Filosofia
Enviado por felixacug • 21 de Febrero de 2015 • 1.422 Palabras (6 Páginas) • 112 Visitas
Desiderius Erasmus Roterodamus (1446-1536) fue una personalidad enormemente controvertida y molesta en su época. En la encrucijada entre la Reforma protestante y la obsoleta ortodoxia tradicionalista de la Iglesia cristiana, el cauteloso Erasmo se granjeó la enemistad y el repudio de ambos bandos: un traidor vendido al mejor postor para los luteranos y un peligroso reformista que, con sus doctrinas heréticas había apoyado al reformismo y perjudicado a la Iglesia de Roma.
Nacido en Rotterdam, Holanda, en 1469, recibió una buena educación impregnada por el estudio de las bonae litterae, esto es, de la literatura y las lenguas grecolatinas propias del humanismo renacentista, movimiento del que fue uno de sus máximos y más refinados representantes.
Al morir su padre, Erasmo ingresa en el convento de los agustinos de Stein, del que no guardará precisamente un buen recuerdo. Las estrictas reglas de sumisión, así como su absoluto dogmatismo y la total impermeabilidad ante cualquier innovación le reafirmaron en su experiencia de que existía una gran escisión entre la formación cultural que proponían los nuevos tiempos y la devota y artificiosa religión popular. En 1492, sin embargo, tomó los hábitos monacales y pasó al año siguiente a trabajar como secretario del obispo de Cambrai, que necesitaba un buen latinista. Esta posición le permitió realizar numerosos viajes a Francia, Bélgica, Italia e Inglaterra y relacionarse con la mayoría de los centros humanistas de Europa. En su estancia en Inglaterra se codeará con la nobleza y con las elites intelectuales y políticas de su tiempo, entablando una gran amistad con Tomás Moro, futuro canciller de Enrique VIII.
En 1500 Erasmo se doctora en teología por la universidad de Turín y en 1521 se establece en Basilea, ciudad en la que había surgido un importante grupo de humanistas reformadores. A partir de entonces, y debido a la popularidad de su obra y de la aparición de la figura de Lutero, Erasmo vivirá un período de profunda inestabilidad y de continuas disputas provocado por la ambigua postura que mantenía en la intransigente polémica entre reformistas y cristianos ortodoxos. Polémica de la que no pudo apartarse y que acabó con su repudio y con su obra en el Índice de libros prohibidos. En 1536, a causa de una disentería, muere Erasmo en Basilea.
La obra y el pensamiento de Erasmo
Gran estudioso y conocedor de la literatura y las lenguas grecolatinas, Erasmo fue un escritor enormemente original que puso su ingenio y la perspicacia lúcida e irónica de su pluma al servicio de una reforma de la Iglesia y de la sociedad que permitiera una vuelta al auténtico espíritu del cristianismo, perdido en abstractos formalismos escolásticos y degenerado por las corruptas instituciones y ritualismos eclesiásticos.
Una de sus primeras obras Enchiridion militis christiani (Manual del caballero cristiano) escrita en 1501, pone de manifiesto lo que será una constante en toda su obra: el camino hacia Dios a de hacerse por vía de la interiorización. Lo institucional de nada sirve si el hombre no examina su propia conciencia y hace uso de su libertad y de una auténtica fe. Utilizando los pares platónicos, visible/invisible o carne/espíritu, Erasmo identifica el ceremonial de la Iglesia con el ámbito de la apariencia e irrealidad.
En 1509 Erasmo publica la que será una de sus obras más populares Moriae encomium (Elogio de la locura). Escrita como un juego divertido, y dedicada a su amigo Tomás Moro, cuyo apellido curiosamente proviene de la palabra latina moria, esto es, locura, esta obra tiene el trasfondo serio propio de los bufones: sólo a éstos les estaba permitido airear con franqueza las grandes verdades y desenmascarar, con la risa, los peores defectos.
El Elogio de la locura es una acertada sátira de ingeniosa crítica de la sociedad de la época, en la que todas las clases sociales son despiadadamente analizadas por la Locura, que es la que narra el relato. Su burla mordaz no deja títere con cabeza: ni reyes ni papas, ni campesinos ni nobles, ni mujeres ni monjes se sustraen al dominio de la locura, la stultitia, la estupidez.
La crítica se ahonda en un mordaz análisis de la Iglesia y sus instituciones, así como de la teología y su anticuado método escolástico. Todos ellos están bajo el gobierno de la Locura porque se han apartado de la verdadera fuente de la religión: el cristianismo primitivo.
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