Semiótica y Semiología del Arte

La semiótica de la cultura es una disciplina idónea para analizar e interpretar fenómenos culturales, en donde la comunicación es un factor importante. No puede haber cultura sin comunicación, no puede haber signos sin comunicación. La cultura se remite a símbolos sociales, constituye nuestra identidad, costumbres, formas de hablar, vestir, etc… y se manifiestan individual y colectivamente. Lotman define a la semiología como el espacio donde se crean signos que forman parte de la cultura de un grupo social, y en el que se realizan los procesos de comunicativos de esos signos culturales produciéndose nuevas informaciones, estos signos sólo tendrán valor para dicho grupo social dentro de este espacio. Lotman habló de la semiosfera y la definió por analogía con el concepto de biósfera introducido por Verdansky (sistema formado por el conjunto de los seres vivos que habitan el planeta tierra y sus relaciones, también habla de la envoltura viva de la tierra que se refiere al espacio dentro del cual se desarrolla la vida, conformado por una gran variedad de organismos y especies, que interactuando entre sí forman la diversidad de los ecosistemas.

Semiología del arte: La semiótica del arte busca desvelar el significado, o significados, codificados de un objeto estético por medio de su conexión a una conciencia colectiva. Para la semiótica la obra sería interpretada exclusivamente desde su dimensión estructural, sólo descifrable mediante un análisis semiótico inmanente.

La semiótica aportará observaciones muy acertadas para el análisis del arte.

CHARLES MORRIS centra su estudio en el problema de las particularidades de la obra de arte como signo. Él dice que todo signo actúa como DESIGNATA: La transmisión de algo y denota la referencia de algo, por eso, todo signo artístico es mayormente designata. En el signo artístico, el significado reside en el significante, es decir, se invierten los papeles de significado y significante.

MUKAOVSKY: Una obra artística es un objeto acabado y animado por una intención determinada, siendo este único e indivisible, una totalidad estructural, este carácter estructural dota a la obra de arte de sentido y razón de ser, es un testimonio de la relación que su autor mantiene con la realidad. La obra de arte está destinada a mediar entre su autor y la colectividad. La obra de arte tiene un carácter de signo. No puede ser identificada ni con el estado de conciencia individual de su autor o de sus receptores, ni tampoco con la obra-cosa. La obra de arte existe como 'objeto estético' situado en la conciencia de toda una colectividad. Toda obra de arte es un signo autónomo compuesto por: 1. una "obra-cosa" que funciona como símbolo sensible; 2. un 'objeto estético' depositado en la conciencia colectiva, el cual funciona como "significado"; y 3. una relación con la cosa designada, relación que apunta, no a una existencia concreta—ya que se trata de un signo autónomo—sino al contexto total de los fenómenos sociales (ciencia, filosofía, religión, política, economía, etc.) del medio dado. El artefacto físico (obra-cosa) es sólo el significante, dado que el significado del mismo se configura en la conciencia colectiva.

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