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FILOSOFIA


Enviado por   •  24 de Abril de 2013  •  1.486 Palabras (6 Páginas)  •  292 Visitas

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THOMAS DE AQUINO

Como la serie de causas no puede ser infinita, porque de ser así no habría una causa primera y por tanto no habría causas segundas, esta serie nos remite a una primera, que es Dios, por lo que se concluye que Dios es o existe.

La primera vía (seguimos el orden de la Suma teológica) parte del movimiento de los entes. Pero como todo lo que se mueve es movido por otro, el movimiento de un ente nos remite a otro como causa de ese movimiento. Y si este motor es a su vez movido por otro, nos remite a su vez a otro motor, causa de su movimiento. Más como en esta serie no podemos elevarnos al infinito, es necesario afirmar que hay un Primer Motor que no es movido por nada y que es, por tanto, un Motor Inmóvil.

La segunda vía parte de la subordinación de las causas eficientes y llega a Dios como Causa Incausada. La tercera parte de la contingencia de los seres y se remonta hasta Dios como Primer Necesario. La cuarta tiene como punto de partida los diferentes grados de perfección de los entes y llega a Dios como el Ser Máximo e Infinito. Y la quinta vía comienza observando la ordenación a un fin que se percibe en el obrar de los entes para culminar afirmando la existencia de Dios como Supremo Director del Universo.

Subyace a las vías la afirmación de que las cosas no son la razón de su propia existencia. Cada ente es una cosa determinada, un "algo que es", y su esencia ("algo") no incluye su existencia ("es"). Por eso es que todas las cosas necesitan recibir de otro su existencia. La causa de todas las cosas es aquello (o aquel) que es por sí. En la causa primera de todas las cosas se identifican esencia y existencia (su esencia es su propia existencia). Esta causa primera, que es Dios, no sólo tiene en sí la razón de su existencia sino la capacidad de comunicar la existencia a todas las cosas. Y en este sentido entiende Tomás la afirmación del Éxodo 3,14 (“Yo soy el que soy”): Dios es acto puro de existencia.

Dios crea todas las cosas de la nada, por un acto libre de su voluntad. La existencia del mundo no le agrega a Dios ninguna perfección así como su no existencia no lo disminuye en nada. Todo lo que Dios ha creado preexistía en su pensamiento antes de la Creación. Al conocerse a sí mismo, en cuanto participable, Dios conoce todas las cosas reales y posibles desde toda la eternidad. En cuanto a la disputa en torno a la eternidad del mundo, Tomás sostiene que la razón no puede resolver esta cuestión, al tiempo que afirma que según el dato revelado debemos creer que el mundo a tenido un comienzo, aunque nos resulte indemostrable.

En la jerarquía de los seres, el hombre se encuentra entre las inteligencias puras (los ángeles, que carecen de materia aunque no de esencia y existencia), y los cuerpos. El alma del hombre pertenece al ámbito de los seres inmateriales pero no es una inteligencia pura sino la forma de un cuerpo. Tampoco es una forma más, como las de los demás entes materiales, sino una forma substancial, capaz de subsistir sin el cuerpo. Ahora, si bien el alma subsiste sin el cuerpo, el hombre no. El hombre es la unión del cuerpo y del alma. De allí la necesidad de la resurrección, si es que quien ha de vivir eternamente es el hombre y no el alma sola.

Tomás sostiene que conocer es abstraer de las cosas lo universal que se encuentra contenido enellas. El objeto propio del entendimiento humano es el ente sensible, que percibimos por los sentidos. El conocimiento comienza con la experiencia, con la que formamos la imagen sensible (especie sensible) del ente en cuestión. El intelecto agente, que está en acto de conocer, toma de esta imagen las formas universales y conforma la especie inteligible. El intelecto agente imprime esta especie inteligible en el intelecto posible o pasivo, donde permanece como especie impresa. Ésta última hace las veces de especie expresa cuando es referida a sus objetos correspondientes, actuando como medio de expresión (palabra) a través del cual el entendimiento refleja el mundo.

Se puede identificar su postura respecto del la disputa sobre los universales como realismo moderado. Por un lado, ubica los universales, en cuanto abstracciones, en el intelecto, contra el realismo que los considera existentes en sí mismos. Por otro, considera que hay en las cosas existentes una base para los universales (la forma), diferenciándose con ello de los nominalistas y los conceptualistas.

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