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Filosofia


Enviado por   •  27 de Agosto de 2014  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  163 Visitas

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Nació en Ginebra (Suiza) el 28 de Junio de 1712. Era hijo de Isaac Rousseau, relojero, y de Suzanne

Bernard, hija del calvinista Jacques Bernard. A los nueve días de dar a luz, fallece su madre. Pasa los primeros diez años de su vida con su padre, que llevaba una vida errante y despreocupada (dejémoslo ahí). Era aficionado a la música y a la danza, le gustaba leer novelas e historias con su hijo, práctica que despierta la curiosidad y la fantasía del niño. Su padre tuvo que huir de Ginebra por una disputa con un militar de buena familia, y él se queda al cuidado de su tío Samuel. Junto a su primo, Rousseau fue enviado como pupilo a la casa del calvinista Lambercier durante dos años (1722-1724). A su regreso, en 1725, trabajó como aprendiz de relojero y, posteriormente, con un maestro grabador, con el que no termina su aprendizaje -cinco años- pues huye al poco tiempo. Las razones que aporta Rousseau son supuestas injusticias y dificultades de las que era objeto por parte del grabador. Digo supuestas porque, aunque es posible que fuera maltratado, también hay que reconocer que Rousseau tenía un carácter inestable y difícil, por no decir, directamente, que sufría de manía persecutoria que se agrava con los años .

J. Pradier. Estatua de Rousseau en Ginebra

Abandona Ginebra a los 16 años (1728), vagabundeando por distintas ciudades, hasta llegar a Annency, donde fue acogido por Mme. de Warens, joven y agraciada viuda que impresionó a Rousseau desde su primer encuentro. Era una dama ilustrada que le ayudó en su educación y en su afición por la música. Conversa al catolicismo pretendía que Rousseau abjurase del protestantismo, por lo que le envió al hospicio de catecúmenos de Turín –institución que no sale precisamente bien parada en las Confesiones- para ser bautizado y convertido. A partir de 1729 comienza una vida aventurera y desordenada, sin perder las relaciones con Madame de Warens, de la que será amante –con el tiempo, Rousseau idealiza esta relación. Su actividad fundamental durante estos años se

Aficionado a la música, creó un sistema nuevo de notación musical y escribió una ópera

centra en trabajos de música. En 1731 viaja por vez primera a París, donde trabaja como preceptor. A finales de año se traslada a casa de Mme. de Warens en Chámbery, que le consigue un empleo en el catastro de Saboya, residiendo allí durante ocho años, en los que se dedica a estudiar música, filosofía, química, matemáticas y latín, intentando superar o compensar mediante la lectura las deficiencias de su educación un tanto asistemática. En 1742 regresa a París pero en 1743 está en Venecia como secretario del embajador francés. Rousseau no mantiene una buena relación con el embajador y es despedido por insolente, regresando, de nuevo, a París. Aunque breve, esta experiencia determina el interés por la política y por la moral, al observar las instituciones y las intrigas de la diplomacia internacional que le provocan <<un germen de indignación contra nuestras estúpidas instituciones civiles, en las que el verdadero bien público y la verdadera justicia quedan siempre sacrificadas [...] a la opresión del débil y a la iniquidad del fuerte>>. Entra en contacto con les philosophes (Voltaire, D´Holbach, Diderot, etc…) y colabora en la Enciclopedia (redacta los artículos de teoría musical, recordad que trabajó como arreglista musical y dramático). En 1743 publica su Disertación sobre la música moderna y al año siguiente conoce a Théresè Levasseur, con la que mantiene relaciones estables de las que tendrá cinco hijos, todos ellos confinados en un orfanato, información desvelada malévolamente por Voltaire en 1764. (No deja de ser curioso que el que algunos consideran el padre de la pedagogía dejase a sus hijos abandonados –parece que su justificación era que la madre, sirvienta inculta, no era capaz de educarlos). En 1749, la Academia de Dijon convoca un premio para el mejor ensayo que responda a la pregunta de si las ciencias y las artes han mejorado moralmente a los hombres. A este hecho está vinculado el famoso episodio de la <<iluminación de Vincennes>>, algo parecido a la noche de San Martín de Descartes o el <<episodio de la estufa>>, lo que pasa que, en esta ocasión, debajo de un árbol. Rousseau iba a visitar a Diderot, encarcelado en el castillo de Vincennes por sus excesos literarios, cuando lee el bando de la Academia. Rousseau asegura que se le abrieron nuevos horizontes y que se volvió otro hombre, describiendo las violentas alteraciones psicosomáticas que le provoca el hecho y prosigue diciendo: <<¡Oh, Señor!,

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