La inteligencia
Enviado por andreuc90 • 15 de Abril de 2013 • Documentos de Investigación • 3.194 Palabras (13 Páginas) • 290 Visitas
I-. INTRODUCCIÓN
Lógica: mecánica del logos.
Logos: instrumento, órgano, facultad o capacidad
La razón funciona lógicamente, Por lo tanto, algo “ilógico” es algo irracional, no aceptable por la razón.
Razón: Inteligencia, intelecto, entendimiento
Existen formas de Inteligencia que no coinciden con la razón. Modalidades de la inteligencia humana que no
proceden como la razón. Ej.: los sentimientos.
La inteligencia es la facultad de conocer. Conocer es una forma de apropiación “del otro” (y en esa medida de uno mismo), cuya máxima expresión es la posesión de la verdad.
Conocer es una forma de apertura y de relación o interacción que exige un “otro” (objeto). Más allá de eso, conocer es una forma de ser.
El conocimiento sensible es la forma primaria y primigenia de todo conocer en el mundo orgánico viviente.
La experiencia es el origen de todo conocimiento. Da lugar a la contrastación o confirmación de lo conocido. Es la verificación de los sentidos (ver si es verdad).
Los sentidos en un momento se hacen insuficientes.
Nace entonces una necesidad intelectiva, la necesidad de hallar un medio para alcanzar lo que los sentidos no alcanzan ‘prima facie’; esta es la característica de un tipo de inteligencia que utiliza medios, que inventa artificios, una inteligencia que los antropólogos físicos han denominado “inteligencia técnica”, una inteligencia
creadora de recursos que van más allá de lo que la mera sensibilidad puede hacer. Siguiendo la metáfora del
“speculum” se ha denominado a esta inteligencia “inteligencia especulativa” pues consigue hacer indirectamente lo que directamente no se puede hacer con sólo la sensibilidad.
La inteligencia como una capacidad o facultad de “ver”, pero no imágenes coloreadas en la luz, lo visible a la luz, sino de ver la realidad, lo que las cosas son en verdad. Capacidad de mirar u observar para ver esa realidad que a simple vista no se ve.
La inteligencia teórica o especulativa penetra dimensiones de la realidad que no están al alcance de la aprehensión sensible. A esta inteligencia o nivel de Inteligencia se le ha llamado tradicionalmente “Razón”. La inteligencia racional es razonadora.
Razonar o pensar, como se suele decir habitualmente, es obtener un conocimiento nuevo a partir del ya tenido sin necesidad de recurrir a la sensibilidad para ello.
La razón ejecuta un extraño “tanteo” de la realidad sopesando las cosas (de donde proviene “pensar”), construyendo andamiajes (argumentando), extrayendo información (abstrayendo), abriendo caminos que nos lleven hacia zonas que sólo podíamos creer, imaginar o suponer, esto es, usando métodos lógicos para ver lo que es invisible a los ojos, desintegrando los muros que impiden penetrar al interior de los objetos. Con tales tanteos o ensayos método-lógicos hemos construido esta forma analítica y abstracta teórico — especulativa o racional de mirar que llamarnos ciencia. La ciencia es un invento de la razón razonadora o discursiva, que ejecuta un proceso de ordenación de datos para inferir o conseguir un resultado: “conclusión”.
Si no es lógico no es aceptable, es absurdo; va contra el sentido del logos o razón, no tiene sentido. Lo absurdo no se puede decir ni oír, pues se contra-dice, es in-audito; es ilógico, irracional. ¿Cuál es, entonces, la mecánica del logos o proceso lógico que permite obtener un resultado legítimo o una conclusión válida?
La disciplina intelectual que se ocupa de estudiar este asunto recibe también el nombre de Lógica.
La lógica (como disciplina) estudia la mecánica del logos: el raciocinio o inferencia lógica. No se preocupa de la facticidad del proceso lógico (porque de ello se ocupa la psicología o la metodología), sino en la validez del
mismo. En vez de preguntar qué es el proceso lógico o su tipología, se pregunta cómo ha de ser la inferencia para que ésta sea correcta y no errónea. No interesa si el contenido es verdadero o falso, sino que el procedimiento sea correcto, o sea si sirve para obtener un efectivo resultado, consecuencia o conclusión. Este carácter práctico de la lógica llevó a algunos a definirla como “el arte (técnica) del correcto pensar”. Falsedad y error no son la misma cosa; en la lógica no hay verdades en juego.
“Lógica formal”: se ocupa de la forma correcta de pensar, en tanto omite considerar la verdad o falsedad de los contenidos que ocupa y por ello se considera “precientífica” o, ciencia estrictamente formal, como las matemáticas.
Aristóteles (384-322 Ac.) ha sido el primero en desarrollar tales estudios y por eso hablamos de la “lógica aristotélica”; el compendio de las cinco obras destinadas a este fin se conserva con el título de “Organon”.
Lógica menor o lógica formal: su objeto es estudiar los mecanismos que la inteligencia utiliza cuando procesa datos, es decir, cuando infiere o razona, o sea, cuando procede lógicamente.
Las otras lógicas, como la lógica mayor que incluye los valores de verdad y falsedad de los contenidos utilizados o la lógica que sustituye el lenguaje cotidiano con símbolos de valor único, para evitar los problemas del lenguaje, como es el caso de la lógica simbólica, son evidentemente posteriores. Todo lo cual acaba en la aplicación de lo estudiado a dimensiones diferentes a la lógica, cómo son la lógica matemática, la lógica jurídica o la lógica del lenguaje que hoy ha derivado en la filosofía analítica o filosofía del lenguaje.
II-. LOS CRITERIOS DE VALIDEZ: LOS PRIMEROS PRINCIPIOS
Razonar constituye un proceso de ordenación de datos con el propósito de develar o desplegar algo que se oculta entre los pliegues de lo ya conocido, es decir, se trata de ex-plicar algo que se halla im-plícito.
Razonar no es imaginar ni juzgar ni comprender; los raciocinios simplemente son mecanismos utilizados para alcanzar una nueva verdad o reafirmar la verdad ya tenida. La arquitectura o diseño de tales procedimientos lógicos conocidos como “argumentos” presenta figuras y modalidades diversas.
Reglas del raciocinio correcto. Sin ellas no es posible pensar en La línea del raciocinio. Se trata de “la
programación o formateo de la inteligencia lógica” y corresponde al criterio verificador de todos nuestros
procesos lógicos.
Aristóteles (384-322 a-C.) logró definir este “programa base o natural” de la inteligencia al que denominó
“primeros principios”.
Los primeros principios corresponden al “programa
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