de una transvaloración de los valores, que devuelva las cosas al lugar que les corresponde.

Junto a todo esto, Nietzsche señala que cada vez son más las personas que han comprendido la enorme mentira del cristianismo, expresándolo en su frase célebre: “Dios ha muerto porque los seres humanos lo hemos matado”. Esta muerte de Dios tiene importantes consecuencias. Así pues, tras la desaparición de Dios, el ser humano cae en una época nihilista, con una dimensión negativa de pérdida y de confusión, y otra positiva que permite el comienzo de una etapa diferente basada en nuevos valores.

TEMA DE LA ÉTICA (Es básicamente lo mismo que en el tema de Dios)

...