CLEMENTE DE ALEJANDRÍA
Enviado por • 18 de Marzo de 2014 • 641 Palabras (3 Páginas) • 329 Visitas
De Clemente se han conservado tres obras principales, más alguna homilía y fragmentos. El Protréptico o Exhortación a los griegos está dirigida a la intelectualidad pagana y es una invitación a la conversión, que presenta al Logos cristiano como iluminador de las almas y dispensador de una sabiduría y una verdad muy superior a la que podía alcanzarse con la sabiduría y la religión de los paganos. El Pedagogoviene a ser una exposición razonada de los principios de la vida cristiana, para los que ya se han decidido abrazarla. Finalmente los Stromata(«Tapices») es una especie de miscelánea teológica en ocho libros, en los que Clemente ha ido anotando sin mucho orden sus reflexiones sobre temas muy diversos.
Clemente insiste en que el cristianismo no puede ser simplemente ajeno a la filosofía y a la cultura. Por una parte la filosofía es preparación para la aceptación de las verdades de la fe, y por otra puede proporcionar una mejor intelección de las mismas una vez aceptadas. El ideal de Clemente es el del «gnóstico» o «sabio » cristiano, es decir, aquel que habiendo aceptado la fe y sin desviarse para nada de ella, procura llegar al máximo conocimiento intelectual posible de lo que en ella se contiene, ayudado por la reflexión y por todos los elementos que el hombre tenga a su alcance. Esta sabiduría cristiana es tanto más necesaria cuanto que las cosas de la fe son muy profundas y no se acaban de alcanzar en su plenitud con una lectura superficial de las Escrituras o una simple observa- ción de los acontecimientos mundanos. Hay que descubrir el misterio que está escondido bajo las apariencias triviales, con la ayuda del Logos iluminador y de la tradición viva de la fe de la Iglesia. Toda la teología de Clemente, muy influenciada por el platonismo, es de signo intelectualista: el sumo bien del hombre está en la contemplación de la verdad, y (Cristo, el Logos de Dios verdaderamente encarnado, viene más a iluminar que a salvar, o mejor, nos salva iluminando nuestras mentes con la verdad. Dios es en sí absolutamente incomprensible, pero, le conocemos por su Palabra, por la que primero hizo este mundo a través del cual llegamos a conocer a Dios, y por la que luego nos dio un más pleno testimonio de su amor en Cristo. Contra el dualismo gnóstico, insistirá Clemente en que el cuerpo y la materia no son en sí algo malo, sino creación buena de Dios; por otro lado, el alma no es parte de la misma divinidad, sino creatura suya. Siendo la verdad una, y fundada en la iluminación o revelación del Logos de Dios, hay que rechazar toda especulación intelectual que lleve a la dispersión e incoherencia doctrinal: aquí es donde funda Clemente su teología de la Iglesia única, guardadora de la verdad única, con la llave única de la tradición de Cristo fielmente transmitida por los apóstoles y sus sucesores. De esta forma, alrededor de la concepción platónica acerca de la verdad absoluta, traspuesta a la
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