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Verdad


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  Ensayo  •  1.627 Palabras (7 Páginas)  •  254 Visitas

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Con mucha frecuencia hablamos de la verdad. Escuchamos que se alude a ella por doquier: en discursos oficiales, noticieros, películas, telenovelas, conversaciones cotidianas, etc. Pero, ¿nos hemos detenido –como Pilato– a preguntarnos “qué es la verdad”? Implícitamente asumimos a la verdad como aquella opinión que corresponde de manera exacta con la realidad. Pero, ¿qué implicaciones tiene dicha noción de sentido común?, ¿es válida nuestra idea de la verdad?

Para reflexionar sobre este problema, es pertinente establecer en primera instancia una distinción: no es lo mismo hablar de la verdad que de lo verdadero. Cuando hablamos de la verdad estamos reificando un concepto universal, puramente abstracto. Si no agregamos “con respecto a...”, nos estamos refiriendo entonces a una suerte de cúmulo de todas las verdades, a un concepto absoluto, a lo verdadero por antonomasia, a la explicación última de todo lo existente. En cambio, cuando hablamos de lo verdadero el concepto siempre es relativo, pues aludimos a una cualidad de un discurso sobre la realidad: es verdadero porque lo reconocemos de manera indubitable como correspondiente con su referente. Esta noción de lo verdadero también es cuestionable, pero no representa un problema tan complejo como cuando hablamos de la verdad.

Para algunos autores, la ciencia y la filosofía buscan la verdad, y existe una progresión histórica en los conocimientos que acerca a aquéllas a la meta. Así, Leopoldo Zea apunta: “[...] se ha tenido siempre la idea de que la filosofía se refiere a la Verdad, y esto es cierto, pero además se afirma que la verdad buscada, por la filosofía, es algo eterno y permanente, lo que también es cierto [...]” . Aquí se observa un claro ejemplo de la reificación del concepto de la verdad: ésta es algo que se busca como si se tratara de un objeto concreto. Pero, suponiendo sin conceder que la verdad es algo específico que se busca, ¿dónde está mientras es hallada? He aquí una pregunta difícil.

Si admitimos la existencia de Dios, la verdad está en Él, más aún: es Él (posiblemente ésta habría sido la respuesta de Jesucristo a Pilato). ¿Quién, si no el Absoluto, podría poseer todos los conocimientos verdaderos acerca de todo cuanto existe en el universo, todas las explicaciones, todas las respuestas a todas las interrogantes? Sin embargo, esto postula dos problemas: si Dios es la verdad, ¿podemos aspirar a conocerlo en su totalidad, si Él es por definición res infinita? En otras palabras, aunque la verdad esté en Dios, ¿puede el hombre pretender alcanzarla? Por otro lado, la situación se torna más compleja si no admitimos la existencia de una substancia Absoluta, pues, ¿dónde podría residir entonces ese discurso último que es la verdad? Si aceptamos que la verdad existe en alguna parte y sólo debe ser descubierta por el hombre, estamos adoptando una postura realista, es decir, negamos el papel activo del sujeto cognoscente en la categorización, y aun en la percepción, de la realidad.

El realismo postula, en general, que la realidad es algo anterior e independiente del sujeto, susceptible de ser descubierta en su esencia. El sujeto percibe al objeto y discierne lo susbstancial de lo accidental, pero no agrega ni quita nada a la realidad. Los fenómenos y sus causas inmediatas (objeto de estudio de la ciencia) y los noúmenos y las causas últimas de la totalidad (objeto de la filosofía), no son para el realismo construcciones del sujeto, sino descubrimientos, que se sustentan en la rigurosidad del método empleado. Sin embargo, esta postura epistemológica ha sido cuestionada por el idealismo y por el criticismo kantiano, que reconocen un papel activo al sujeto en la construcción de la realidad. Según estas posturas, habría que asumir que el sujeto moldea (modifica) la realidad al percibirla y categorizarla, y en este sentido, la construye .

De acuerdo con lo anterior, la ciencia y la filosofía estructuran modelos o sistemas de explicación de la realidad, relativos a condiciones históricas concretas: la ideología de la época, el sistema político, los avances tecnológicos, etc. Dichos modelos de representación son lo verdadero en determinado contexto, pero no más allá de él. Así, la teoría geocéntrica o el origen adánico de toda la humanidad fueron paradigmas de explicación hegemónicos que se defendieron y reprodujeron durante muchos siglos en el mundo occidental. No obstante, las circunstancias desplazaron a dichos modelos y se postuló el heliocentrismo y el evolucionismo de las especies. Siguiendo a Kuhn, observemos que estos nuevos paradigmas tampoco demostraron ser la verdad, pues debieron corregirse a causa de sus deficiencias, ya que seguían existiendo enigmas que no explicaban, y que sólo nuevos modelos más amplios y coherentes pudieron abarcar. Siendo también éstos, por supuesto, parciales y perfectibles. En el seno de las comunidades científicas se reproducen los sistemas de explicación de la realidad, pero también ahí se critican dichos modelos y se postulan nuevos paradigmas que superen en su capacidad explicativa a los

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