RELACIÓN ENTRE POLÍTICA, ECONOMÍA Y EDUCACIÓN

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Introducción.

         Para que un país se desarrolle en plenitud necesita preparar a su población para que sean piezas fundamentales en cualquier modelo educativo que se plantee (Arana, 2010). La importancia que la educación tiene en cualquier país es innegable, sin embargo, a lo largo de este trabajo nos daremos cuenta que los interese políticos y económicos no confían en que la educación sea el motor de cabio para muchos ámbitos sociales. En nuestro país existen grandes problemáticas relacionadas con la educación, una de ellas es el tema es la economía, ya que repercute directamente en las políticas que versan sobre la educación.

         En el contexto de la globalización, donde existen un sinfín de acciones que generan la interdependencia entre distintos países del mundo, y donde se priman las ganancias y beneficios en pro de las grandes empresas, se dejada de lado, quizá con interese hipócritas, a los derechos fundamentales de la población, a saber, la educación.

         En el presente documento se analiza la relación entre la política, la educación y la economía, abordando algunas problemáticas que se generan por la intervención o falta de protagonismo de alguno de estos factores.

Desarrollo.

         En teoría, tanto la economía, la política y la educación debieran complementarse mutuamente, generando el crecimiento recíproco, sin embargo, en la realidad, se prima la economía y es solapada por las políticas que se generan dejando en segundo plano la cuestión educativa.

         Considero que la política debe ser el puente entre la economía y la educación; es en la escuela donde se forma a la población y donde se gestan las ideas para el crecimiento económico de cualquier país, es en la escuela donde los seres humanos potencian sus capacidades para ejercerlas en beneficio propio y de los demás. La educación, particularmente de los niños, tiene un peso directo sobre la ciudadanía ya que ellos serán ciudadanos; en esencia, se considera al derecho del niño a ir a la escuela como el derecho del ciudadano adulto a haber sido educado (Marshall, 1998).

         Cuando un ciudadano, a través de su educación, se reconoce como tal y reconoce el poder que el Estado ejerce en él, genera una participación política que da cuenta de sus derechos y obligaciones, reconociendo sus capacidades, oportunidades y libertades para exigir mediante la política y ser agente de cambio político, económico y educativo para las generaciones que lo suceden.

         En el caso específico de México, considero que éste no ha logrado una vinculación funcional entre la economía y la educación, ya que las necesidades de orden económico y financiero aumentan en función del crecimiento demográfico, y en consecuencia también aumenta la pobreza y el rezago educativo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), expuso que México es el único país latinoamericano que registra una tendencia regresiva en reducción de la pobreza (El Universal, julio 2015).

         En este contexto de vulnerabilidad y pobreza generalizada, por ejemplo, en el año 2012 aumento el presupuesto destinado a la educación, sin embargo un mayor presupuesto no garantiza necesariamente una mayor calidad educativa. El gasto gubernamental puede ampliar el conjunto de oportunidades de vida para los individuos, posibilitando los insumos materiales necesarios para el desarrollo, a pesar de ello, si los recursos aportados no generan calidad educativa, o si no favorecen a los grupos con mayores desventajas sociales, el gasto gubernamental puede representar también un derroche para la sociedad.

         Con lo anterior retomo un tema que considero fundamental y, quizá la clave para emprender un beneficio real en pro de la sociedad mexicana, es decir, la corrupción. Un mayor gasto social no tendrá impacto sobre el desarrollo si existe corrupción de por medio en las distintas esferas sociales.

         La tendencia ha sido culpar al gobierno por las cosas que no funcionan, sin embargo, la responsabilidad es de todos ya que todos tenemos injerencia en la elaboración de políticas sociales y en consecuencia de la liberación de presupuestos. Evidentemente en el tema de la educación no somos ajenos, también tenemos responsabilidades y en la medida que se asuman dichas responsabilidades, dejando de lado la corrupción e intereses mezquinos, lograremos responder a las necesidades actuales.

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