Seneca
Enviado por Elika LMier • 1 de Abril de 2022 • Ensayo • 4.719 Palabras (19 Páginas) • 192 Visitas
Universidad de Ciencias Jurídicas de Morelos S.C.[pic 1][pic 2]
TÍTULO TEMA
SÈNECA
TIPO DE TRABAJO
REPORTE DE LECTURA
NOMBRE DEL ALUMNO
ELIKA PAOLA LÓPEZ MIER
NOMBRE DEL DOCENTE
M. EN D. ORLANDO BELLO BRITO
FECHA DE ENTREGA (DIA/MES/AÑO)
04/MARZO/2022
- Resumen
Séneca Nació el 4 a.C. en Córdoba hoy Córdoba, España. Después de cursar estudios de Retórica y Filosofía en Roma, Séneca, está profundamente influido por las enseñanzas de los estoicos, cuya doctrina desarrollaría en sus obras. Al subir Claudio al trono, en el 41, fue desterrado a Córcega, acusado de adulterio con una sobrina del emperador. Ocho años más tarde fue llamado de nuevo a Roma como preceptor del joven Nerón y, cuando éste sucedió a Claudio en el 54, se convirtió en uno de sus principales consejeros hasta el 62 que se retiró de la vida pública. En el año 65 se vio involucrado en una conspiración para asesinar a Nerón y se le condenó a muerte. Ante esto, Seneca se suicidó en roma. Sus obras se pueden dividir en cuatro apartados: diálogos morales (donde encontraremos “de la brevedad de la vida”), las cartas, las tragedias y los epigramas.
El libro consta de varios capítulos
- Exordio
No tenemos poco tiempo, sino que perdemos mucho. Bastante larga es la vida que se nos da y en ella se pueden llevar a cabo grandes cosas, si toda ella se empleara bien; pero si se disipa en el lujo y en la negligencia, si no se gasta en nada bueno, cuando por fin nos aprieta la última necesidad, nos damos cuenta de que se ha ido una vida que ni siquiera habíamos entendido que estaba pasando.
La mayoria de la gente se queja por que la vida es breve y por que el tiempo parece correr velozmente, principalmente para aquellos que se acuerdan tarde de vivirla. La vida que nos dio no es breve, nosotros hacemos que lo sea; y que no somos pobres, sino pródigos de tiempo. La vida puesta en poder de próvidos administradores crecen con el uso
En este capítulo séneca habla de que los hombres se quejan de lo corta que es la vida y de que otros animales más rudos que los humanos tengan la vida más larga, aunque nosotros somos creados para fines superiores. En realidad la vida no es corta, si no que si perdemos mucho el tiempo la hacemos así.
- La humana locura
¿Por qué nos quejamos de la naturaleza? Ella se porta benévolamente; la vida, si sabes usarla, es larga. Les acosan y asedian vicios por todas partes y no les dejan levantarse ni alzar los ojos a la contemplación de la verdad. Si alguna vez acaso les toca en suerte algún descanso, como en mar profundo en el que incluso tras la ventolera sigue el balanceo, sobrenadan agitados y jamás para ellos hay descanso de sus ansias. Pregunta acerca de esos cuyos nombres se aprenden de memoria, verás que se les distinguen por las siguientes señas: éste es del círculo de aquél, este otro de las de un tercero, ninguno del suyo propio.
Se pregunta porque nos quejamos a la naturaleza si nos ha dado una larga vida que muchos la desaprovechan guiándose por sus pasiones. Estas personas no son solo las que tienen problemas visibles, si no que los que dan envidia a los demás de su felicidad se ahogan en sus bienes ya que acaban sirviendo y dependiendo de los demás (nadie es para así no tienen tiempo para ellos mismos) Destaco la frase de: pequeña es la parte de la vida que vivimos, pues todo el otro restante espacio tiempo es, que no vida. (Perdemos el tiempo y al final no vivimos)
- Echando Cuentas.
No se encuentra a nadie que quiera repartir su dinero y todos distribuyen entre muchos su propia vida. Son tacaños en guardar su patrimonio y cuando se llega a la pérdida del tiempo son pródigos de lo único en que estaría justificada la avaricia.
¿Cuál es, pues, la causa de todo esto? Estáis viviendo como si siempre hubiereis de vivir, nunca os viene la idea de nuestra fragilidad, ni observáis cuánto tiempo ha pasado ya; lo perdéis como si tuvierais de él plenitud y abundancia, cuando quizá ese día que concedéis a un hombre o a un negocio sea el último vuestro.
Teniendo cerca de 100 años o más, even acá, llama a cuentas a tu edad y dime ¿Cuánta parte de ella te consumió? Enfermedades. Tiempo de ocio, Obligaciones sociales
Los hombres no sufren por la posesión de su tiempo en otros (cuanto tiempo han gastado a lo largo de su vida con otra gente) y no en sí mismo. Su tiempo lo malgastan desperdiciando sus días a otros fines de los asignados en un principio, sin sacar provecho de sí mismo o entregándose a la cobardía entre otros ejemplos. No asumimos que algún día tendremos que morir ni sabemos cuánto vamos a durar.
- Tres ejemplos. Augusto
A los hombres más poderosos y encumbrados verás que se les escapan frases que revelan que desean el tiempo libre, lo alaban y lo prefieren a todos sus bienes.
El Divino Augusto nunca dejó de suplicar descanso para su persona y de solicitar que lo eximieran un día llegar a vivir para provecho propio. El tiempo libre le parecía algo tan maravilloso que lo gastaba de antemano con su imaginación, ya que en realidad no podía. El que veía que él dependía sólo de sí mismo, que había confiado su destino al hombre y a la nación, imaginó con mayor alegría el día en que él mismo le quitaría su grandeza.
Verás cómo de los hombres más poderosos y elevados caen voces deseando el ocio, alabándolo, prefiriéndolo a todos sus bienes. Mientras tanto desean bajar de su cumbre, si pueden hacerlo con seguridad, pues aunque nada de fuera la sacuda o la conmueva, la misma fortuna por sí misma cae. Los hombres más influyentes desean el reposo ya que su fortuna no se lo da. Un ejemplo fue que buscaba la felicidad en el reposo a pesar de todos sus bienes ya que éstos le habían costado mucho sacrificio conseguirlos y le habían traído más problemas que satisfacciones.
- cicerón.
Marco Cicerón, arrojado entre Catilinas, Clodio, Pompeyo y Craso, en parte declarado enemigo, en parte amigo desconfiado, mientras vacilaba con la república en y la mantenía al borde del naufragio, hasta fines de vacilante en la prosperidad o perdurable adversidad, ¡cuántas veces rechazó a esto cónsules de los que se jactaba no sin razón sino demasiadas veces!
¡Las expresiones llorosas que reveló en una carta a Ático, cuando el padre de Pompeyo fue derrotado y el hijo estaba reconstruyendo su ejército derrotado en Hispania! "¿Quieres saber?", dijo, "¿qué estoy haciendo aquí?" Estoy esperando un preso para medio año en mi finca en Tusculano”. Luego añade otras cosas, lamentando su pasado, quejándose del momento presente y desesperando por el futuro.
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