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Congreso De La Union


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2011  •  2.609 Palabras (11 Páginas)  •  2.710 Visitas

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Congreso de la unión

La historia del Congreso de la Unión de los Estados Unidos Mexicanos, como depositario del Poder Legislativo Federal, se remonta al año de 1811 cuando, tras el fusilamiento de Miguel Hidalgo y de los primeros líderes insurgentes, José María Morelos estableció la primera junta representativa de la nación mexicana, denominada oficialmente Junta Suprema Nacional Americana, la cual se reunió en Zitácuaro (estado de Michoacán), por lo que fue llamada Junta de Zitácuaro.

José María Morelos siempre tuvo presente la necesidad de la organización política del movimiento insurgente, y en esta organización era fundamental la redacción de una Constitución y el establecimiento de un cuerpo legislativo de representantes de la nación.

Sin embargo, debido a los constantes combates entre insurgentes y realistas, tuvo que realizar un peregrinaje por diversos lugares, ya que la ciudad de Zitácuaro fue tomada e incendiada por los realistas, como castigo por albergar a la Junta.

Tras tomar la ciudad de Oaxaca, el 25 de noviembre de 1812, Morelos consideró necesario organizar una nueva junta legislativa y, luego de la caída de Acapulco (estado de Guerrero) en abril de 1813, se eligió a Chilpancingo (estado de Guerrero) como la sede del Primer Congreso de Anáhuac, que se inauguró el 6 de septiembre de 1813.

A consecuencia de ello, la junta se estableció en Apatzingán (Michoacán) y el 22 de octubre de 1814 promulgó la primera constitución de México, la Constitución de Apatzingán. Este texto constitucional establecía un Congreso depositario del poder legislativo, denominado oficialmente el Congreso de Anáhuac, que se reunió por primera vez en la Parroquia de la Asunción, en la ciudad de Chilpancingo (estado de Guerrero), por lo cual se conoció desde entonces como el Congreso de Chilpancingo. La más importante obra de éste fue la promulgación de los Sentimientos de la Nación, redactados por Morelos.

Al consumarse la independencia en 1821, el gobierno provisional convocó a la elección de un Congreso Constituyente, que asumió el poder legislativo y estableció la monarquía constitucional como sistema político y eligió Emperador de México a Agustín de Iturbide. Pero tras múltiples conflictos entre estos, el emperador en sus facultades de poder ejecutivo, terminó disolviendo el congreso por su falta de no establecer una Constitución y conspiración.

Tras antes de la abdicación de Agustín de Iturbide, el emperador restauró al Congreso y este adoptó un sistema republicano federal después de debatirse entre el sistema centralista y el federalista. Consecuencia fundamental de una o de otra, estaba la determinación de la unicameralidad o bicameralidad del Congreso.

Fundamentalmente gracias al impulso de Fray Servando Teresa de Mier y de Miguel Ramos Arizpe, se adoptó el sistema federal, al promulgarse la Constitución de 1824 y, con ella, la división del Congreso en dos cámaras: la de Diputados, representantes de la población, y el Senado, en representación de los estados de la Federación.

La primera sede del Congreso fue la Iglesia de San Pedro y San Pablo y, a partir de 1829, fue el recinto legislativo del primer piso del Palacio Nacional, donde se radicó hasta 1872.

Las vicisitudes políticas de los primeros años de la independencia de México tuvieron como consecuencia numerosas disoluciones y convocatorias del Congreso, cambios constitucionales que modificaban sus atribuciones. Con la promulgación de la Constitución de 1857 se suprimió el Senado y se estableció el Congreso unicameral, manteniéndose el sistema federal.

En 1874, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada propuso la restauración del Senado de la República, que volvió a quedar constituido el 13 de noviembre de 1874, y el Congreso quedó constituido desde entonces en forma bicameral. El Senado restablecido y constitucionalmente electo se instaló el 16 de septiembre de 1875, para la VIII Legislatura.

La elección legislativa de 1912 fue de las más limpias de nuestra historia parlamentaria. Al lado de entusiastas maderistas, también llegaron diputados de franca oposición. El Colegio Electoral fue presidido por Juan Sánchez Azcona y lo conformaron diputados del antiguo "Club Democrático Bénito Juárez", que fundara en 1905 Francisco I. Madero.

Los revolucionarios más notables de esa Legislatura, fueron Luis Cabrera, Jesús Urueta, Alfonso Cravioto, Juan Sánchez Azcona, Roberto Pesqueira, Juan Sarabia, Gustavo Madero, Serapio Rendón, Juan Zubarán Campmany.

Entre los intelectuales: Vera Estañol y Luna y Parra; Salvador Díaz Mirón, José Castellot, José Mardano Pontón, Carlos Trejo y Lerdo de Tejada, Félix F. Palavicini, José Natividad Macías, Luis Manuel Rojas, Rodolfo Reyes, Isidro Fabela, Francisco Helguero, Abraham Castellanos, Luis Castillo Ledón, Antonio Ancona Albertos, José I. Novelo, Alberto García Granados, Garzain Ugarte, Armando Z. Ostos, Eduardo Neri, Pascual Ortiz Rubio y Aquiles Elorduy.

También participaron representantes de los partidos Constitucional Progresista, Católico, Radical y del Liberal Independiente, y fueron tales las excepcionales jornadas parlamentarias que originó esa Legislatura, que produjo material abundante para la historia que narró Diego Arenas Guzmán.

El 18 de febrero de 1913 fue hecho prisionero, en sus oficinas de Palacio Nacional, el Presidente Francisco I. Madero, como principio de la usurpación urdida por Victoriano Huerta.

Tras el asesinato del Presidente de la República, sobrevino una época de terror en todo el país. También fueron asesinados los diputados Adolfo G. Gurrión, Néstor Monroy, Edmundo Pastelín y Serapio Rendón, todos por expresar su repudio al general Victoriano Huerta.

Al conocerse el asesinato del senador Belisario Domínguez, la Cámara de Diputados, por voz de José María de la Garza, exigió una explicación oficial enfrentándose al Ejecutivo; además se nombró una comisión investigadora que recabó pruebas y rindió su informe; la Cámara de Diputados exigió garantías con la advertencia que de no obtenerlas se instalaría en otro lugar de la República.

La respuesta de Victoriano Huerta fue el envío de policías al recinto del Congreso. Pese a la medida, sesionaron los diputados; mientras el 29 Batallón de Línea, comandado por el general Blanquet, cercaba el edificio. Más tarde, ante los diputados el ministro de Gobernación, Garza Aldape, conminó desde la Tribuna a los representantes populares para que revocaran su acuerdo y la amenaza de sesionar en otro sitio.

La Cámara sostuvo su determinación y entonces el inspector de policía ordenó desalojar el recinto, aprehendieron a 84 diputados conforme a una lista que llevaba preparada, entre ellos muchos

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