En busca de la verdad.Sócrates, apodado “el crítico”

Sócrates, apodado “el crítico”, se había ganado las enemistades de los gobernantes atenienses y de buena parte de la sociedad. Fue crítico con el sistema democrático y puso en duda que los dioses rigiesen aspectos humanos. La juventud ateniense, a menudo, le imitaba utilizando su método (elenchos) y eso revolvía los valores sociales y morales. También los sofistas y poetas fueron cuestionados por él y dejados en ridículo, ya que fueron incapaces de responderle a preguntas que supuestamente sabían, aunque él mismo reconocía honestamente que tampoco sabía nada. Por ello, y quizá por otros motivos políticos, se convirtió en una figura incómoda para Atenas y fue condenado a muerte por impiedad y corruptor de la juventud.

En el juicio, Sócrates, alega que él se limita exclusivamente a decir la verdad y defiende, en definitiva, que una sociedad que no se autocuestiona, no puede administrarse de manera sabia y justa. Lo único reprochable a su persona es la búsqueda de esas verdades esenciales. Durante el juicio, una vez más, responde con preguntas a las preguntas que le hacen y pone en entredicho los argumentos de quienes le acusan. Él, se reafirma en su postura y para nada se retracta de sus criterios. Por ello es condenado a morir y Sócrates descarta huir, cosa que hubiesen hecho otros en su lugar. Pero para él la deshonra es un valor que está por encima de la muerte incluso, y por eso, prefiere morir a retractarse en falso y salvar su vida. También lo hace porque pare él es un deber moral cumplir las leyes, cosa que siempre defendió, aún siendo injusta la sentencia.

En cambio, el juicio a Galileo resultó en la abjuración de sus teorías. La teoría geocéntrica no se sustentaba por la razón y él, siguiendo la estela de Copérnico, se sumó a la teoría heliocéntrica. Mientras algunos religiosos clamaban en sus púlpitos contra las teorías copernicanas, Galileo remacha: “La Biblia no fue escrita para enseñarnos astronomía.” Galileo no ponía en duda la religión, sino que permitiese a la ciencia la independencia de sus criterios, amparados éstos, en la razón y no en el dogma de fe. En ese sentido fue, al igual que Sócrates, un hombre convencido de someterse al orden social, pero clamaba en contra de que no se le permitiese a la verdad discurrir por su camino sin injerencias religiosas.

Pero el mal ya estaba hecho. En febrero de 1616, la Inquisición dictó un decreto en contra del sistema heliocéntrico de Copérnico, lo cual no ponía las cosas fáciles a Galileo. Se le invitó, de hecho a abandonar su postura, cosa que no hizo. En 1632 publicó Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo y eso encolerizó a la Inquisición de nuevo y lo condenó. El 22 de junio de 1633, Galileo se retractó de sus tesis heréticas y fue obligado a firmar una abjuración. Se le condenó a vivir confinado en su casa el resto de sus días. Galileo

...