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Filosofia


Enviado por   •  24 de Febrero de 2013  •  1.589 Palabras (7 Páginas)  •  272 Visitas

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¿Quién es un verdadero filósofo según Platón?

¿Quién es un verdadero filósofo según Platón?

Pablo M. Pernas

En el presente trabajo abordaré la pregunta ¿Quién es un verdadero filósofo y cuál es su función? Parto de lo escrito por Platón al respecto en el libro sexto de la República[1]. Dicha información servirá para una reflexión personal.

Platón escribe en su libro sexto acerca de los tipos de filósofos que existen. Distingue entre algunos filósofos que lo son en verdad y otros que no lo son. Los verdaderos filósofos son aquellos cuyo espíritu puede alcanzar el conocimiento de lo que existe siempre de un modo inmutable. Apelando a la teoría de las ideas, podemos decir que se trata de las formas.

Existen algunas señales que nosotros podemos observar para determinar quién es un verdadero filósofo. La primera señal del espíritu filosófico consiste en amar apasionadamente la ciencia que puede llevar al conocimiento de la esencia inmutable. Dicha esencia es inaccesible a los procesos de la generación y la corrupción. La segunda señal es que debe tener horror a la mentira, o poniéndolo en sentido positivo, amor a la verdad, a la veracidad. El espíritu verdaderamente ávido de ciencia debe buscar desde su primera juventud amar y buscar toda verdad. Algunas otras características son las siguientes: desdeña los placeres del cuerpo (solamente le gustan los placeres del alma); está exento de codicia; no hay nada para él que sea bajo; no temerá a la muerte; desde su nacimiento se sabrá si muestra equidad y dulzura o si es arisco e intratable; deberá tener facilidad para aprender aunada a una excelente memoria; necesitará armonía y gracias que lo lleven siempre a la contemplación de la esencia de las cosas. Resumiendo podemos decir que para llegar a ser sabio se requiere: amor a la verdad, deseos de ciencia, horror a la mentira y costumbres puras (templanza). Sin embargo, existen algunas consecuencias que deberá enfrentar todo aquel que se precie de ser un verdadero filósofo. A saber, se sentirá acompañado por la soledad ya que, en muchas ocasiones, su pensamiento irá en contracorriente. Tendrá que luchar para mantenerse retirado y lejos de las iniquidades y crímenes.

Ahora bien, si una persona puede llegar a ser un filósofo sabio, también existe la posibilidad de que el filósofo se pervierta. Esto puede ser debido a las siguientes causas: a) la mala educación puede transformar a las mejores almas en las peores almas; b) cuando censura o aprueba determinadas palabras y acciones con gran estrépito y c) cuando repite a la juventud las máximas que en sus asambleas profesa el propio pueblo. La sabiduría no consiste en saber lo que desea la multitud reunida. De aquí concluimos que este tipo de filósofos en verdad perjudican al Estado.

Abordaremos ahora las funciones del filósofo. Un verdadero filósofo estará orientado a gobernar al Estado. Por ello, se debe elegir a las personas que más propias parezcan para mantener las leyes e instituciones en todo su vigor. Se precisa educación y experiencia para que se les pueda confiar el Estado. Por otra parte, el filósofo buscará la mejor forma de gobierno, aunque no exista ninguna forma de gobierno que convenga al filósofo. El filósofo deberá tratar con objetos divinos. Gobernará hasta pasar al gobierno y a las costumbres de sus semejantes el orden que ha admirado en la esencia de las cosas (la justicia, la belleza, la templanza). Estos magistrados tendrán gran celo por el bien público, ingenio vivo, carácter firme y estarán adiestrados en las ciencias. Buscarán en todo el Bien. Sócrates dice ser uno de los pocos atenienses que examina el verdadero arte de la política y el único entre sus contemporáneos que la practica. El verdadero arte de la política es el arte mediante el cual se cuida del alma y se le convierte en lo más virtuosa posible. Eso, dice Sócrates, es el arte del filósofo. Sólo si el político se transforma en filósofo puede construirse la verdadera ciudad, el Estado auténticamente fundamentado sobre el supremo valor de la justicia y el bien.

Platón concibe toda su República basándose en su concepción del mundo, del hombre y de los dioses. Él concibe al hombre de forma dualista. Es decir, el hombre está dotado de alma y cuerpo. Llega a afirmar que el cuerpo es la cárcel del alma. El alma debe perfeccionarse o purificarse mediante la práctica de las virtudes (justicia, belleza y templanza) para llegar al Bien.

Daré un salto al siglo XXI para confrontar su idea del “verdadero filósofo” y su función con lo que se vive actualmente y con aquello que requerimos como humanidad.

Hoy leí en un periódico mural las declaraciones que recientemente realizó el presidente George Bush: “México es modelo para A.L”. “Vaya modelo” pensé. Y relaciono una nota que refiere los índices de pobreza en el país del declarante (Estados Unidos de

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