Planteamientos de Nietzsche, La voluntad del super hombre, El dasein como ser en el mundo y ser para la muerte.
Enviado por pepesca • 19 de Junio de 2016 • Ensayo • 2.760 Palabras (12 Páginas) • 547 Visitas
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Temas: Planteamientos de Nietzsche, La voluntad del super hombre, El dasein como ser en el mundo y ser para la muerte.
ESCUELA:
Conalep 104.
NOMBRE:
Hannia Beatriz Roman Molina.
MODULO:
Filosofía.
DOCENTE:
Miguel Ángel Prieto Ríos
CARRERA:
PT-B Informática.
GRUPO:
6104.
Planteamiento de Nietzsche.
Nietzsche (1844-1900) propone una ética basada en la autorrealización. Desde este punto de vista su ética es material pragmática. Nietzsche asume la ética como vía para lograr la felicidad con la transformación del individuo, la cual engendra un nuevo ser; dentro del marco de las relaciones. En este sentido su ética es parecida aceptada mayormente dentro del mundo griego, en el sentido de los actos en el mundo público; sin embargo, difiere de la misma en el método a seguir.
En el desarrollo de su ética destacan dos momentos, a saber:
- La Crítica de La Moral.
- El Nihilismo.
Para el autor el concepto asumido hasta el momento de moral no es más que una mentira engendrado en el corazón de la sociedad. En su obra “Genealogía de La Moral” (1887) Nietzsche pretende desenmascarar la moral; critica las posturas moralistas de la mayoría de los filósofos que lo precedieron, haciendo especial énfasis en Sócrates (470-399 antes J.C.), Platón (428-347 antes de J.C.) e Immanuel Kant (1724-1804). En esta obra enfoca la moral desde un punto de vista etimológico, desde este enfoque busca las raíces de las palabra “bueno” y “malo” y señala la tergiversación que los términos han tenido en la sociedad. Para él bueno significa noble, dominador, aristócrata; malo es ser débil, simple, vulgar, plebeyo, sometido; por lo tanto todo lo inferior.
Nietzsche en su obra “El Anticristo” (1888) afirma: “El cristianismo ha tomado, partido por todo lo débil, bajo malogrado, ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; ha corrompido la razón incluso de las naturalezas dotadas de máxima fortaleza espiritual al enseñar a sentir como pecaminosos, como descargadores, como tentación, los valores supremos de la espiritualidad”.
Es deber del hombre fuerte romper los valores de la jauría, las antiguas tablas, y hacer que surjan los nuevos valores, que indudablemente traerán la felicidad y bienestar para los aptos, los dominantes. Estas ideas son mostradas en una de sus obras capitales, “Así Hablo Zaratustra” (1883).
En esta nueva tabla de valores, la:
Objetividad es sustituida por Personalidad creadora,
Bondad es sustituida por Virtud
Humildad es sustituida por Orgullo
Satisfacción es sustituida por Riesgo
Piedad es sustituida por Crueldad
Amor al Prójimo es sustituido por Amor a lo Lejano.
En lugar de los valores morales aparecen los valores naturales. En lugar de la metafísica y la religión se impone la idea del eterno retorno.
Independientemente de lo que se piense, de la concepción de la vida tras las experiencias, es indudable que el viejo precepto el cual afirma que “nuestro derecho termina donde inicia el del otro” es real. Por lo tanto, si alguien asume los valores y concepciones de Nietzsche y su época como ciertos, es irrefutable que en para lograr el bienestar individual y común la crueldad es una adversidad, el orgullo puede degenerar en arrogancia, la falta de amor al prójimo degenera en insensibilidad social; sin embargo, el deseo de superación, la crítica a sí mismo y al extraño, la personalidad creadora, son valores, a nuestro entender, positivas para el individuo y el colectivo. En este sentido, Nietzsche se granjea la crítica de no pocos pensadores, quienes rescatan lo loable de su pensamiento y señalan aquello que puede llevar a la despersonalización.
En realidad, todo extremismo, todo fanatismo degenera en mal social. Pues, el cristianismo, simiente de la valoración máxima del espíritu (insistimos, a nuestro entender), al ser llevado su pensamiento a la praxis extremista ha engendrado persecución y muertes injustificadas. Recordemos La Santa Inquisición.
Para Nietzsche la sociedad domestica al hombre haciéndolo parte del rebaño, la sociedad está compuesta de seres alienados que alienan. Solo el hombre libre es propietario de una voluntad larga e inquebrantable, solo a él le es licito prometer; siendo esta una medida de valor apropiada para medir la voluntad del hombre.
Es importante destacar que en la época vivida por Nietzsche, el cristianismo, encarnado en el catolicismo había sufrido un gran número de críticas surgidas desde puntos de vistas adversos a posturas rígidas de la Iglesia. Además, habían surgido el evolucionismo como explicación al surgimiento y evolución de la vida en el planeta, concepción que justificadamente se opone a la concepción bíblica aceptada sin refutación hasta el momento. Desde finales de del siglo XIX el creacionismo había experimentado cuestionamientos a raíz de diversas publicaciones de diversos naturalistas; sin embargo, tras la publicación del “Origen de las Especies” (1859) por Chales Darwin (1809-1882), las criticas al creacionismo se habían acentuado. Por otro lado, el pueblo alemán mostraba cada vez mayor inconformidad por las restricciones hechas a la comercialización de sus productos a nivel internacional, logrando comprimir su economía. Dentro de este marco Nietzsche piensa y escribe; su concepción indudablemente es reflejo de su época.
. La democracia, aparece a los ojos de Nietzsche como un momento del despliegue del nihilismo igualmente negador de la vida que los que la antecedieron. Ambas manifestaciones del nihilismo se muestran a Nietzsche como negaciones de la vida en la medida en que niegan u olvidan dimensiones de ella que a su vista aparecen como constitutivas de ella, como inalienables a lo que a él se le aparece como vida. Estas dimensiones negadas de la vida se muestran en ámbitos tan determinantes como el constante darse del devenir y las diferencias entre los hombres.
Nietzsche escribe en forma de aforismo, por lo tanto su obra se presta a diversas interpretaciones. En la obra “Mi Lucha” (1925) de Adolf Hitler (1889-1945) se reconocen ciertas ideas nietzscheanas como la supremacía del pueblo alemán, la oposición franca al judaísmo y la concepción de desigualdad entre los seres. No se trata de que Hitler sea o no nietzscheano, se trata del pensamiento del pueblo alemán; pues como hemos mencionado Nietzsche retrata fielmente su época. Tras la lectura de Hitler a sabiendas de los resultados del Holocausto, las lecturas de Nietzsche pueden resultar odiosas, mas el pensador queda absuelto de estas atrocidades pues murió casi cuatro décadas antes del genocidio contra los judíos. En la misma línea de pensamiento Nietzsche comparte ideas con el músico y amigo Wagner (1835-1917) –amistad distanciada por Nietzsche-, siendo también un sinsentido relacionar a Wagner con el Holocausto. Sin embargo, es pertinente destacar que la radicalidad sin razonamiento llevada a la práctica puede engendrar la barbarie.
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