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Filosofía Del Hombre


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  3.630 Palabras (15 Páginas)  •  611 Visitas

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FILOSOFIA DEL HOMBRE

(Periodo Antropológico)

Lo distintivo de este período es que el hombre comienza a reflexionar sobre sí mismo y deja momentáneamente de prestarle atención a la búsqueda de las cuestiones cosmológicas, como lo hacían los presocráticos. Ahora el punto central de su preocupación es el objeto y la naturaleza de la vida humana.

La reflexión propiamente filosófica sobre el hombre mismo se inicia con Sócrates. Al mismo tiempo que él lo hicieron los sofistas.

SOFISTAS

La situación política originada por las Guerras Médicas, cuyo resultado fue la preponderancia de Grecia sobre Asia. La guerra entre Atenas y Esparta; la hegemonía de Pericles en la política de Atenas dio como resultado el siglo de oro de Pericles.

Por la supremacía política, Atenas también ejerce una especie de hegemonía intelectual; hace congregar en torno a ella a los amantes del saber. Es la época de los grandes escritores del teatro griego: Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes… Es el tiempo de los grandes historiadores, como Heródoto, Tucídides y Jenofonte. En el arte sobresalen Fidias, Policleto y Polígnoto. En Atenas se juntan también las diversas corrientes del pensamiento, pero de este encuentro surge una nueva escuela filosófica: Los sofistas. Que convierten su sabiduría en profesión. Eran maestros ambulantes que pretendían saberlo todo. Se llamaban a sí mismos “maestros de sabiduría”, y se ofrecían como tales a cambio de dinero.

A principios del siglo V a. de C, el nombre de sofista era reservado para aquellos que poseían una ciencia especial y también para aquellos cuya profesión era comunicar el saber mediante un salario. El término sofista originalmente significaba sabio, pero al caer en desprestigio la profesión de tales sabios, a estos maestros se les llamó “sofistas” en sentido peyorativo.

Los sofistas forman la transición entre los primeros filósofos y los filósofos del apogeo de la filosofía grecolatina. Pregonan un nuevo ideal para la formación del ciudadano: Todo el que quiera tener éxito en la vida pública habrá de saber imponerse en las asambleas del pueblo por medio de la palabra, habrá de ser capaz de convencer a los demás de lo que él quiera.

Hablar bien y de este modo persuadir, convencer, según la propia conveniencia, se convirtió en lo primordial, sin importar que lo propuesto fuera verdadero o no. Por esto último los sofistas empiezan a colocarse lejos de la filosofía, que siempre se preocupaba por la búsqueda de la verdad. Los temas principales entre los sofistas eran aquellos directamente relacionados con la vida práctica y la democracia griega: La dialéctica, la retórica, la ética y la política. Su herramienta principal en la construcción de sus argumentos, era el sofisma. Un sofisma es una argumentación falsa con la intención de engañar. Ejemplos:

1. La osa baila. Es así que dos constelaciones son osas. Luego, las dos constelaciones bailan.

2. El que dice que el elefante es un animal, dice verdad. Es así que el que dice que el mosquito es un animal, dice verdad. Luego, también el que diga qu el elefante es un mosquito, dice verdad.

3. Puedo leer y dormir, pero leer y dormir es cosa imposible. Luego, yo puedo lo imposible.

4. Los que juegan no pueden estudiar. Estos niños juegan. Luego, estos niños no pueden estudiar.}

Los sofistas buscaban los provechos de la ciencia tanto para ellos como para sus oyentes. Ellos, querían el prestigio y por eso se presentaban como “maestros de sabiduría”, que poseían los medios para hacer en poco tiempo de hombres ignorantes, hombres instruidos.

Estos pensadores rompen con el exclusivismo de los problemas filosóficos, siendo esto un aspecto positivo de los sofistas, ya que no se interesan únicamente por las cuestiones cosmológicas, sino también por el problema del conocimiento y de las cosas humanas.

Como aspecto negativo podemos señalar la facilidad para adquirir una postura escéptica ante la ciencia existente, sin ofrecer otra en cambio. Otro aspecto negativo radica en las características que le asignan a la dialéctica: Sutil, exagerada y comercial.

Los sofistas más destacados fueron: Protágoras y Gorgias.

1. Protágoras de Abdera (481 a, C, a 401 a. C.) Fue el primero en adoptar el calificativo de sofista y el precursor de la profesionalización de la enseñanza retórica. En su ciudad natal fue al parecer discípulo de Demócrito. Recorrió a lo largo de cuarenta años gran parte de las islas del Mediterráneo y parece ser que en el 445 a.C. se estableció en Atenas, donde alcanzó una gran reputación. Cobraba elevadas tarifas por sus conocimientos acerca del correcto uso de las palabras u ortoepía

Protágoras fue el primero en introducir los razonamientos erísticos. (del griego eris, disputa, querella, referente también a la diosa griega Eris y techne, arte, procedimiento, es el arte del conflicto y del debate.) También fue iniciador de la práctica de recibir honorarios a cambio de enseñanzas, siendo estos particularmente elevados. Según Platón, Protágoras habría ganado en su comercio educativo más dinero que todo el reunido por "Fidias y otros diez escultores más." Refiere, también Platón, el criterio usado por el sofista para recibir el pago de honorarios; hace decir a Protágoras: "Cuando [un discípulo] ha aprendido conmigo, si quiere me entrega el dinero que yo estipulo, y si no, se presenta en un templo, y, después de jurar que cree que las enseñanzas valen tanto, allí lo deposita."

Era famosa en la antigüedad una anécdota acerca de un pacto de honorarios entre Protágoras y un discípulo suyo, llamado Evatlo. Habían acordado el pago sólo para el evento de que el aprendiz llegara a ganar un juicio haciendo uso de las adquiridas dotes retóricas. Evatlo, como no ganaba caso alguno, se negaba a pagar. Entonces, Protágoras lo llevó a juicio, diciéndole: "Si yo gano, es preciso que por haber ganado me entregues los honorarios; si tú ganas, por haberse cumplido la condición, también deberías pagarme." A esto se le conoce como paradoja de Protágoras.

El principio filosófico más famoso de Protágoras alude al estatus del hombre enfrentado al mundo que lo rodea. Habitualmente se designa con la expresión Homo mensura («El hombre es la medida»), fórmula abreviada de la frase Homo omnium rerum mensura est («El hombre es la medida de todas las cosas»), que traduce al latín la sentencia original en griego. Esta última, según Diógenes Laercio, habría sido la siguiente:

πάντων χρημάτων μέτρον ἔστὶν

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