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ENSAYO FINAL SOBRE FEYERABEND


Enviado por   •  7 de Marzo de 2018  •  Ensayo  •  2.840 Palabras (12 Páginas)  •  619 Visitas

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DOCTORADO EN EDUCACIÓN

        

ENSAYO FINAL

SOBRE FEYERABEND

Asesora:

Dra. María de la Paz Salazar Millares.

Materia:

Seminario de Filosofía de la Investigación

Alumna:

Arleth Meza Ramírez

Sesión 6/ Berriozábal, Chiapas, marzo/  04  2018 

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INTRODUCCIÒN

Para efecto de dar cumplimiento al requerimiento de esta quinta sesión; de la Materia Seminario de Filosofía de la Investigación, excelentemente bien abordada por la Dra. María de la Paz Salazar Millares, Catedrática de la Universidad IEXPRO; y muy bien aprovechada por nosotros alumnos del Doctorado en educación de la misma universidad. A continuación me permito presentarle el siguiente trabajo.

Fue  tarea difícil elegir un solo texto, para el cumplimiento del mismo; dada la importancia y la particularidad que tienen cada uno de los autores analizados con anterioridad; sin embargo he obedecido a mi deseo interior por Paul Feyerabend.

El presente ensayo es una pequeña reseña, una humilde y muy personal opinión sobre el Tratado contra el método de Paul Feyerabend. No es mi intención criticar su aportación; pero si recalcar sus singularidades, sus irreverencias, su esencia relajada y liberal; Se trata de Feyerabend, mayormente conocido como “el anarquista epistemológico”, o “el peor enemigo de la ciencia” como lo han etiquetaron rudamente, algunos. Su aportación está llena de comentarios amables, así como de sátiras y tintes cínicos, es sin duda una de las críticas, si no la mejor, a la metodología científica. Es por ello que invito al lector; a analizar y observa las aportaciones de Feyerabend con una mente abierta; otorgándole el beneficio de nuestra credibilidad, sin encasillarlo con premura como un enemigo de la ciencia; dado que su trabajo da a veces la impresión de un análisis rudo. Pero, intervengo porque a Feyerabend se le reconozca en su dominio de la temática en cuestión, pues ha sabido criticar, quizá acertadamente, o quizá no; pero para la práctica científica y con su defensa del: “todo vale” como el único método respetado por todos los científicos en la historia de la ciencia parece congruente.

Si a esto le sumamos que, la filosofía ha de ser ante todo crítica, pues es digno de admirarlo y còmo pasar por alto su peculiar forma liberal de realizar con un toque de humor y tinte sarcástico su critica y/o aportación; que fue lo que finalmente me cautivo e hizo decidirme a elegirlo a él como el personaje a abordar en este ensayo.

LAS APORTACIONES DE PAUL FEYERABEND

Primero y necesariamente tenemos que partir hablando del pluralismo metodológico, que no es otra cosa que lo que Feyerabend afirma; es uno de los problemas capitales sobre la ciencia con respecto a su estructura, cómo se construye y cómo evoluciona; es decir la ciencia no presenta una forma establecida, no existen unos elementos que se presenten en cada desarrollo científico. O sea, que no hay elementos que se den en toda investigación científica y que no aparezcan en otros dominios. Al tratar de resolver un problema los científicos usan indistintamente un método u otro, no existe una racionalidad que guíe la investigación científica. Al contrario; el científico hará uso de fuentes muy diversas que le vengan al caso para apoyar su investigación; estas pueden ser: sugerencias heurísticas, concepciones del mundo, disparates metafísicos,  observaciones y otros medios; ya aquí se puede notar el problema del método científico, y la conclusión que se sigue es que no tiene sentido formular de una forma general, cuestiones tales como qué criterio seguiría para preferir una teoría a otra. Él ha sostenido más claramente que la investigación con éxito no obedece a estándares generales: ya se apoya en una regla, ya en otra, y no siempre se conocen explícitamente los movimientos que la hacen avanzar. La consecuencia es drástica: se va a pique cualquier intento de formular una metodología racionalista de la ciencia, y nos encontramos con que la ciencia se encuentra mucho más cerca de las artes de lo que nosotros pensábamos; para apoyo de lo anteriormente mencionado, incluyo la siguiente afirmación que pertenece a Javier Echeverría, en su libro: La Revolución Tecnocientífica.

“En primer lugar, es claro que el rigor, la coherencia (interna y externa) y la simplicidad desempeñan un papel importante a la hora de valorar teorías, incluso cuando éstas teorías son inconmensurables desde el punto de vista del conocimiento, es decir, en los casos de crisis de un paradigma y de revoluciones científicas. Siendo transparadigmáticos, esos valores, y otros que podría mencionarse (como la fecundidad, retomando las tesis de Lakatos), pueden ser decisivos para orientar las decisiones individuales de los científicos: abandonar o no un paradigma, optar por una u otra teoría alternativa. A diferencia de Feyerabend, para Kuhn no todo vale. Hay criterios axiológicos que, incluso en plena crisis de los paradigmas, orientan el juicio de los científicos y, lo que es más importante, sus acciones. Una propuesta teórica que sea imprecisa, incoherente, Incompatible con otras teorías que no están en crisis, inane, etc., normalmente será rechazada por los científicos, y ello en el apogeo de una revolución científica, cuando la ciencia normal se está viniendo abajo. Los valores aportan una cierta estabilidad a la ciencia incluso en las épocas revolucionarias. La tesis kuhniana de la inconmensurabilidad queda así atemperada por las componentes axiológicas de las matrices disciplinares”

La idea de un método preciso y común a las ciencias adviene con la modernidad. Ahora bien que, por otro lado es bueno recordar a Aristóteles en su Metafísica y en otros tantos escritos; él no se cansó nunca de repetir que no existe un único método correcto en las ciencias y mucho menos que el hipotético deductivo sea el superior o más científico, sino que es el objeto de una ciencia; el que determina el método apropiado o correcto en dicha disciplina. El autor de quien estoy plasmando este ensayo; Feyerabend, es un gran deudor de las tesis kuhnianas y de la historia de la ciencia, es el quien mantiene que la idea de un método que contenga principios firmes, inalterables y absolutamente obligatorios que rijan el quehacer científico tropieza con dificultades considerables al ser confrontada con los resultados de la investigación histórica. Es más; el asegura que: “no hay una sola regla, por plausible que sea, y por firmemente basada que esté en la epistemología, que no sea infringida en una ocasión o en otra”. El afirmaba que esas infracciones, lejos de ser accidentales, son necesarias para el progreso; y esta mención hace ver un ser humano de carácter optimista.  Haciendo un resumen de lo anteriormente dicho; podemos asegurar que, esta práctica liberal es razonable y absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento. En lo personal; El término “dadaísta” utilizado para referirnos a él; es sin duda el más acertado para identificar al autor en cuestión; lejos de las connotaciones puritanas del anarquista, el dadaísta está convencido de que la vida sólo empezará a merecer la pena cuando nos tomemos las cosas a la ligera, cuando eliminemos del lenguaje los significados acumulados durante siglos. Un dadaísta no sólo no tiene ningún programa, sino que está en contra de todos los programas, e incluso para ser un buen dadaísta se ha de ser también un anti dadaísta.

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