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La Irreprimible Libertad De Los Vagabundos


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  2.360 Palabras (10 Páginas)  •  509 Visitas

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LA IRRIPRIMIBLE LIBERTAD DE LOS VAGABUNDOS

En época colonia y post-colonial, entre el siglo XVII y XIX, al lugar en donde se desenvuelven los diferentes grupos con una identidad y una cultura determinada, lo llamamos “espacio” . Éstos, se encuentran parcialmente delimitados por sus “cosmos sociales”, donde ya se da una incipiente diferenciación a través del reconocimiento del “yo” y el “otro”, donde cada cultura se observa y se refuerza mediante su semejanza, negando la otra cultura y consolidando la suya . Ahora bien, esta negación del “otro” en el caso de la elite, “patricios” o simplemente clases dominantes se da por medio de la política, es decir, por medio del poder y por el otro lado, que es el pueblo, a través de la cultura.

En el siglo XVI el grupo dominante, el español, se estableció en un espacio que fue limitado por la resistencia indígena, en el caso de Sudamérica (los mapuches y los pampeanos). Sin embargo, las fronteras no pudieron evitar las relaciones corporales de estos individuos distintos, desarrollándose un mestizaje biológico ante los ojos de todos. De esto surge el rechazo por parte de uno de los grupos (hispano-criollo), por medio de la jerarquización a través de las castas, que denotaba a la sociedad negril en sus diferentes oficios que eran designados previamente. Este es la denominación que recibió por parte de la elite el “resultado” de dichas mezclas. Con lo antes dicho, si ya se daba una diferenciación en materia de aspectos biológicos, esto se refuerza aun más por la concientizacion o despertar del mestizaje cultural.

Creemos que es necesario explicar que se entiende por capitalismo, el cual fue el detonante de la concientizacion del mestizo. Éste definido como “un modo de producción en el que la burguesía, como propietaria de los medios de producción, se opone directamente y explota, en el proceso productivo, a su antitesis, el proletariado, que solo posee su fuerza de trabajo y la vende como una mercancía”, siendo “el objetivo fundamental de la burguesía”, “la producción de plusvalía” . Pese a esto, en dicha época, entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, no se puede hablar de un tajante y voraz capitalismo como el que conocemos contemporáneamente, si no que de un incipiente capitalismo. Como ya se menciono, éste es el gatillante de dicho despertar en la gran masa mestiza. Surgen así dos espacios o dos cosmos sociales, que poseen claramente diferentes intereses, uno con marcadas características étnicas o indigenistas, con claros sistemas de reciprocidad, que en general no buscan una acumulación de excedentes (a excepción de los Incas y los Aztecas), y otro que hace que prevalezca la acumulación, ligado directamente al capitalismo. Estas razones son por las cuales se ve sumamente complicado el grupo que ejerce el dominio, en la labor de integrar a dichos mestizos e indígenas en el sistema de producción capitalista, ya que éstos, son marcadamente diferentes y no se sienten parte del anteriormente mencionado sistema instaurado por el occidental.

Por ello, las aplicaciones legales y las acciones realizadas por la elite desde fines del siglo XVI, van en contra de todo impedimento para el buen funcionamiento de su sistema capital. Una de estas aplicaciones es acabar con los vagos, que son “individuos que, por no estar adscritos a una actividad especifica ni tener lugar de residencia fija, eran considerados” como tales, y a su vez con el “mal entretenido”, que son los principales enemigos de la producción. “Ahora bien” (…)”las autoridades debían reclutar más gente para las escuadras o para la construcción de fortificaciones”, así, “crecía de forma considerable el número de personas acusadas de” ser “vagos y mal entretenidos” , huyendo casi en la misma proporción al Llano. Estos eran acusados muchas veces sin tener prueba alguna de que fueran de “mala vida y costumbres impuras”. De esta misma manera, el indígena huía a dichos Llanos para así no pagar tributo algunos a la Corona, que debía producir mediante trabajos forzados, además de no estar acostumbrado por naturaleza a producir una alta o casi nulo excedente.

También podemos agregar lo que menciona Araya con respecto a la legislación contra las aglomeraciones públicas, ya que para el siglo XIX, en este caso en México, “toda expresión que implicara la transmisión o creación de un discurso fuera del control oficial era peligroso” para el poder y bienestar de éste. Es por ello que se aplica un plan de represión y sometimiento hacia los mestizos e indígenas.

Alejandra Araya en su libro “Guerra, intolerancia la ociosidad y resistencia: los discursos ocultos tras la vagancia cuidad de México 1821-1860”, nos entrega una definición rescatada de una recopilación de leyes de indias en las que definen al vago y ocioso:

“(…)no se le reconoce otro empleo que el de casas de juegos, compañías mal opinadas, frecuencia de lugares sospechosos, y ninguna demostración de emprender destino en su esfera”(…)”con el ejercicio de malas costumbres”(…)”el que anduviese distraído por amancebamiento, juego o embriaguez.”(…)”no venera como se debe a la justicia” (…)”los muchachos que siendo forasteros en los pueblos, andan en ellos prófugos sin destino” (…)

Claramente en la anterior cita se denota una mirada bastante peyorativa por parte de la elite hacia el “bajo pueblo” y mestizo en sí; además de una marcada tendencia a controlar ese “vagabundaje y mal entretenido”, ya que así controlaría su necesaria mano de obra productora. Incluso menciona a ese futuro, el del muchacho forastero, lejos de su alcance, donde el que debe producir para sus hijos esta en el presente lejos de las costumbres occidentales.

Una de las razones en las cuales se regia la clase domínate, para perseguir y eliminar a este grupo eran el de protegerse “del potencial enemigo: del que nos quita el sustento porque no trabaja decentemente, del que pueda atentar contra la propiedad, quitarnos la vida o regresarnos al estado de guerra” (refiriéndose al estado de caos, que según la elite, prevalecía antes de su llegada)

Como ya hemos mencionado, existen dos cosmos o espacios sociales: el burgués y todo lo perteneciente a la clase domínate, y el bajo pueblo, peonaje y castas en general. Pero entre estas existe un tercer espacio, un círculo llamado “espacio gris”; donde se da la relación de ambos, donde se genera el intercambio cultural, como también el rechazo de éste. Nos estamos refiriendo a ese espacio fronterizo, que es donde se da ese despertar como identidad mestiza. Es aquí donde surgen nuevos protagonistas como

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