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Codigo Civil Frances


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  4.503 Palabras (19 Páginas)  •  805 Visitas

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INTRODUCCION

El presente trabajo fue elaborado con el fin de tener el conocimiento de cómo se fueron originando las leyes manifestadas en un código, como este fue de gran influencia también para muchos países, dando libertad , igualdad a la población en general.

Este código fue autorizado en marzo de 1804, con el nombre de código civil francés después en 1807 fue llamado código Napoleón, que aún sigue vigente como Ley de Francia, con las lógicas modificaciones para adaptarlo a los nuevos tiempos.

Vemos también la estructura de este código se conformaba por los siguientes principios:

1) Legislativismo.

2) Responsabilidad internacional de las potencias.

3) Congresos.

4) Intervención.

Son partes importantes de este código aunque también los libros que se dividían en tres los cuales son:

* El Libro Primero, trataba de las personas y del Derecho de Familia.

* El Libro Segundo, trataba sobre los bienes, las cosas y su clasificación, la propiedad y las servidumbres.

* El Libro Tercero se refería a los modos de adquirir la propiedad, comprendiendo las sucesiones, las donaciones, los testamentos, las obligaciones, los contratos, el contrato matrimonial (lo consideraba un contrato consensual, mostrando la fuerte concepción laica del instituto) los privilegios, las hipotecas y la prescripción. Como vemos la propiedad ocupó un lugar destacado, en una sociedad donde el poder de la burguesía exigía el reconocimiento legal de sus cuantiosos bienes.

Estos son algunos aspectos, importantes por lo que se debe estudiar este tipo de información como lo es el código.

CÓDIGO CIVIL FRANCÉS O CÓDIGO NAPOLEÓNICO

“MI VERDADERA GLORIA ES MI CÓDIGO CIVIL”

SITUACIÓN HISTÓRICA.

Hay que comenzar dando un brevísimo repaso histórico sobre la codificación, y su concepto. Tiene su origen en la corriente compiladora de leyes que inundaba la Europa ilustrada de finales del siglo XVIII, donde prácticamente no se estilaba el derecho escrito, tan solo se recogían puntualmente normas vigentes en un momento determinado. La codificación es pues, una idea más amplia y ambiciosa, ya que trata de reunir todas las leyes de un país o, al menos, las que pertenecen a una misma rama del derecho. Así, se ha definido un Código Civil, como un cuerpo de leyes racionalmente formado y asentado sobre unos principios armónicos y coherentes, que recoge de la tradición jurídica y aquello que debe ser conservado y que da cauce a las ideas y aspiraciones de todo signo vigente en la época que se realiza. Por tanto, el fenómeno compilador se consolida en el siglo XIX y nace con el Código de Napoleón, precursor pues de la codificación moderna del derecho. Todo esto anidaba en la mente del más tarde Emperador, cuando ascendió al consulado. Y es que la situación del derecho, no sólo en Francia, en todas partes, era sumamente caótica.

EL NACIMIENTO DEL CÓDIGO.

Efectivamente, en la Francia revolucionaria convivían muchos códigos regionales con otros tantos tribunales autónomos; se calcula que podrían existir más de 14.000 decretos, todos vigentes y acumulados a lo largo de siglos de monarquía absoluta, muchos de los cuales se contradecían unos a otros. Como dijo Napoleón a Talleyrand: «Somos una nación con 300 códigos de leyes pero sin leyes»; le parecía urgente realizar una compilación. Además, se habían producido intentos fracasados anteriormente, ya durante el período revolucionario. Por todo ello, el Código sufrió un parto bastante difícil. Su redacción inicial fue encargada a una comisión de cuatro expertos. Los debates duraron varios meses y, tras los dictámenes positivos de las instancias judiciales (Corte Superior y Corte de Casación), el texto fue elevado al Consejo de Estado, presidido por el propio Napoleón, quien participó activamente en los debates: de más de doscientas sesiones que se precisaron, presidió más de cincuenta, aportando vivazmente sus más profundas convicciones, e insistiendo para que tuviera una redacción sencilla y comprensible para todos. Su tramitación parlamentaria no estuvo exenta de arduos debates y reparos, pero finalmente fue aprobado, en parte también por la insistencia y empeño del Cónsul. Así, el 20 de marzo de 1804, fue promulgado en su integridad, bajo el título de Code civil des Français. Posteriormente, en 1807, fue reimpreso oficialmente con el nombre de Code Napoleón, que aún sigue vigente como Ley de Francia, con las lógicas modificaciones para adaptarlo a los nuevos tiempos.

PRINCIPIOS DEL CÓDIGO.

El Código de Napoleón está impregnado de los principios revolucionarios. La libertad, la igualdad y la fraternidad lo presiden, si bien sus redactores bebieron, como no podía ser de otra manera, de las fuentes del derecho existentes, del derecho romano y, cómo no, del derecho consuetudinario, es decir, de la costumbre que, todavía hoy, es fuente de derecho. Así, el Código afirma el primado del individuo, de su igualdad ante la ley, sin importar su condición social, y de su libertad y de ahí que sus pilares básicos sean la libertad contractual, el carácter absoluto del derecho de propiedad y la responsabilidad civil basada en la culpa. El matrimonio se sustrae a la iglesia, adquiriendo un carácter laico y fundado en el contrato. Podemos apuntar aquí, a modo de anécdota, que Napoleón, fue el primer hombre en casarse por poderes; María Luisa de Austria compartió su boda con la espada del Emperador, que estaba allí en su representación.

Igualmente se sustraen a la Iglesia las labores de registro civil, y se crea y regula el primer Registro Civil moderno de la historia. Pretendía, además, unificar el derecho francés, acabando con las diferencias territoriales, ya que al norte imperaban las costumbres germánicas, primando el derecho romano en el sur del país.

Origen

Al asumir el Primer Consulado, Napoleón se propuso refundir en un solo texto legal el cúmulo de la tradición jurídica francesa, para así terminar con la estructura jurídica del Antiguo Régimen, eliminando las normas especiales que afectaban sólo a sectores determinados de la población (leyes para la aristocracia, leyes para los campesinos, leyes para los gremios, etc.), y suprimiendo las normas locales que suponían un obstáculo para la administración pública, formulando una serie de normas aplicables de manera general; también se pretendía eliminar las contradicciones y superposiciones nacidas de la convivencia de diversos regímenes legales, apoyando la estabilidad política.

Esta nueva estructura se encontraba sostenida en dos ejes. Primero, tenía por base el tradicional derecho franco-germano del norte, con influencias germánicas tanto

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