Cronica.Por lo que pudo ser.

Por lo que pudo ser.

El notorio silencio despierta a Gloria a las 4:00 de la tarde de su siesta, se baja lentamente de la cama y comienza llamar a Laura. Pero Laura no contesta. La busca en su habitación y en las otras partes de la casa, hasta que al final, abre la puerta del baño y la encuentra con su cabello corto y castaño, su vestidito rosa y sus medias blancas, una más baja que la otra. Sus ojos estaban cerrados, su boca no se quería abrir para hablar, Laura, con diez años de edad, colgaba de una correa que estaba ajustada del techo. Gloria quedó atónita, recuerdos de los días anteriores rondaban por su cabeza, un fuerte grito sale de ella rompiendo ese nudo indestructible que se formó en su garganta.

Tras el desespero y los gritos, Álvaro, el esposo de Gloria baja de la habitación, todo va en cámara lenta, cada paso, palpitar, cada abrir y cerrar de ojos, hasta llegar al final. Verla ahí no fue fácil, llamar a la policía, a los familiares y lo más triste, al papá de Laura, quien desconsolado y sin querer creer lo que estaba escuchando, lloraba mientras su esposa lo abraza sin saber lo que realmente ocurría. La policía toca la puerta y hace una serie de preguntas a Gloria, necesitaban saber los motivos que llevarían a una niña de diez años a quitarse la vida «Laura era una niña alegre, solitaria, pero alegre» dijo Gloria, con la cabeza agachada.

Esa mañana fría de domingo Laura decidió que se iba poner, sacó ella misma su ropa mientras que Gloria y los hermanos iban a comprar unas cosas al Éxito. Todo parecía normal, pero cuando su mamá y sus hermanos llegaron, ella lucía triste y de repente, no quiso comer con ellos, cogió su plato y se fue para la habitación a comer y a ver televisión. Pero Álvaro, quien era muy estricto no la dejó comer allí y la hizo sentarse en la mesa junto con los demás. La mamá de Laura sabía que algo había pasado. En la mañana del lunes, ella se fue para el colegio para hablar con las profesoras de ella, tal vez, era un caso de bullying y ella nunca se dio cuenta.

Álvaro decide llevar a Gloria al colegio, al llegar la coordinadora de grupo los recibe pero insiste en que sean los padres de familia quienes dialoguen con ella, así que Gloria entra sola al salón. Hablan durante dos horas y media, Álvaro camina en los pasillos con un tinto en la mano que no ha tomado, luce impaciente, hasta que al final Gloria sale, silenciosa se dirige al carro, se monta y siguen con su camino. Álvaro pregunta qué ha hablado ella con la coordinadora

-Tu que pasabas tiempo con ella, ¿Nunca te dijo nada?, pregunta Gloria.

Álvaro niega con la cabeza y sigue manejando.

Después de una semana, suena el teléfono de la oficina de Gloria. Era del colegio de Laura, le pidieron que fuera inmediatamente, y así fue. Le presentaron a la psicóloga que Laura estuvo viendo hace dos meses, ella se veía triste, al momento de hablar no pudo expresarse bien, solo comenzó a llorar «Pido que me disculpe, no pensé que correr tanto las cosas harían un daño tan grande» expresó la psicóloga en voz baja. Entraron al consultorio y luego, Gloria salió de allí sin palabra alguna, sin acción, ni pensamiento.

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