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El Problema Del Ser Y El Deber Ser


Enviado por   •  25 de Mayo de 2012  •  5.712 Palabras (23 Páginas)  •  1.530 Visitas

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Problema del ser y el deber ser

El problema del ser y el deber ser (también llamado la guillotina de Hume, y muchas veces confundido con la falacia naturalista) es un problema en metaética acerca de la posibilidad de deducir oraciones normativas a partir de oraciones descriptivas. Las oraciones descriptivas son aquellas que dicen lo que es el caso, mientras que las oraciones normativas son aquellas que dicen lo que debe ser el caso. Tómese por ejemplo el siguiente par de oraciones:

1. Nerón es cruel.

2. Nerón debe ser cruel.

La primera es una oración descriptiva y la segunda es una oración normativa, y resulta evidente que existe una gran diferencia entre ambas. Para deducir una oración normativa, una manera es construir un argumento que incluya una oración normativa entre las premisas. Así por ejemplo:

1. Todos los emperadores deben ser crueles.

2. Nerón es un emperador.

3. Por lo tanto, Nerón debe ser cruel.

Según la lógica deóntica, este argumento tiene la siguiente forma válida:

1.

2.

3.

(Donde Ex es "x es un emperador", Cx es "x es cruel", y n es "Nerón".)

Pero el problema del ser y el deber ser consiste en encontrar una manera de deducir oraciones normativas sin tener que incluir más oraciones normativas entre las premisas. En el argumento anterior, uno puede preguntar por una justificación para la nueva oración normativa, "todos los emperadores deben ser crueles". En tal caso, la única salida sería deducir la oración a través de otro argumento que incluya una premisa normativa. Por ejemplo:

1. Todos los líderes deben ser crueles.

2. Todos los emperadores son líderes.

3. Por lo tanto, todos los emperadores deben ser crueles.

Pero esto nos deja con el nuevo problema de encontrar una justificación para la premisa "todos los líderes deben ser crueles", y con la amenaza de una regresión al infinito. Podría observarse, por supuesto, que así como se puede pedir justificación para las premisas normativas, se puede pedir justificación para las premisas descriptivas. Pero esto es otro problema, que puede encontrar otras respuestas. Una diferencia entre las oraciones descriptivas y las oraciones normativas es que las primeras, a diferencia de las segundas, pueden (quizás) juzgarse verdaderas o falsas a partir de la investigación empírica. Así por ejemplo, el valor de verdad de la oración "Nerón es un emperador" puede determinarse haciendo una investigación histórica. Sin embargo, no sucede lo mismo con la oración "Nerón debe ser cruel". La verdad o falsedad de esta oración debe determinarse por otros métodos, y si se descarta la posibilidad de probar su verdad a través de una deducción a partir de premisas verdaderas, entonces vale preguntar si hay algún otro camino.

El abismo que separa a los hechos de los deberes no tiene nada que ver con el contenido de las proposiciones descriptivas de las que se parte. Lo mismo da que se trate de proposiciones metafísicas, científicas o de la vida cotidiana. El error se encuentra en el procedimiento, no en el punto de partida.

Historia

El problema fue presentado por primera vez por David Hume en un breve párrafo de su libro de 1739-40, el Tratado sobre la naturaleza humana:

En todo sistema de moralidad que hasta ahora he encontrado, siempre he notado que el autor procede por algún tiempo en los modos ordinarios de razonamiento, y establece la existencia de Dios, o hace observaciones concernientes a los asuntos humanos, cuando de pronto me veo sorprendido de encontrar, que en vez de los enlaces usuales de las proposiciones, es y no es, encuentro que no hay ninguna proposición que no esté enlazada con un debe, o un no debe. Este cambio es imperceptible; pero es, sin embargo, de grandes consecuencias. Pues como este debe, o no debe, expresa una nueva relación o afirmación, es necesario que sea observada y explicada; y que al mismo tiempo se dé una razón, para lo que parece totalmente inconcebible: cómo esta nueva relación puede ser una deducción de otras, que son completamente diferentes de ella.

La cita de Hume muestra que las proposiciones normativas, sea que expresen obligaciones ("debe") o prohibiciones ("no debe"), tienen una estructura lógica distinta ("una nueva relación") a la de las proposiciones fácticas ("es y no es"). De modo que si las primeras intentan deducirse de las segundas, pareceríamos estar ante un razonamiento falaz, esto es, un razonamiento que puede resultar persuasivo pero que sin embargo es lógicamente incorrecto.

Hasta el momento en que Hume escribió el mencionado pasaje, el problema del ser y el deber ser no había sido planteado ni propiamente reconocido como un problema por los filósofos morales. Es sólo a partir del pasaje de Hume, y más fundamentalmente a partir de su recuperación por parte de algunos pensadores analíticos del siglo XX, que se percibió la complejidad del problema del ser y deber ser, y se extendió la idea de que existe un abismo lógico insalvable entre el orden fáctico y el orden normativo. Desde entonces, el problema ha crecido en importancia hasta convertirse en uno de los temas centrales de la metaética contemporánea.

En 2004, Nicolás Zavadivker propuso una ampliación del argumento de Hume, al mostrar que aún cuando las normas pudiesen ser deducidas a partir de descripciones, este procedimiento no podría dar cuenta de la moralidad de las mismas. Esto se debe a que las premisas del razonamiento serían (por ser descriptivas) axiológicamente neutras, por lo que no permitían mostrar el carácter justo o correcto de ese deber, es decir, no permitirían justificar moralmente la conclusión normativa. Zavadivker denominó falacia de la justificación cognitiva al error consistente en considerar que razones de orden cognoscitivo bastan para justificar una norma, esto es, para considerarla justa o correcta.1

La solución de Searle

En 1964, John Searle publicó un artículo titulado How to Derive 'Ought' From 'Is', donde propone una solución al problema. Según Searle, el hecho de hacer una promesa, lo coloca a uno bajo la obligación de cumplirla, simplemente por definición de lo que significa hacer una promesa. Hacer una promesa es "colocarse a uno mismo bajo una obligación", de modo que el acto de prometer deriva en el deber de cumplir lo prometido. Si bien hubo numerosos intentos por responder al problema de Hume, el de Searle fue el que cobró mayor notoriedad; lo que conllevó que una gran cantidad de autores intentaran refutarlo.

Otros pensadores que cuestionaron la existencia de un abismo entre el ser y el deber ser son Hilary

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