Derecho Feudal
Enviado por darkdragondevil • 21 de Noviembre de 2012 • 2.460 Palabras (10 Páginas) • 624 Visitas
Introducción
A la edad media se le sitúa cronológicamente entre la antigüedad y el renacimiento. Entre la caída del imperio romano de occidente, en el siglo V d.C. y la toma de Constantinopla por los turcos en 1453, o el descubrimiento de américa en 1492. Se subdivide en dos grandes etapas: La alta edad media, que se prolonga hasta finales del siglo XII, y la baja edad media, que se inicia a partir del siglo XIII.
La edad media, fue considerada erróneamente por mucho tiempo como una época de oscurantismo y barbarie pero en realidad fue un periodo de muchos cambios donde se adquirieron muchos usos y costumbres que persisten hasta nuestros días. En esta etapa se abrió el camino para el surgimiento del capitalismo, ya que surgió una nueva clase social llamada burguesía, la cual ha dominado la edad moderna y la edad contemporánea.
“Se define como un sistema económico basado en la servidumbre como principal relación de producción, y en donde la producción se organiza en las tierras in dominicatae del señor y en torno a ellas” (Swezzy, el al 1983: 17-18)
Orígenes del feudalismo
“Su maduración se verifica hacia el siglo XI, y su pervivencia hasta el XIII. Persistió más allá a las diversas fuerzas económicas y culturales que tendían a modificarlo, con un desarrollo desigual, según las condiciones particulares de cada lugar.
Los inicios del periodo feudad se distinguen por la existencia en Europa de tres sociedades: La bizantina, la islámica y la cristiana.
Bizancio se caracterizaba por su gobierno centralizado y por ser el heredero de la tradición grecolatina. El islam tomó coma base la religión mahometana y poseía una gran cohesión interna, tanto ideológica como militar que le permitía mantener su hegemonía en gran parte del Mediterráneo. El cristianismo fungió como principal elemento unificador de la sociedad occidental. La unidad espiritual que desarrolló el cristianismo permitió que Carlomagno formara el imperio Carolingio, suceso que marcó los comienzos de la gestación del sistema feudal.” (Cf. Historia de las ideas I. México, UPN. SEP. 1981. p. 183)
“Desde un punto de vista marxista, el feudalismo fue un modo de producción dominado por la tierra y por la economía natural, en el que ni el trabajo ni los productos del trabajo eran mercancías. El productor inmediato, el campesino, estaba unido a los medios de producción, la tierra, por una relación específica. Los ciervos tenían una movilidad jurídicamente limitada. Los campesinos que cultivaban las tierras no eran propietarios. La propiedad agrícola estaba controlada previamente por una clase de señores feudales que extraían un plusproducto del campesinado por medio de relaciones de compulsión político – legales.” (Anderson, 1990: 147)
Instauración del régimen feudal
El imperio de Carlomagno dejó una estructura administrativa que determinaría los rasgos principales del régimen feudal; consisten principalmente en una división de provincias internas y fronterizas que conservaba prácticamente la misma división del imperio romano. Las provincias internas estaban bajo el mando de condes, y las fronterizas eran gobernadas por marqueses. A estos últimos se les dio mayor poder militar con el fin de garantizar la paz de las fronteras. Carlomagno reconoció a la iglesia romana como la religión oficial, la cual fue aceptada como la mayor autoridad moral.
A falta de recursos, los reyes de vieron obligados a conceder grandes extensiones de tierras a sus vasallos más sobresalientes; y estos como retribución debían de apoyar a su señor en caso de guerra aportando un determinado número de hombres armados. Para contar con esos hombres de armas los grandes vasallos, a su vez, habían hecho concesiones de tierras y así sucesivamente hasta llegar a las clases más bajas de la sociedad.
Este periodo estuvo marcado por la guerra en casi todos los órdenes de la vida, un ejemplo de ello es el caballero como símbolo de prestigio social. Ellos tenían un código de valores guerristas como el valor, la lealtad y el arrojo.
El Estado perdió su carácter unificador para reproducirse en las autonomías políticas de los feudos cuya única limitación sería el pacto o contrato feudal en el que ser marcaba una jerarquía de autoridad. El vínculo feudal se establecía mediante dos actos: uno de ellos era el homenaje. Con este acto un señor se reconocía vasallo de otro; a partir de ese momento el vasallo se consideraba “hombre de su señor”, jurándole fidelidad. El otro acto era la investidura con la cual generalmente el futuro vasallo recibía de su futuro seños algunas tierras que, en adelante, constituirían su feudo.
Inicialmente el rey ejercía una autoridad absoluta sobre los feudos y los señores feudales, tanto laicos como eclesiásticos. Con el tiempo, los lazos de vasallaje con el rey se fueron debilitando. Los señores sustituyeron la autoridad del monarca adquiriendo autonomía jurídica y administrativa en sus feudos adjudicándose el derecho de entregar a nuevos señores feudales pequeños territorios, convirtiéndolos así en sus propios vasallos. A esto se le conoce como subinfeudación. Por estas razones los feudos fueron sistemas económicos, políticos y sociales cerrados e independientes. Había luchas entre los propios señores con el fin de incrementar su poder, es decir, la cantidad de tierras y vasallos que poseían.
La relación de servidumbre se establecía por medio del dominio del señor feudal sobre los trabajadores adscritos a su tierra; con excepción de los propietarios, todos aquellos que habitaban el feudo eras siervos o semisiervos. La tierra era el centro económico y era la fuente dominante de subsistencia y riqueza.
Los feudos
“Jurídicamente el feudo es un contrato no escrito conforme al cual, sin intervenir precio, merced o canon anual, se transfieren derechos reales de posesión. La contraprestación requerida es una obligación especial de fidelidad u homenaje.” (Weckmann, 1944: 49)
El señor conserva el dominio de la propiedad o dominio directo y el vasallo adquiere el dominio de posesión o dominio útil. Los feudos se formaron poco a poco y se convirtieron en la base de la nueva organización social. El señor daba los feudos a título de recompensa mediante tributos y homenajes, los cuales se convirtieron en vitalicios o hereditarios debido a la debilidad del poder real.
“Ser hombre de otro hombre: no hay en todo el vocabulario feudal alianza de palabras más extendida que esta, ni de un sentido más pleno. Común a las lenguas románticas y germánicas, servía para expresar la dependencia personal, fuese cual fuese la naturaleza jurídica exacta del vínculo. El conde era hombre del rey, como el siervo lo era de su señor rural” (Bloch, 1979: 161)
“No
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