Trabajo Social
Enviado por hugoorizaba • 20 de Mayo de 2014 • 1.423 Palabras (6 Páginas) • 239 Visitas
La Finalidad del Trabajo Social
En el intento por ubicarnos en la ética profesional y buscando entender cuál es la finalidad del Trabajo Social como práctica profesional y como contribuye esta al bien del hombre nos encontramos con que Frederick Copleston ensu historia de la filosofía afirma que la ética de Aristóteles es francamente teleológica . Copleston comenta además que Aristóteles considera la acción no en cuanto buena en sí misma, sino en cuanto que conduce al bien del hombre, además entiende este bien como su fin, entonces todo lo que lleve al hombre al logro de su bien o de su fin será una acción “buena”.
Así señalando directamente en el libro de Aristóteles llamado “Ética a Nicómaco”, Copleston señala que esta obra inicia exponiendo que:
“todo arte y toda indagación, toda obra y toda elección parecen apuntar a algún bien; por lo que el bien ha sido definido con acierto como aquello a lo que tienden todas las cosas”. Perohay diferentes clases de bienes, que corresponden a las distintas artes o ciencias. Así el arte del médico trata de conseguir la salud, el de la navegación, un viaje seguro, el de la economía, la riqueza. Por lo demás, algunos fines se subordinan a otros que tienen más el carácter de últimos. El fin de cierta droga puede ser producir el sueño, pero este fin inmediato se supedita al fin de sanar. Estos fines inmediatos se ordenan, pues a otros fines o bienes mediatos. pero si hay algún fin que deseamos por el mismo y para lograr el cual es por lo que queremos todos los demás fines o bienes subordinados, entonces este bien último será el mejor bien de todos, será en una palabra, el Bien.
Tratando entonces de exponer la ética teleológica de Aristóteles, Francisco J. Bermejo nos explica que la palabra de origen griego “Telos” es central en esta ética, porque esta palabra tiene que ver con el fin al que tiende toda realidad, con la finalidad intrínseca a la que se aspira y apunta que si se le da a la palabra “Telos” un matiz más existencial que el propiamente naturalista que le da Aristóteles se puede entender que “Telos” es la meta, el propósito, el objetivo que pretende alcanzar toda realidad mediante la actividad que desarrolla. Entonces dice Bermejo que la finalidad que se pretende alcanzar según Aristóteles no es algo fuera del ser humano, sino algo que desde dentro de él le lleva al cumplimiento, a la realización, a la plenitud de sí mismo.
En torno a esta idea de la finalidad, Bermejo propone la comparación del arquero, en la que se equipara el sentido que adquieren nuestras acciones buscando su propia finalidad, con la flecha que partiendo del arco intenta acertar en el blanco, pero comenta citando a Emilio Lledó que lo más importante no es solo dar en la diana, sino también la energía que lleva la flecha, el impulso que dinamiza, en este caso la vida del ser humano, porque como tambien afirma Lledó lo decisivo es la orientación que perfila el recorrido y la energía que lo constituye, es decir que “Télos”, no significa únicamente finalidad como cumplimiento, plenitud, consumación o madurez, sino que la finalidad es la coherencia de la praxis y la energeia que dibujan el transcurso de una vida. El fin es pues sentido y acabamiento, coherencia y plenitud.
De esta manera se entiende que existe un “Telos” de la vida humana, que como ya se comentaba, es la finalidad que lleva al hombre a la plenitud de sí mismo. Algo que según apunta Bermejo, el hombre busca muchas veces de forma intencionada, pero lo hace dentro de un contexto social porque el hombre no es un ser solitario, sino que vive con otros y trabaja con otros y es entonces dentro de una sociedad donde busca alcanzar aquellos bienes que necesita para mejorar su condición humana dentro de un determinado grupo social. Siguiendo esta idea Bermejo señala que el concepto de “Telos”, de finalidad debe entenderse respecto a la funcionalidad social, porque es con vistas a la cual existe la actividad o “practica” profesional.
Según esto, Bermejo sugiere que aquello que nos debemos plantear es para qué sirve una determinada actividad o “practica” profesional, qué bienes se propone obtener con ella, que servicio quiere prestar a la sociedad
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