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Angustia, una mirada existencial.


Enviado por   •  9 de Agosto de 2018  •  Monografía  •  4.140 Palabras (17 Páginas)  •  108 Visitas

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  Comprensión y abordajes de la Angustia desde una mirada existencial.

Tamara Bravo

Paulina Riquelme

Cristian San Martin

Prof. Pablo Herrera

24 de Julio, 2018

Introducción

La ansiedad es una experiencia universal ante las exigencias de la vida cotidiana, que en su manifestación normal “opera como una señal para buscar la adaptación, suele ser transitoria y la persona la percibe como nerviosismo o desasosiego” (Hernández, Vidal, Gómez, Ibáñez, Pérez, 2009, p.1). “Una de las características más reconocidas de la ansiedad es su carácter anticipatorio, ya que prevé la amenaza o peligro para la persona” (Montes-Nogueira & Romo-González, 2017, p.50). Según Hernández et al. (2009), aunque puede alcanzar la intensidad de terror o pánico, es esperable y adaptativo que pasado el periodo de exigencia o de peligro la persona vuelva a su condición basal. Sin embargo, “sí la ansiedad se hace persistente, intensa, autónoma con respecto a los estímulos medio ambientales, desproporcionada a los eventos que la causan y genera conductas evitativas o retraimiento se la incluye entre los trastornos mentales” (Hernández et al., 2009, p.1). Según la Organización mundial de la salud (OMS) en el 2015 los trastornos de ansiedad representaron un total estimado de 264 millones de personas en el mundo y están clasificados como el sexto factor que contribuye a la pérdida de salud sin consecuencias mortales a nivel mundial en países de ingresos bajos, lo que refleja un aumento de 14,9% desde el 2005 debido al crecimiento y el envejecimiento de la población (OMS, 2017). Se calcula que, en el 2015, la proporción de la población mundial con trastornos de ansiedad fue de 3,6%. Siendo más comunes en mujeres (4,6%) que en hombres (2,6%), a nivel mundial. Según Segarra, Farriols  y Palma  (2011) se estima que aproximadamente el 50% de pacientes que consulta los servicios de atención primaria lo hace por problemas relacionados con trastornos mentales ansiosos, presentando un mayor número de comorbilidades y un mayor consumo de recursos sanitarios, independientemente de la edad, el sexo y la morbilidad. Estos datos recogidos desde parámetros estadísticos permiten  en cierta medida cuantificar la relevancia que tiene la ansiedad en la actualidad y  en los tratamientos de salud mental.

La información entregada permite una perspectiva epidemiológica y cuantitativa de la prevalencia de la ansiedad. Sin embargo, entre otras formas de abordarlo se encuentra el enfoque humanista existencial el cual concibe la ansiedad como una característica ontológica, inherente al ser humano, que tiene relación con el núcleo existencial de la persona (De Castro, De la Ossa & Eljadue, 2016) por lo que quedarse en una consideración estadística y semiológica resulta insuficiente. Desde este enfoque se posibilita la amplitud en el abordaje de la ansiedad, ya sea en su manifestación creativa y saludable o su forma patológica, al considerar esta experiencia como fundamentada en el ejercicio de la responsabilidad y libertad del ser humano, siendo vital para nuestra construcción como individuos (Tobías & García-Valdecasas, 2009).

Teniendo en cuenta lo anterior, el presente trabajo pretende revisar bibliográficamente el cómo se entiende la angustia/ansiedad desde la perspectiva humanista existencial y  así perfilar algunas posibilidades en su abordaje, poniendo énfasis en un análisis existencial de la ansiedad.

Angustia y ansiedad

Podemos entender la angustia desde diferentes disciplinas, enfoques, paradigmas, o culturas. Desde su etimología la palabra angustia viene del “término alemán angst y de la palabra germana eng” “(...) hace referencia a algo angosto o estrecho, es decir, a malestar y apuro” (Sierra, p.28). Se puede entender en la misma línea la palabra ansiedad que se ha utilizado hace muchos años indistintamente, aunque existe literatura que las ha intentado (y logrado) diferenciar, ambas comparten una raíz etimológica, desde el término griego “ανχω” las dos aluden a cerrar, ahogar y obligar; otras palabras que han sido relacionadas a través de la historia a ansiedad y angustia son: aflicción, tormento, molestia de la respiración, dificultad, constrictivo, apremiante, etc. (Pizarro, 2011, p.231).

Es importante aclarar que en el presente trabajo los términos de ansiedad y angustia se usarán como sinónimos, ya que además ambas palabras según Pizarro (2011) serían las más utilizadas en la literatura psicopatológica para hacer alusión a los mismos conjuntos de síntomas neurofisiológicos que tienen que ver con presión, ahogo, encierro, y que van de la mano de un discurso subjetivo en la línea de la muerte, locura o la enfermedad.  Según Hernández et al. (2009), “para fines prácticos conviene tratar la ansiedad como sinónimo de la angustia” (p. 3), desde un punto de vista semiológico.

DSM
        El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) ha integrado la ansiedad/angustia como trastorno, si bien ha tenido cambios en las diferentes versiones del manual, actualmente en la 5° versión los Trastornos de ansiedad contemplan las siguientes categorías: Trastorno de ansiedad por separación, mutismo selectivo, fobia específica, trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico, agorafobia, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad debido a otra afección médica, otro trastorno de ansiedad especificado, trastorno de ansiedad no especificado  (
American Psychiatric Association, 2014).

Al hacer una revisión por cada uno de estos trastornos podemos encontrar y reunir características comunes en la definición como el miedo, malestar, incapacidad de movilización, períodos mínimos de tiempo en el que se deben presentar los síntomas para ser diagnosticado el trastorno, fenómenos incapacitantes e intensidad.         

Análisis existencial de la angustia

Los parámetros estadísticos y la constatación de los dinamismos, procesos intrapsíquicos y de los mecanismos defensivos implicados permite el estudio de la ansiedad, pero es fundamental poder captar el significado, el sentido de esta experiencia para la persona que vivencia estos procesos, ya que de lo contrario se verá descontextualizado y desligado de la situación y posición que ocupa la persona en el mundo, y más aún, de cómo está siendo en el mundo (De Castro, 2005).  En vez de concebir al ser humano como sí tuviese o padeciese ansiedad, se debe comprender como un ser que está ansioso, por lo que los mecanismos psíquicos y síntomas de dicha experiencia se deben entender como subyacentes al proyecto de vida y de estructura existencial (valores, vivencias) que se crean a partir del significado que la persona construye en relación con los demás, consigo mismo y con el mundo (De Castro, et al., 2017). En palabras de May (citado en De Castro 2005, p.63) “la cuestión de por qué uno es lo que es, no tiene sentido hasta saber qué es uno”, es decir, no podemos intentar comprender un comportamiento específico (reacción ante la angustia o ansiedad) sin antes dedicarnos a la comprensión y conocimiento del centro existencial de la persona (valores en lo que se encuentra centrada y necesita reafirmar para su bienestar).

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