Filosofia
Enviado por davidmaciass • 11 de Junio de 2015 • 1.173 Palabras (5 Páginas) • 258 Visitas
El Pentateuco
Introducción
LA LEY. El pentateuco
Los cinco primeros libros de la Biblia contienen una parte narrativa, que comienza con la creación del mundo y concluye con la muerte de Moisés. Las narraciones sirven de marco a las leyes que dieron su impronta característica al pueblo de Israel, y por eso la tradicción judía designa a este conjunto de Libros con el nombre de “Torá”, palabra hebrea que significa “LA LEY”.
En el siglo II de la era cristiana, se les dio el nombre de PENTATEUCO. Esta palabra de origen griego significa “cinco instrumentos” y se la usó originalmente para designar los “cinco estuches” donde se guardaban esos Libros.
Aunque está compuesto de elementos muy heterogéneos, el Pentateuco constituye una verdadera unidad. La división del mismo en cinco partes se funda en razones de orden práctico: su finalidad era facilitar el manejo de una obra tan voluminosa. Los judíos de Palestina designaban cada una de esas partes con la palabra inicial del texto. El primer libro, por ejemplo, se llamaba “Al principio”. Pero en los medios de habla griega, se prefirió darles un título que expresara algún aspecto de su contenido, y de esa manera surgieron los nombres con que se los conoce actualmente.
El primer libro se llama GÉNESIS, que quiere decir “origen”, porque describe los comienzos del universo, de la humanidad y del Pueblo de Dios.
El segundo recibe el nombre de ÉXODO, que significa “salida”, porque la primera parte de este libro trata de la salida de Egipto.
Luego viene el LEVÍTICO, así llamado porque contiene el ritual que debían observar los sacerdotes de la tribu de Leví.
El libro de los NÚMEROS debe su designación a los diversos censos mencionados en él.
Y el último se llama DEUTERONOMIO que quiere decir “segunda ley”, porque completa la legislación del Sinaí con las normas y preceptos promulgados por Moisés en las llanuras de Moab.
La formación del Pentateuco
Resulta equívoco y algo anacrónico considerar al Pentateuco como un “libro” en el sentido moderno de la palabra. En realidad, se trata de una compilación de varias fuentes o tradiciones narrativas, legales y litúrgicas, que se fueron formando y transmitiendo en el Pueblo de Dios a lo largo de muchos siglos. Las etapas de ese proceso pueden ser reconstruidas en parte, mediante el análisis literario de los textos. Algunos elementos de esas tradiciones se remontan hasta la época de Moisés y aún antes, y se fueron transmitiendo oralmente antes de ser fijados por escrito.
Los antiguos santuarios de Palestina –Siquém, Betel, Hebrón y Jerusalén– fueron el medio original donde nacieron y se conservaron muchas de esas tradiciones. Las gestas de los antepasados se contaban a los peregrinos en las asambleas cultuales. Los relatos épicos servían de comentario en las fiestas religiosas, donde se revivían las grandes obras de Dios en favor de su Pueblo. De una manera especial, los santuarios contribuyeron a la formación de los textos legislativos: allí se tenía necesidad de leyes sagradas para el ordenamiento del culto, para determinar las obligaciones de los fieles y para la administración de la justicia.
Las cuatro tradiciones del Pentateuco
El estudio detenido de los textos permite afirmar que en la composición definitiva del Pentateuco –realizada después del Exilio, hacia el siglo V a.C.– se emplearon principalmente cuatro fuentes o tradiciones diversas: la “yahvista”, la “elohísta”, la “sacerdotal” y la “deuteronómica”.
La recopilación de estas tradiciones, procedentes de ambientes y épocas muy diferentes, explica la variedad de vocabulario y estilo, la existencia de relatos paralelos o “duplicados”, las incongruencias y, de una manera más general, la rica complejidad literaria y doctrinal que caracteriza a toda la obra.
La
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