CRÍTICA Y CRISIS DEL MUNDO BURGUES
Enviado por luisreque • 31 de Marzo de 2013 • 2.870 Palabras (12 Páginas) • 921 Visitas
CRÍTICA Y CRISIS DEL MUNDO BURGUES
REINHART KOSELLECK
PARTE I
Capítulo 1
I. LA ESTRUCTURA POLITICA DEL ABSOLUTISMO COMO ANTECEDENTE DE LA ILUSTRACION
I. Génesis del Estado absolutista desde la situación de la guerra civil religiosa.
Dos acontecimientos que hicieron época se yerguen al comienzo y al fin del absolutismo clásico. Su punto y situación de partida fue la guerra civil religiosa. A través de arduas luchas, el Estado moderno había surgido al fin de entre las confusas guerras de religión, y sólo la total superación de estas permitióle alcanzar su forma y su fisonomía plenas. Otra guerra civil vino a poner término violento al Estado absolutista: la Revolución francesa.
Las consecuencias de ambas cadenas de acontecimientos abarcaron a toda Europa; la posición singular de Inglaterra se evidencia en el hecho, de que, en la isla, ambos sucesos coinciden en el tiempo, poco más o menos. El Estado absolutista en trance de surgimiento fue aniquilado aquí por la guerra civil religiosa, y a su vez, las luchas religiosas vinieron a significar ya la revolución burguesa. En el Continente, por el contrario, el Estado absolutista -hasta donde es posible remontar el proceso de su desarrolló - continuó siendo el resultado de las luchas posteriores a la Reforma, resultado típico de la época y vinculado a ella. El poder estatal moderno se estableció mediante soluciones geográficamente diversas de las pugnas confesionales y en fases diversas asimismo desde el punto de vista del tiempo. Su política fue el tema dominante del siglo XVII, sus caminos marcan la historia del absolutismo. La época subsiguiente, aunque estuviese troquelada por la misma forma estatal, ha recibido otro nombre: el de la Ilustración. Esta se desarrolló a partir del absolutismo, en un principio como consecuencia interna suya, y más tarde como elemento que provocaría el derrumbamiento del Estado absolutista, al convertirse en contradictora dialéctica y enemiga de éste.
Así como la situación política inicial de la Ilustración radicó en el sistema absolutista, la del absolutismo lo hizo a su vez en las guerras de religión. La configuración evolutiva y el término histórico del absolutismo guardan una relación íntima, y esta relación se hace evidente en el papel que pudo desempeñar la Ilustración dentro del marco del Estado absolutista. La Ilustración llegó a su cumbre precisamente en el país que había sido el primero en superar las guerras internas de religión mediante el sistema absolutista, y ello del modo más enérgico y decidido, esto es, en Francia . El abuso del poder por parte de Luis XIV aceleró el movimiento de la Ilustración, en el cual el súbdito se descubre a sí propio como ciudadano . Y este ciudadano será quien asalte un día, en Francia, los bastiones del despotismo. La estructura política del Estado absolutista, que inicialmente fue sólo una respuesta a la guerra civil religiosa, no será entendida ya como tal por la Ilustración.
La primera tarea que se propone a la investigación es la consideración de este conjunto de circunstancias. La situación inicial del Estado moderno debe ser elucidada, pues, hasta donde sea necesario hacerla para poner en evidencia el punto de arranque político de la .Ilustración precisamente en el seno de dicho Estado. La delimitación metódica -resultante de esta actitud- al análisis de la estructura política del absolutismo, encierra en sí una justificación objetiva, más allá de cualesquiera cuestiones sociales económicas. El «Fürstenstaat», apoyado en el funcionariado y en el, ejército, constituye un ámbito de acción racional, suprarreligioso, que, contrariamente a sus restantes circunstancias, 'fue acuñado por el aspecto' político-estatal. Desde el punto de vista social, las monarquías permanecieron aún totalmente vinculadas a la estratificación estamental tradicional, hasta el punto de que aspiraron, por lo general, a mantenerla en vigor. Desde el punto de vista político, sin embargo, los monarcas intentaron eliminar o neutralizar a todas las instituciones de carácter autónomo. También el mercantilismo, en cuanto sistema económico, se halla sometido al imperativo de la planificación política y la suprema dirección estatal. Las cuestiones relativas a la religión y a la Iglesia fueron tratadas igualmente en atención a su utilidad y provecho con respecto al Estado, ora fuese dentro del marco de una Iglesia estatal, ora dentro de una tolerancia vinculada a determinados fines. El campo propio de un sistema político que abarcaba a toda Europa configuró la constelación general de la que surgiría la Ilustración.
Este campo propio a que nos referimos halló su expresión teorética en la doctrina de la razón de Estado . Desvinculado de toda normatividad moral, quedó despejado el campo dentro del cual la política podía desarrollarse con plena libertad frente a la moral. «Dans les monarchies la politique fait faire les grandes choses avec le moins de vertu qu'elle peut» . Cuando Montesquieu caracterizó con esta frase, en el año 1748, la política imperante a la sazón, no hizo sino utilizar una fórmula que -dejando a un lado su contenido polémico- no resultaba ya inteligible para los ilustrados, pero que derivaba su evidencia histórica de la época de las guerras civiles religiosas. El orden tradicional había quedado destruido prácticamente en el siglo XVI. Como consecuencia de la escisión sufrida por la Iglesia en su íntima unidad, todo el ordenamiento social quedó desencajado. Antiguos vínculos, viejas lealtades, quedaron disueltos. Alta traición y lucha en pro del bien común convirtiéronse en conceptos intercambiables según los diversos frentes de acción y según los hombres que cambiaban de frente . La anarquía general condujo a duelos, violencias y crímenes, y la pluralización de la Ecclesia Sancta constituyó un fermento de depravación; para todos aquellos elementos que todavía estaban unidos: familias, estamentos sociales, países y pueblos. Con ello, y a partir de la segunda mitad del siglo XVI, tornóse, virulento un problema que resultaba ya imposible de resolver y dominar con los medios del orden tradicional; el imperativo de la época era hallar una solución en medio de las Iglesias intolerantes, que se combatían recíprocamente con toda dureza o se perseguían entre sí cruelmente; y en medio también de las fracciones estamentales vinculadas por una determinada confesión religiosa. Una solución que evitase, zanjase o ahogase la pugna de una vez por todas . ¿Cómo podía alcanzarse la paz? El Estado absolutista supo hallar la respuesta histórica a esta pregunta decisiva en la mayor parte del Continente europeo, más aún: el Estado se
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