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CRITERIOS PARA EL DISCERNIMIENTO


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  2.567 Palabras (11 Páginas)  •  503 Visitas

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CRITERIOS PARA EL DISCERNIMIENTO

"Discernir" no es decidir. El discernimiento puede preparar una decisión, pero no la incluye jamás. Es anterior a la decisión.

En la Escritura "discernir" traduce dos realidades próximas y complementarias:

a) poner a prueba, examinar, estimar, sopesar. Así aparece en Lc. 14, 19:"Acabo de comprar cinco bueyes y voy a probarlos". 2Cor. 8, 8:

"No os digo esto como una orden, sino para que, a la vista de la solicitud de los demás, pueda yo comprobar la autenticidad de vuestro amor". Esto nos indica que el discernimiento se da en el seno de una situación que permite manifestarse en sus efectos lo que está todavía oculto.

b) separar, elegir. Es el arte de juzgar. Así aparece en Mt. 16, 23: "Por la tarde decís:

Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojizo". "Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no los signos de los tiempos".

En el Nuevo Testamento son abundantes las exhortaciones a que ejercitemos el discernimiento y los campos indicados para ejercitarlo:

el estado de la propia conciencia ( 1 Cor. 11,28-29);

las manifestaciones carismáticas o pro/éticas de la comunidad (1Tes. 5,21),

los signos de los tiempos (Mt. 16,3; Lc. 12,56);

la vida corriente en su mezcla de obras de la luz y obras de las tinieblas (Ef. 5,10; Rom. 12, 2);

el discernir el mal espíritu que se esconde en las doctrinas de algunos pseudoprofetas (1Jn. 4, 1; 2Cor. 11, 1315; Mt. 7,15-20);

la propia situación a la luz de Dios (Gal. 6,3-4);

saber lo que es mejor(Flp.l,9-10).

En resumen, se nos exhorta a que comprobemos lo que es la verdadera voluntad de Dios: qué debemos hacer o evitar, qué doctrina o dirección aceptar, qué inclinaciones debemos seguir y cuál no.

* Discernimiento espiritual y discernimiento de espíritus. Parecen la misma cosa y propiamente no lo son. "Discernimiento espiritual"' es si actúa a nivel del espíritu, es decir, con la facultad sobrenatural y los dones del Espíritu Santo.

"Discernimiento de espíritus"' si se aplica a distinguir los movimientos o inspiraciones internas del hombre intentando descubrir su origen y la conducta que hay que seguir en consecuencia para agradar a Dios.

Por tanto, el discernimiento espiritual sólo puede ser usado por el hombre espiritual, y cuanto mayor sea la docilidad de la persona al Espíritu de Dios, tanto mejor será su discernimiento. Así lo expresa Pablo en Flp.l,9-11.

* Diferentes tipos de discernimiento. No hay más que un discernimiento, porque no hay más que un Espíritu Santo. Es el mismo Espíritu el que está en el sentido común,

el que inspira la doctrina de la Iglesia y se deja percibir en las "mociones" que sentimos en lo más íntimo de nuestra afectividad o de nuestra inteligencia. De ahí que podemos señalar con el P. Tardif tres tipos de discernimiento:

I. Discernimiento natural. Se vive gracias al sentido común, iluminado por la fe, dinamizado por la esperanza, orientado por el amor. Es el sentido común de los cristianos, es la sabiduría del pueblo de Dios. Este sentido común tiene en cuenta la personalidad de cada uno, su temperamento.

2. Discernimiento doctrinal. Es una preparación mas o menos intuitiva de la conformidad con la revelación de Jesucristo. "Siento" el acuerdo profundo con la Escritura, la enseñanza de los PP. y la doctrina de la Iglesia. Se afina a medida que progresa la familiaridad con la Escritura y el conocimiento de la Tradición.

3. Discernimiento carismático. Aquí la presencia del Espíritu impregna de paz, quema el corazón, que se ve desbordante de alegría, de compasión, totalmente descentrado de sí y vuelto irresistiblemente hacia el Señor y hacia los otros. Ni reflexión sabia, ni intuición afectiva sabrían justificar este discernimiento que me invade de súbito y sé que viene de Dios. Me permite dar las "palabras de conocimiento", esas pequeñas "revelaciones" inexplicables humanamente que me hacen decir lo que Dios está a punto de hacer en otro.

* Carisma de discernimiento. Hay un "arte de discernir" cuando la experiencia me permite descubrir los espíritus; pero también existe un 'carisma" que se da para la construcción de las personas y de la comunidad. Este carisma exige siempre los tres discernimientos de los que hemos hablado más arriba, porque el único Espíritu se manifiesta presente en los tres caminos que nos permiten "sentir" que allí está el bien.

Podríamos definirlo como un conocimiento que procede directamente del Espíritu Santo. Es como una luz que ilumina la inteligencia de tal modo que no puede dudar del origen y de la finalidad divina o no de los pensamientos, impulsos, experiencias o acciones de una persona o grupo. Es como dice el P. Monleón: "una mirada que nos da el Espíritu Santo y que ve en una persona o situación la llamada a una intervención del Señor: discernimiento de una vocación, de una herida secreta, de una influencia maligna, etc.". Puede ser algo concreto o meramente global. Se ejerce por mociones interiores muy diversas: a) por una percepción clara, como intuitiva, en una mirada; b) por una percepción vaga, en un sentimiento de sintonía.

I. Es un carisma porque es un don gratuito que Dios da a quien quiere y cuando quiere y mientras quiere. Por tanto, no se tiene derecho a él ni, una vez experimentado, puede uno prever que lo continuará teniendo. Todos estamos llamados a discernir, pero no todos a través del carisma. Se podrá hacer a través el arte o ciencia del discernimiento. El carisma es puro don.

2. El carisma de discernimiento es infuso, inmediato, instantáneo. No se apoya en conocimientos anteriores, no es producto de deducciones o relaciones. No se sabe nada sobre un problema o una persona o grupo y, de repente, veo qué está sucediendo en el interior del corazón, qué raíz o qué causa profunda es la que explica tal comportamiento. En el discernimiento "no-carisma" el conocimiento es progresivo, adquirido.

3. El carisma de discernimiento no duda porque el conocimiento viene del Espíritu, no de la razón. Es como una revelación interior que se impone al entendimiento y a la voluntad.

4. Puede adoptar la forma de don de ciencia o de conocimiento. Y sea en una forma u otra el objeto del discernimiento es el mismo: saber, conocer si el origen, la orientación de los que sucede a una persona o grupo, es de Dios o no. Por tanto, el carisma

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