Cronica; Dilemas Morales En La Profesión.

Crónica

Es día jueves y son las 15 hrs, llegué a la estación del metro ‘Quinta Normal’, me doy cuenta de que el ambiente esta normal hace un poco de frío, pero no pasa a mayores, cruzo la calle en destino al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos el cual es un espacio destinado a dar visibilidad a las violaciones a los derechos humanos a la cuales se sometió el pueblo chileno por el Estado de Chile entre 1973 y 1990, el museo hace un compromiso y un llamado a dignificar a las víctimas y a sus familias, a estimular la reflexión y el debate sobre la importancia del respeto y la tolerancia, para que estos hechos nunca más se repitan. Ya dentro de este, camino por los pasillos y puedo escuchar gritos de protesta en la entrada, eran las voces de aquellas personas que vociferaban por sus derechos los cuales, en cualquier rincón de su vida cotidiana estaban siendo insosteniblemente mitigados, por un estado de sitio constante donde las armas y los desaparecidos parecían acaecer en el contar de las horas. Acercándonos a la sala principal se pueden escuchar bombas y ver en una pantalla el comienzo de la militarización de Chile, en su símbolo central que fue el bombardeo a La Moneda lugar donde como ya sabemos fue asesinado el Presidente socialista Dr. Salvador Allende dando paso a un Gobierno Militar sanguinario. El principal elemento que hizo de esta intervención militar en una democracia activa, fue la llegada del marxismo (como decían los gringos y los militares a las personas adherentes al gobierno del presidente derrocado), siendo esta la principal amenaza a los empresarios estadounidenses y los empresarios de derecha del país a los recursos naturales que estos estuviesen mercantilizando. El golpe de estado llamo a ‘extirpar el virus marxista’, ‘matar a todos aquellos terroristas que están en contra del bien del país’, siendo así su principal justificación de aquellos Detenidos y Desaparecidos en Chile, dejando un país en alas de sangre, de exclusión social, de desigualdad y de derechos humanos revocados y a la vez borrados de la faz del territorio. Fueron 17 años sin una concepción de libertad en sus cabezas, coartados de una noción de libre expresión, de libre reunión propia de la democracia. El museo reflejaba todo eso y mas, una realidad absoluta, intimidante y exasperada, recorriéndolo llegamos a un lugar que me llamo mucho la atención, un lugar de lisa y llana austeridad, reflejo de lo que realmente fue para las personas que sufrieron la situación de estar presos en aquella época, lugar donde las personas eran vaciadas de valores, donde las ordenes fueron el vibrar de sus cabezas resintiendo al preso a momentos de vergüenza, humillación, dolor, frustración, abandono, hambre y muerte, este lugar era el Estadio Nacional, uno de los principales centros de tortura y presos en esa época, sitio donde gendarmes, policías, militares y médicos, eran los dioses y amos de las decisiones más importantes de lo que fue las investigaciones a aquellos presos que estuviesen involucrados en el partido político comunista, socialista, cualquier atisbo de esto caía en la muerte o en la tortura hasta la muerte, recobrar información específica de aquellos estudiantes, obreros, abuelos, tíos, padres, hermanos y bisnietos que pudiese ser un ‘enemigo factico’ del régimen imperante. La sala de torturas fue mi impresión más cautelosa al momento de observarla, leer y escuchar, a aquellas personas que fueron inhumanizadas con tortuosas maneras de tortura. Todo estaba fuera de la ética, todo estaba fuera de la moral universal, todo esta fuera de los preceptos construidos por una

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