Pensamiento Critico

En función de la perspectiva que asuman los autores, para analizar los procesos de pensamiento, es posible establecer varias clasificaciones1. Por ejemplo,

Eduardo de Bono distingue el pensamiento vertical del lateral; en cambio, Lipman postula la existencia de un pensamiento crítico y uno creativo, analizaremos estos últimos con mayor profundidad en las próximas unidades.

Por ahora, diremos que el pensamiento crítico cuestiona, duda, indaga y nos lleva a identificar problemas; en tanto que el creativo, permite encontrar diferentes opciones de solución para las situaciones problemáticas. Algunas personas tienden a considerar el pensamiento crítico como primordialmente evaluativo y al creativo como esencialmente generativo; sin embargo, no son contrarios, se complementan y comparten: todo buen pensamiento incluye tanto evaluación de la calidad como la producción de novedad.

1.2. Tipos de pensamiento

Los pensadores críticos generan maneras de probar sus afirmaciones; los pensadores creativos examinan pensamientos generados recientemente para evaluar su validez y utilidad. La diferencia no es de tipo, sino de grado y énfasis.

Por otra parte, de acuerdo con Eduardo de Bono, el pensamiento vertical es aquél que sigue una misma línea, a diferencia del pensamiento lateral, que busca nuevos caminos. A continuación citamos un ejemplo representativo, ofrecido por este autor: (De Bono, Edward. 1999)

1. Hace muchos años, cuando una persona que debía dinero podía ir a la cárcel, un mercader de Londres tuvo la desventura de acumular una enorme deuda. Al prestamista, que era viejo y feo, le gustaba la hermosa y joven hija del mercader, de modo que propuso un trato: cancelaría la deuda si podía quedarse con la muchacha.

2. Tanto el mercader como su hija se sintieron horrorizados ante esta proposición, pero sabían que no tenían más remedio que aceptarla. Entonces el prestamista sugirió que se dejara en manos de la Providencia la decisión.

3. Así, indicó que colocaría una piedrita negra y una blanca en un saco vacío y que después la chica debía tomar una de las piedras. Si ella escogía la piedra negra, se convertiría en su esposa y la deuda del padre quedaría cancelada. Si seleccionaba la blanca, se quedaría con su padre y la deuda sería perdonada. Pero si se rehusaba a tomar alguna de las piedras, su padre iría a la cárcel y ella quedaría sola y totalmente desprotegida.

4. El mercader aceptó con renuencia. El grupo se hallaba en una vereda de piedras, en el jardín del mercader. Mientras hablaban, el prestamista se inclinó para recoger las dos piedras, pero entonces la teme

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