Filosofia
Enviado por karre • 17 de Octubre de 2012 • 1.298 Palabras (6 Páginas) • 293 Visitas
Educación
La educación puede definirse como el proceso de socialización de los individuos. Al educarse, una persona asimila y aprende conocimientos. La educación también implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de generaciones anteriores.
La educación como hecho
El Hecho Educativo se define en dos sentidos: en sentido amplio; como un proceso global de interacción socio-cultural, a través del cual se desarrolla nuestras facultades físicas, intelectuales y morales. Y por otro lado, en sentido estricto; como un acto pedagógico, es decir, como un proceso de enseñanza aprendizaje que crea y comparte conocimientos, habilidades y fomenta actitudes y, por ende, es considerado como una acción que asume opciones sociales, justifica situaciones y comportamiento, organiza y motiva formas de pensar, de actuar y vivir
Por lo tanto, el Hecho Educativo implica, en primera instancia, un proceso que amerita la correlación entre la persona y su entorno socio-cultural y familiar, para el mejoramiento de su capacidad y desarrollo emocional, físico, intelectual y la adquisición de valores y principios morales. Y por la otra instancia, se plantea el proceso de enseñanza - aprendizaje que se trámite en el aula de clase y que se obtiene del accionar docente hacia su educando, para el desarrollo y consolidación de conocimientos, habilidades y destrezas intelectuales.
Quintero (2004) comenta que uno de los importantes roles que giran en torno al hecho educativo, es el papel que desempeña el docente al momento de servir de mediador entre la cultura y el estudiante y no sólo, como se creyó tradicionalmente, transmitir los conocimientos propios de la asignatura que orienta. Es decir, dicho profesional cumple con una gran diversidad de tareas a través de los cuales puede aproximar a sus estudiantes a las creaciones culturales de las sociedades mundiales y a las creaciones de su sociedad particular o local. A lo que respecta al componente vinculado al concepto de educación, se asegura que la misma debe comprenderse como un proceso de socialización de los individuos, que permite la estructuración del pensamiento y la consolidación de las diversas formas de expresión. Así mismo, el autor afirma que la educación parte desde el momento que el ser humano es influenciado por su medio ambiente social, hasta su proceso de adaptación a las normas y los valores sociales que se suscitan dentro de su propio entorno.
La relación que se entabla en la tarea educativa difícilmente puede reducirse a la transmisión de conocimientos, por exactos y hondos que estos sean. Antes que ello, se trata de una relación cargada de moralidad y afecto. Sin estos, sin un contenido ético y de amor, toda acción educativa estará abocada al fracaso y toda vocación docente se dirigirá a la frustración. Y si la tarea de educar es comprometerse en una relación afectiva, es claro que ella no puede ser, en esencia, sino un acto de reconocimiento. Es una relación humana en la cual el maestro regala reconocimiento y abre vías para el autorreconocimiento, y todo ello ocurre desde las instancias básicas de nuestra interacción con los demás, comenzando por aquella que ciertos pensadores fundamentales encuentran en la mirada.
Por otra parte, ser maestro es practicar y enseñar esa piedad que nos conduce a la sublevación moral; es abrirse uno mismo, y ayudar a los demás a abrirse, a ese dolor que nos hace actuar. Esta educación para la compasión va a contracorriente de concepciones más estrechas que privilegian u otorgan exclusividad a la transmisión de saberes específicos y que, al así hacerlo, dejan de lado la ética como contenido y forma, sustancia y medio, de la educación. Esos modelos de enseñanza se colocan, finalmente, al margen del mundo; optan por la ignorancia en su sentido más radical.
De más está decir que esta consideración sobre el necesario papel de la ética dentro de la actividad educativa está destinada a resonar poderosa
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