Filosofia Del Derecho
Enviado por eberto23 • 20 de Septiembre de 2011 • 1.326 Palabras (6 Páginas) • 765 Visitas
1 Los problemas de siempre
La idea de un derecho natural está encastrada en los orígenes de la cultura
occidental, de modo que si prescindiéramos académicamente de ella sería
imposible ent ender el desarrollo de nuestra historia. En los países medite-
rráneos siempre ha existido la fe en unas normas o principios de justicia
que no dependen de la voluntad humana, personal o colectiva. Esta fe a
la que aludo la reconocemos en Antígona cuando exige al tirano que le
entregue el cuerpo de su hermano, y fundamenta su exigencia en unos
nomoi agraphoi
, en unas leyes no escritas. Un testimonio especialmente
int eresante porque además de su antigüedad, procede de una fuente litera-
ria. Lo que nos indica, entre otras cosas, que estamos ante una mentalidad
que estaba extendida en ámbitos populares.
Sin embargo, la tesis de los
nomoi agraphoi
inmutables presentaba
algunos problemas ante los mismos griegos. Platón prescindió de la
pra-
xis
y dejó la regulación de la vida humana reducida a pura
theoria
: la
eterna idea suprema del bien nos aseguraría el punto de referencia inmu-
table para nuestra actuación práctica. Pero este planteamiento no podía
convencer a un hombre como Aristóteles, que tenía ante la vista a los
hombres concretos e históricos, con sus perplej idades e incerti dumbres.
Aristóteles no duda que existen conductas buenas o malas al margen de
las convenciones o de lo que indi que la experiencia.
Pero es consciente
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del hecho de que buena parte de la vida humana se encauza mediante el
Aristóteles escribe en 1107a que “ todas estas cosas y otras semejantes se llaman así por ser
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malas en sí mismas, no por sus excesos ni por sus defectos. Por tanto, no es posible acertar nunca en ellas,
sino que siempre se yerra. Y en relación con estas cosas, no hay problema de si está bien o mal hacerlas,
por ejemplo, cometer adulterio con la mujer debida y cómo y cuando es debido, sino que el realizarlas es
en absoluto erróneo” .
Cfr
.
Ética Nicomáquea
, trad. de J. Pallí, Madrid, Gredos, 1993, pp. 169 y 170.
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FRANCISCO CARPINTERO BENÍTEZ
procedimiento del ‘t anteo y error’, aprendiendo de nuest ros experimen-
tos. En otras palabras, que aunque existan verdades prácticas inmutables,
las ‘leyes no escritas’ inalterables no alcanzan a orientarnos en todos los
aspectos importantes de la vida. Esto implicaba establecer que un sector
de los principios y normas fundamentales que regulan la conducta huma-
na poseen una naturaleza histórica, es decir, dependen del cambio del
hombre a través de la historia. En el libro V de su
Moral
a
Nicómaco
propone expresamente este tema, y explica que la justicia política puede
ser natural y legal.
Luego hay verdades que son iguales para todos los
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hombres. Pero matiza inmediatamente: “ Esto no es así, aunque lo es en
un sentido. Quizá entre los dioses no lo sea de ninguna manera, pero entre
los hombres hay una justicia natural y, sin embargo, toda justicia es varia-
ble, aunque hay una j usticia natural y otra no natural” .
Podríamos decir
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que, aunque reconoce la inmutabilidad de un sector fundamental de la
justicia, elude el problema de compaginar los
nomoi agraphoi
con la na-
turaleza histórica del hombre.
No debe extrañarnos esta indecisión aristotélica. Él era demasiado
perspicaz como para afirmar que todas las normas o ideas son absoluta-
mente inmutables, al modo platónico. La experiencia le enseña que nues-
tras instituciones cambian, lo que motiva que lo que ayer era justo (y fue
entonces realmente justo) ahora aparece como inadecuado o injusto. Por
este hecho tiende a considerar que los hombres nos ‘hacemos’ en la histo-
ria siguiendo un
telos
o naturaleza específicamente humana.
Existe,
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pues, una conducta
propia
del hombre, a la que los griegos en general
dieron el nombre de
praxis
; la praxis es un concepto en cierto modo bio-
lógico, como señaló Joachim Ritter hace años.
Esto implica que los
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“La justicia política puede ser natural y legal; natural, la que tiene en todas partes la misma
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fuerza y no está sujeta al parecer humano; legal, la que considera las acciones en su origen indiferen-
tes, pero que cesan de serlo una vez que ha sido establecida, por ejemplo, que el rescate de una mina
o que deba sacrificarse una cabra y no dos ovejas... Algunos creen que toda justicia es de esta clase,
pues lo que existe por naturaleza es inamovible y en todas partes tiene la misma fuerza, como el
fuego que quema aquí tanto como en Persia, mientras que las cosas justas observan ellos que cam-
Cfr
bian”.
. 1134b,
...