LOS CÓDIGOS DEONTOLÓGICOS
Enviado por 1andrea1994 • 11 de Abril de 2016 • Práctica o problema • 35.848 Palabras (144 Páginas) • 264 Visitas
LOS CÓDIGOS DEONTOLÓGICOS
Tomado de la “Guía didáctica: Etica de las profesiones”
UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA La Universidad Católica de Loja
Introducción
Si hablamos de las profesiones de cada uno de ustedes, ¿cuál sería el bien al que está ordenada o dirigida su actividad profesional?
Pensemos:
El bien que persigue y realiza la actividad de un médico es…
El bien que persigue y realiza la actividad del abogado es…
El bien que persigue y realiza la actividad del educador es…
El bien que persigue y realiza la actividad del psicólogo es…
El bien que persigue y realiza la actividad del comunicador es…
El bien que persigue y realiza la actividad del asistente de gerencia y de relaciones públicas es…
El bien que persigue y realiza la actividad del economista es…
El bien que persigue y realiza la actividad del administrador es…
El bien que persigue y realiza la actividad del contador es…
El bien que persigue y realiza la actividad del gestor ambiental es…
El bien que persigue y realiza la actividad del ingeniero informático es…
Como ejemplo, podríamos contestar que el bien que persigue la actividad del educador es formar personas;
el bien que persigue la actividad del sicólogo es tratar y curar las enfermedades síquicas de las personas;
el bien que persigue la actividad del administrador es dirigir productivamente una empresa.
Esta es la primera obligación moral de un profesional: realizar bien la actividad propia de su profesión.
Este es también el criterio para juzgar si una cosa está bien hecha: en la medida en que cumpla ese bien o fin propio. Y también es el criterio para juzgar a quien lo hace: un buen educador es quien forma bien a las personas; un buen sicólogo es quien restaura bien la salud síquica de los pacientes que son personas;
Un buen administrador es quien dirige eficaz y eficientemente una empresa.
Para ser un buen profesional hay que ser una buena persona
Ya hemos visto que cada actividad profesional persigue y realiza un bien, que es el fin o razón de ser de esa actividad. Pero este bien hace referencia solo a una dimensión de la vida del hombre: la profesional.
Podría darse el caso de que nos preocupemos de ser buenos en el ámbito profesional y que no lo seamos tanto en el resto de ámbitos. Caeríamos en la paradoja de aquellos profesionales que son buenos en su trabajo, pero son malos esposos o, malos padres, malos ciudadanos. Y a la inversa, que alguien sea un
Buen esposo, padre, ciudadano, pero que sea un mal profesional.
¿Es compatible obrar bien en algunas situaciones y obrar mal en otras?
¿Se puede ser a la vez un buen profesional y descuidar a la familia?
¿O cuidar de la familia pero ser un mal profesional?
Ya hemos comentado el modelo antropológico cristiano del que partimos, que lo sintetizamos en las bellas palabras de Fernando Rielo: “la persona es sagrada para para la otra persona”.
Esto quiere decir que la persona tiene la dignidad más elevada la de ser hijo de Dios, creado por Él a su imagen y semejanza. Desde la metafísica, Rielo explica esta dignidad de la persona humana describiendo la capacidad que tiene toda persona en su espíritu para elegir el bien, la verdad y la hermosura, por medio de las estructuras espirituales que posee: creencia, expectativa y amor, que en los
bautizados quedan elevadas a fe, esperanza y caridad.
Y el bien, verdad y belleza en grado máximo es el Modelo Absoluto (el Dios trinitario cristiano o el Dios unipersonal judío o musulmán), que es el que nos
constituye como personas en el momento en que crea nuestro espíritu, en el instante de la concepción y lo inhabita.
Si lo máximo que podemos decir de Dios es que es amor, en el caso del hombre, por ende, es también el amor lo que lo define y da sentido a todos sus actos y valores.
Ese amor absoluto, indicado por el mismo Cristo (“ámense como Yo les he amado”) es entonces la medida y el contenido del bien, de la verdad y de la belleza.
El concepto y el ámbito de la deontología
Deontología, aproximación etimológica e histórica del concepto de deontología
Etimología de la palabra ‘deontología’:
- ‘to déon’ (griego): lo conveniente, lo debido.
- ‘logía’ (griego): conocimiento, estudio.
Significado de deontología: El estudio o la ciencia de lo debido, de los deberes.
Si hablamos de deontología profesional, sería el estudio de los deberes de cada profesión. La palabra la acuñó el filósofo
inglés Jeremy Bentham (1748-1832), considerado como el padre de la filosofía utilitarista inglesa, en su obra Deontología o ciencia de la moral.
Es importante resaltar el sentido que Bentham le dio a la deontología pues la entendió como el estudio de aquellas acciones que no están sometidas al control de la legislación pública. Es decir, el autor inglés separa claramente el ámbito estrictamente moral, donde se insertan los deberes deontológicos, del ámbito legal o jurídico, donde se insertan las leyes y normas jurídicas. Por ello, cabe hacer la siguiente puntualización:
IMPORTANTE:
1. La deontología o deberes de una profesión se recogen en los códigos éticos o deontológicos. La intención de la redacción de los códigos deontológicos de cada profesión es explicitar la dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos comportamientos exigibles a unos profesionales, independientemente de que estén o no recogidos en las normas jurídicas.
2. Deontología significa, por tanto, la ética de los deberes prácticos, basados en la acción libre de la persona y en su conciencia moral, y no en la reglamentación jurídica.
3. La deontología es tanto un arte (un estilo de vida) como una ciencia (conocimiento de los fines parar aspirar a fines éticos).
-La podríamos considerar un arte porque requiere, como todo arte, el ejercicio de unas cualidades, de unas virtudes (areté).
-La consideramos una ciencia, porque requiere el conocimiento de cuáles son los bienes máximos a que debemos aspirar (axion).
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