Kant

Primer principio

Kant decía que todas las disposiciones naturales de una criatura están destinadas a desarrollarse alguna vez de manera completa y adecuada, como por ejemplo en los animales o en las personas que surge la observación exterior por la interior. También decía que la ciencia natural teleológica de un órgano que no ha de ser empleado ella misma representa una contradicción. Porque por el simple hecho que si renunciamos a ese principio, ya no nos podemos encontrar con una naturaleza regular sino con un juego arbitrario o desconsolador, y este mismo llega a ocupar el lugar de los hilos conductores de la razón.

Segundo principio

En los hombres como únicas criaturas racionales sobre la tierra, todas aquellas disposiciones naturales que se apuntan al uso de su razón, de deben desarrollar completamente en la especie y no en los individuos. La razón es ampliar las reglas e intenciones del uso de las fuerzas de su instinto natural, pero también ella necesita de tanteos, ejercicios y aprendizajes para poder aprender a cómo usar a la perfección de todas las disposiciones naturales. La idea del hombre debe de constituir en la meta de todos sus esfuerzos ya que si no es así habría que consideras las disposiciones naturales, solo por lo que respecta al hombre se haría sospechosa de estar desarrollando un juego infantil.

Tercer principio

La naturaleza ha querido que el hombre logre completamente de si mismo todo aquello que sobrepasa el ordenamiento mecánico de su existencia animal, y que no participe de ninguna otra felicidad o perfección que la de él mismo, libre del instinto, se procure por la propia razón. El hecho de haber hecho o de haber dotado al hombre de razón y de la libertad de la voluntad era una señal inequívoca de su intención por lo que respecta a este equipamiento.

A pesar de todos los goces que hacen muy agradable y buena la vida, su comprensión y hasta su bondad tenían que ser obra suya. La naturaleza se ha complacido en el caso del hombre en una máxima economía, destreza, perfección al pensar y también hasta su felicidad, a él le corresponde el mérito y tendrá que agradecérselo; como si le hubiera importado más su propia estimación raciones que cualquier otro bienestar.

A la naturaleza no le importaba que el hombre viva bien si no que fuera digno de la vida y del bienestar. Si una especie animal está dotada de razón, como clase que es de seres racionales morales todos, su especie es inmortal, y tiene que llegar a la perfección del desarrollo de sus disposiciones.

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