Arte Y Semiotica
Enviado por felipegiraldo • 29 de Noviembre de 2012 • 4.229 Palabras (17 Páginas) • 413 Visitas
Ferdinand de Saussure (1857-1913)
Clase magistral No. 1
Autor: Fernando Flores
La lingüística tiene en Ferdinand de Saussure, a uno de sus mayores exponentes, él cual, fue más allá del estudio comparativo con el que los autores clásicos trataban a los lenguajes. Su interés en el estudio del sánscrito, la lengua muerta que todos los lingüistas escudriñan buscando el origen del lenguaje, le ayudó a construir una nueva visión sobre el lenguaje como forma de comunicación, teniendo como tema central el concepto del signo como integrante de la lengua que es en si un ente social.
Hablar de Saussure es hablar de los cimientos que erigieron la lingüística moderna. Este lingüista Plantea a lo largo de su teoría dos tesis fundamentales, la primera se refiere a la dicotomía entre la lengua y él habla y la segunda entre la sincronía y la diacronía.
En primer lugar, Saussure parte para hacer su estudio del lenguaje, desde la individualidad de lo expresivo, es decir, la palabra hablada, obteniendo así la primera distinción entre: Lengua que el autor concibe como el sistema y el Habla el cual, entiende como ese uso del sistema en si.
La segunda dicotomía la presenta diciendo que la lengua no se puede estudia en movimiento sino en los estado de lengua (sincronía) por lo cual deriva de aquí el método. El modelo comunicacional de Saussure esta planteado en el circuito del habla; es decir, Saussure considera que no es posible describir plenamente un lenguaje si esto se hace de forma aislada en relación a la comunidad que hace uso de él y a su vez los efectos que el tiempo tiene sobre el lenguaje (su evolución).
Efectivamente, durante el transcurso del tiempo, el lenguaje evoluciona, lo que pone en evidencia que los signos cambian. En consecuencia, Saussure afirma que una lengua puede ser estudiada tanto en un momento particular como a través de su evolución en el tiempo. En este sentido, diferenciará dos modalidades respecto al uso del lenguaje.
Por un lado la Sincrónica: Examina las relaciones entre los elementos coexistentes de la lengua con independencia de cualquier factor temporal. Permite describir el estado del sistema lingüístico, siendo esta descripción contenedora de la totalidad de los elementos interactuantes en la lengua. Y por el otro la Diacrónica: Hace énfasis en el proceso evolutivo y se enfoca en aquellos fragmentos que se corresponden con ciertos momentos históricos.
Finalmente, el enfoque de Saussure, sostiene que todas las palabras tienen un componente material al que denominó significante y un componente mental referido a la idea o concepto representado por el significante al que denominó significado. El significante y significado conforman un signo.
Ferdinand Saussure, identificó las características de la lengua como entidades mentales, subrayando la creatividad del lenguaje, estableciendo una terminología que recurría con frecuencia a las analogías tomadas de la música, el ajedrez, el montañismo o el sistema solar para describir mejor los rasgos del lenguaje. Estos logros, introducirán a la lingüística en el siglo XX.
René Descartes (1596 – 1650)
Clase magistral No. 2
Autor: Fernando Flores
Descartes denomina la primera verdad absoluta e indudable ("pienso luego existo"), refiriéndose a la mente. En la filosofía cartesiana la mente o "res cogitans" es una substancia reconocida esencialmente por el atributo del pensamiento, y esta se opone sustancialmente al cuerpo o "res extensa". Sólo los hombres poseen mente y cuerpo, el resto de seres, incluidos los animales, son sólo cuerpo.
Esta concepción deriva en un momento del Absolutismo regio, donde predomina el método experimental, propio de las Matemáticas; originando cambios en la mentalidad en la modernidad, gracias a la imposición del rigor de la Ciencia; así mismo, Descartes pretende que la Filosofía tome el carácter científico de las matemáticas, cuya validez es universal.
Concerniente a esto, antes de Descartes y su racionalismo, la comprensión filosófica de la Naturaleza y el hombre desde la Edad Media, se basaba en las ideas Platónico-Aristotélicas de las que se sirvió el cristianismo para combinar el pensamiento religioso con el racional. Con la llegada del Renacimiento, los cambios en las formas del pensamiento filosófico y científico se hacen más latentes y se produce un enfrentamiento con la estructura de pensamiento escolástico, quedando relegado frente a los nuevos problemas a los que se enfrenta la humanidad en la modernidad.
Así que, se hace necesaria la búsqueda de la verdad por medio de la investigación, así como por un método demostrativo, eliminando las fuentes de error y subjetividad, y de forma constructiva descubrir la esencia de las cosas a partir de la experiencia. Tomando como modelo el modelo científico de las matemáticas con su sistema axiomático y su método hipotético-deductivo.
Respecto a esto, es en Descartes donde se encuentra un camino de seguridad para encontrar la verdad por medio de la duda. Puesto que los sentidos nos engañan, supuso que no hay nada que sea tal como ellos nos lo hacen imaginar; y como hay hombres que se equivocan al razonar, juzga que al estar tan expuesto a errores es necesario rechazar y tomar como falso todos los razonamientos, validados por demostraciones.
Así, llega a la conclusión de que no existe nada cierto: Descartes sostiene que la única verdad a la que la duda fortalece en verdad es a de la propia existencia, pues para ser engañado necesita existir". Refiriéndose a la existencia del yo pensante: Cogito Ergo Sum, convirtiéndose esto, en el primer principio de su filosofía.
El Cogito proporciona el criterio de verdad, para la legitimación del espíritu. El hombre puede pensar que no tiene cuerpo, pero no puede pensar que no es; el hombre es una sustancia cuya total esencia o naturaleza es pensar y no necesita para ser, de cuerpo alguno ni depende de cosa material.
Finalmente, la frase “Pienso luego existo”. Reflexiona pues, en torno a la perfección del ser, pues en él está la duda; y en este orden de ideas, se encuentra mayor perfección en conocer que en dudar. La duda puede alcanzar aspectos del pensamiento, pero no al pensamiento en si, a si que, se puede dudar de la existencia de lo que se ve, o se imagina, o aun mas de lo que se piensa, pero no se puede dudar de lo que se esta pensando y que, para pensarlo, se debe existir.
Charles Sanders Peirce (1839 – 1914)
Clase magistral No. 3
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