Filosofia
Enviado por brandin123 • 5 de Abril de 2015 • 1.559 Palabras (7 Páginas) • 174 Visitas
INTRODUCCIÓN
La persona humana está llamada a realizarse; es decir, a construir su personalidad, formar su manera de ser y adquirir una serie de valores. Ello es posible mediante el desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas.
Para conseguir esta realización, el ser humano ha de estar abierto a la trascendencia. A lo largo de la vida, el hombre y la mujer se plantean numerosos interrogantes en torno a su existencia: ¿De dónde vengo? ¿Qué sentido tiene mi vida?…, y buscando la respuesta a dichos interrogantes.
Los filósofos suelen estudiar entre algunos de sus tópicos el “sentido de la vida”. Pero no abordan el tema directamente, sino que lo exponen con rodeos y en conexión con cuestiones como la muerte, la inmortalidad, la reencarnación, la resurrección, etc.
La filosofía moral, que sólo se plantea si lo bueno y el deber pueden unirse o si podría tener sentido tal unión. La filosofía de la religión, por su parte, o bien tiende a dar por supuesto que cualquier problema que aborde roza el “sentido de la vida” o simplemente juzga que dichos problemas llevan a esta cuestión.
En este trabajo dividiremos lo que la filosofía de la religión debe decir sobre el sentido de la vida en tres partes. Primero nos referiremos al problema de si la vida tiene o no tiene sentido. En la segunda hablaremos de las correspondencias entre moral y religión, y en la tercera observaremos hasta qué punto desean resolver el problema algunas doctrinas religiosas.
PRIMERA PARTE: ¿Tiene sentido la vida?
Podemos pensar que la expresión “sentido de la vida” carece de significado, pero lo que quiere decir es que la vida merece la pena vivirse. La vida debería de ofrecernos suficientes razones para seguir viviendo sin necesidad de optar por la radical solución de la autoaniquilación. Tampoco deberíamos necesitar la existencia de otra vida para que esta vida sea digna de vivirse. Estas actitudes son las contrarias que debería de adoptar alguien que tenga una actitud positiva respecto a la vida humana. Quien mantenga que la vida no tiene sentido alguno, o supone que es mejor no existir -y si no comete suicidio será por motivos psicológicos, que no lógicos- supone que la vida sólo adquiere dignidad si se complementa con otra ultramundana que compense los males de este mundo. Esto no quiere decir que no debemos creer en la Existencia de una vida eterna con Dios; sino que no podemos basar toda nuestra vida en la existencia de otra vida más allá de la muerte: debemos vivir esta vida con verdadero sentido sin caer en ninguno de estos dos extremos.
En medio de estos dos extremos encontraríamos otras posturas más o menos cercanas a uno de los polos. Por ejemplo, podríamos pensar que la vida trae tantos problemas y deja abiertos tantos interrogantes al ser humano que se hace difícil afirmar que la vida tenga sentido. Pero podría ser que la vida no tenga sentido en su sentido más estricto y que nuestra tarea consistiera en ir dando algún sentido. Esta actitud no cae en ninguno de los extremos antes citados: todo el sentido esta aquí - nos referimos a creer que el único sentido es la otra vida- o aquí no hay ningún sentido -los que piensan que la vida carece de sentido.
En la vida son tantos los deseos y tan poca la realidad, tan grande la injusticia y tan mínima la justicia que suenan extrañas las voces de los que afirman que la vida tiene sentido por sí misma. Pero el que la vida sea difícil de entender y de vivir no quiere decir que tengamos que optar por el suicidio o por colocar el sentido en un más allá, y para ello hay varios motivos:
- La vida humana se extiende en el tiempo, es decir, que no podemos tener en cuenta todo nuestro pasado y futuro sólo por un momento en el que no consigamos encontrar el sentido de nuestra vida.
- La vida humana consiste en dar sentido a todo lo existente. Es verdad que esto no sólo produce satisfacciones, pero por el camino hay una serie de bienes que no son pocos y que merece la pena ser experimentados.
- El ser humano no puede adivinar el futuro, así que en el insatisfactorio día a día siempre podemos albergar la esperanza de que nuestra vida mejorará; y esto puede convertirse en realidad por muy difícil que lo tengamos.
SEGUNDA PARTE: Moral y religión
Esta parte trata de la relación entre ética y religión, que son términos que incomprensiblemente suelen ir separados. Recordemos que estamos hablando de religión y no de teología: la teología es la ciencia que estudia a Dios, pero la religión enseña entre otras cosas las actitudes que se deben tomar ante la vida. Y es aquí donde tiene relación con la moral, ya que
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