El Poder Esperanzador De La Escuela
Enviado por Dossy • 4 de Septiembre de 2014 • 943 Palabras (4 Páginas) • 133 Visitas
“El poder reside donde los hombres creen que reside ni más ni menos”
George R. Martin
Desde el momento en que nacemos la palabra “poder” está inmersa en nuestras vidas. Familia, escuela, trabajo, sociedad son algunos de los ámbitos en los que se lo observa. El poder forma parte del mundo y nosotros pertenecemos a él pero esto implica, en la mayoría de los casos, que sólo los más fuertes pueden ostentarlo. ¿O tal vez no sea así?
En una sociedad en constante fluctuación, golpeada por profundos cambios políticos, económicos y principalmente sociales se hace necesario reelaborar este término y darle una dimensión distinta, una connotación ampliatoria e inclusiva que otorgue a cada individuo la posibilidad de ejercerlo y desde su lugar intentar transformar la realidad histórica en la que se halla sumido.
La idea de poder pertenecientes a grupos selectos, importantes, adinerados o intelectuales está muy arraigada en nuestra humanidad desde siempre y tratar de darle otro alcance puede llegar a ser una ardua tarea pero no imposible. Como dice Freire: “El poder pertenecerá a todos, cada cual se apropiará de su parcela de poder en tanto ser humano, y ese apropiarse permitirá la construcción de una sociedad en la que el poder sea de todos y no de unos pocos”1
Esto no es fácil ya que denota compromiso, responsabilidad, peligro e incertidumbre. Compromiso para elegir dónde, cómo, cuándo ejercerlo, contribuyendo cada día al cambio social. Responsabilidad para actuar con justicia, solidaridad, eligiendo el camino que conduce al bien común. Peligro ya que su manejo inadecuado puede desembocar en situaciones negativas. Incertidumbre ya que es un arma muy poderosa, que usada por primera vez, puede provocar conflictos internos, dudas y temores.
Aún con todo lo mencionado, se hace necesaria la inclusión de los grupos minoritarios, su participación activa, el alzamiento de sus voces que son acalladas por el dominio de unos pocos. El obrero, el ama de casa, los grupos no intelectuales e incluso nuestros estudiantes tienen mucho por decir y cambiar ya que la realidad muchas veces los golpea de tal manera que se convierten en fieles actores y testigos del período histórico que les toca vivir.
El funcionamiento de las escuelas también está enmarcado en un ámbito de poder: Inspectores, Directivos, Jefes de Departamento, incluso docentes con mayor antigüedad muestran que nuestra tarea está continuamente siendo puesta en tela de juicio La cuestión del poder nos influye, restringe, inhibe y cohíbe. Directivos sin apertura a nuevas ideas ostentan el poder de una manera tal que anulan a docentes que tienden a promover ideas innovadoras, propulsoras de cambio y ante esto la práctica educativa queda estancada en una tradición que dista mucho de tener en cuenta a los alumnos como centro del acto educativo.
Lo mismo sucede con inspectores y sus directivos subordinados. Su poder le permite favorecer a unos directivos y perjudicar a otros con
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