Pasiones Segun Descartes Y Hume
Enviado por mfalcone • 13 de Mayo de 2015 • 831 Palabras (4 Páginas) • 593 Visitas
Para abordar el concepto de las pasiones que enuncian estos autores es necesario hacer un breve repaso del desarrollo que realiza cada uno para arribar a dicha conceptualización.
René Descartes crece y se forma intelectualmente en el contexto de la monarquía francesa del siglo XVII de fuerte poder eclesiástico, pero su pensamiento buscará alejarse del criterio autoritario de la verdad que imperaba en la edad media para proponer una ciencia que se sostenga en la evidencia racional.
Como primer paso propone un minucioso método que, a través de la duda y siguiendo razonamientos simples, asegure inevitablemente la verdad. De este se desprende su primera certeza: mientras dudo, es cierto que existo. Esta afirmación resulta esencial en el recorrido teórico hacia las pasiones porque permite delimitar la diferencia entre lo que Descartes denomina “res cogitans”, es decir el alma racional o cosa pensante, y la “res extensa”, refiriéndose al cuerpo físico. En el “Tratado de las pasiones” anuncia que “no hay mejor camino para llegar al conocimiento de nuestras pasiones que examinar la diferencia existente entre el alma y el cuerpo, a fin de conocer a cuál de las dos se debe atribuir cada una de las funciones que hay en nosotros”.
En este dualismo en el que el cuerpo se presenta en contraposición al alma, las pasiones aparecen como las junturas entre estos dos; son representaciones de los movimientos del cuerpo que llegan al alma. Se las define como “percepciones, sentimientos o emociones del alma causadas, sostenidas y fortificadas por algún movimiento del cuerpo”.
Por lo tanto el concepto de cuerpo en Descartes es puramente mecánico, pertenece a un mundo físico que solo puede ser representado en el alma por medio de las pasiones.
La noción de voluntad dentro de la teoría refiere a los pensamientos o acciones que provienen del alma y que pueden ser aplicados tanto a un objeto no material (por ejemplo la contemplación teórica de las matemáticas) como a una acción motora del cuerpo. Descartes recurre a la figura de Dios como proveedor de las ideas innatas del hombre, a partir de las cuales surgirá la posibilidad de conocer el “funcionamiento” del mundo. En este sentido las pasiones se conciben como una enfermedad, un obstáculo en el camino hacia el conocimiento que buscan alcanzar las acciones del alma por medio de la razón.
Por otro lado, el escocés David Hume hace una conceptualización de las pasiones totalmente diferente. Ya en el siglo XVIII, guiado por el análisis cartesiano y el empirismo de Locke, utilizará un método inductivo buscando el origen de las ideas en la experiencia.
Propone que en la mente, sin experiencia no hay nada. Todas las percepciones se originan a partir de impresiones simples, que se inscriben a modo de marcas en la mente concebida a modo de tabula rasa, dando origen a ideas simples. En el “Tratado de la naturaleza
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